"La Junta me prometió el retorno de Magisterio"

"Una de las pocas cosas que me quitó el sueño durante mi mandato como alcalde de Cádiz fue el futuro de los centros universitarios y el erróneo desarrollo de los campus en los que se dividió la universidad gaditana".

Ha pasado más de un cuarto de siglo desde las negociaciones para el desarrollo de las infraestructuras de la recién nacida Universidad de Cádiz, pero Carlos Díaz, alcalde socialista de la capital entre 1979 y 1996, recuerda perfectamente estas jornadas tan complicadas y que provocaron numerosos enfrentamientos dialécticos no solo con otros ayuntamientos, especialmente con el de Puerto Real, que entonces tenía como alcalde a José Antonio Barroso, sino también con la propia Junta de Andalucía, del mismo color político de Díaz.

El alcalde socialista tuvo claro desde el primer momento que Cádiz debía mantener a los centros universitarios en su propio término urbano, pues aquí nació la Universidad con la histórica Facultad de Medicina, y para ello puso a disposición de la institución educativa una multitud de edificios.

La idea de Carlos Díaz era dedicar todos los inmuebles existentes desde el antiguo gobierno militar (la actual sede del Centro Reina Sofía) hasta el colegio Valcárcel para su transformación en centros universitarios. Esta apuesta le iba a suponer, y le supuso, al Ayuntamiento de Cádiz un fuerte desembolso económico para recuperar edificios que estaban en manos del Ministerio de Defensa y a los que, en la última etapa de su mandato, se unió el Hospital Militar, donde planteó reubicar la sede del Rectorado.

Hace un cuarto de siglo, recuerda ahora, "se decidió crear varios campus en la provincia, lo que para mí era un error, como después se ha constatado por el elevado coste que supone su mantenimiento. El de Cádiz se dijo que iba a dedicarse a Ciencias de la Salud y Humanidades. Fue entonces cuando el consejero de Educación de la Junta, Antonio Pascual, se comprometió conmigo a traer de nuevo a Cádiz la sede de la Escuela de Magisterio (hoy Ciencias de la Educación). Entre los edificios que ya considerábamos adecuados para acoger estos estudios estaba el edificio de Valcárcel", destaca Carlos Díaz que también menciona que llegó a ofrecer la Fábrica de Tabacos (hoy el Palacio de Congresos) como sede de la Facultad de Derecho, ante los problemas que entonces tenía el edificio destinado a estos estudios en Jerez de la Frontera.

"Fui a Sevilla en mi propio coche. Allí participé en una reunión, muy tensa, en la que estaban el consejero, el rector Romero Palanco y Ramón Vargas Machuca. Allí se estableció la especialización por campus y el compromiso respecto a Magisterio. No lo olvidaré nunca, porque es una de las pocas cosas que me ha quitado el sueño".

El Ayuntamiento llegó a elaborar un plano, que trasladó al rector, fijando la ubicación de los distintos centros universitarios. Pasado el tiempo, Carlos Díaz ve con amargura "el abandono del Olivillo, del Colegio Mayor y del propio Valcárcel e incluso la posibilidad de haber contado con los terrenos ociosos de Astilleros para ampliar el suelo universitarios en la capital".