Cae el último lugarteniente de Iván, el 'rey de las planeadoras'
David R.R., que estaba huido de la justicia, es atrapado por la Guardia Civil cuando se disponía a alijar junto con un marroquí 1.500 kilos de hachís en Chipiona
Hace dos meses y medio, pudo al fin ser atrapado su jefe, el sanluqueño Iván Odero. Conocido como el rey de las planeadoras, pese a su juventud, es todo un capo que lideraba una de las organizaciones de narcotraficantes más activa que operan en el Guadalquivir, que podía meter al año nada menos que 25.000 kilos de droga por el río. Fue apresado a finales de septiembre cuando se disponía a huir a Marruecos.
Detenido en primera instancia en junio de 2009 en la operación Q7, el rey de las planeadoras había sido puesto en libertad, a pesar de la oposición de la Fiscalía, por una juez sustituta de Sanlúcar tras 18 meses en prisión preventiva, a la espera de juicio. Reorganizó su banda, y siguió con el negocio.
Tras su apresamiento y el de la mayoría de su organización, faltaba por atrapar el último de sus lugartenientes, David R.R., huido también de la justicia. Y por fin, este pasado lunes ha caído.
Y con las manos en la masa: a bordo de una embarcación en la que, en compañía de un marroquí, igualmente apresado, se disponía a alijar 1.500 kilos de hachís en la costa de Chipiona.
El nuevo Sive (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) instalado este mismo año en la desembocadura del río Guadalquivir fue el que detectó el alijo en ciernes.
Los agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil le seguían la pista. Tenían la certeza de que se iba a introducir un nuevo cargamento de droga, y que sería el prófugo David, el único miembro de peso que quedaba aún por meter entre rejas, el que se encargaría de la operación y además, personalmente, pilotando él la embarcación.
Así las cosas, tras detectar el Sive la aproximación de una semirrígida, se desplegó rápidamente un dispositivo, poniendo en alerta al servicio marítimo provincial de la Guardia Civil así como a unidades de tierra.
Por fin, se dio la orden de interceptar la embarcación en la zona de Bonanza. El prófugo, al darse cuenta de la presencia policial, trató de huir a nado lanzándose al agua al río Guadalquivir. Fue en vano.
Según informaron ayer desde la Comandancia, los agentes lograron atrapar a los dos ocupantes de la embarcación, procediendo asimismo a la aprehensión de la carga que llevaban a bordo, 50 fardos de hachís envueltos en sacos de arpillera, que arrojaron un peso cercano a los 1.500 kilogramos. También fue intervenida la embarcación, una semirrígida con dos motores fueraborda de 250 caballos cada uno.
Los detenidos, tras ser identificados, resultaron ser un marroquí, S.M.M., de 35 años de edad, vecino de Ceuta, y el huido David R.R., de 30 años, vecino de Sanlúcar, ambos con antecedentes por tráfico de drogas. Tras ser puestos a disposición del Juzgado de Instrucción 2 de Sanlúcar, el juez decretó el ingreso en prisión de ambos.
David, como su jefe Iván, también había sido detenido en la operación Q7, y también había obtenido la libertad provisional a manos de la juez que sustituyó a la titular del Juzgado 1 de Sanlúcar e instructora de dicha operación.
En requisitoria, esto es, en busca y captura, estaba desde la operación Navi, la que permitió a final de septiembre atrapar a Iván cuando se iba a fugar a Marruecos a través de Gibraltar con su novia marroquí, su hermano, la mujer de éste y otro marroquí que se supone que hacía las veces de guía.
Según la Guardia Civil, la organización de Iván y David sería responsable de al menos cinco cargamentos de droga desde que fueron puestos en libertad a principios de este año.
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