Una nueva oportunidad

Crítica de teatro/Mariquita aparece ahogada en una cesta

La representación de la obra de Juan García Larrondo pone el broche de oro a la temporada de teatro en el Pedro Muñoz Seca

Una imagen de 'Mariquita aparece ahogada en una cesta?, este domingo en el teatro portuense. / J.A.
Jesús Almendros Fernández

El Puerto, 13 de diciembre 2020 - 18:02

Como remate y colofón del Ciclo Teatral de Otoño 2020 de El Puerto, con el letrero en taquilla de 'No hay entradas', hemos podido disfrutar por partida doble de una obra, que si no nueva, lo parece cada vez que se representa y además, está escrita por un autor portuense, Juan García Larrondo, que vive y trabaja entre nosotros como un portuense mas al que nos podemos encontrar tomando café, paseando por las calles de nuestro Centro Histórico o en el trabajo, como cualquier portuense.

La compañía Albanta Teatro de Cádiz, que dirige Pepe Bablé, nos trajo al escenario del Pedro Muñoz Seca una nueva versión de Mariquita aparece ahogada en una cesta, estrenada en 2002, una de las comedias más alocadas, divertidas y representadas de nuestro autor particular, autor, por otra parte, de otras numerosas obras, como por ejemplo Celeste Flora, Bendita Gloria o El último Dios, muchas de las cuales se han representado en nuestra ciudad, así como en Jerez, Cádiz o Sevilla y en ciudades de toda España y de medio mundo.

Bablé y la compañía Albanta Teatro mantienen viva la frescura de esta divertida pieza, manifiestamente satírica y surrealista, que recuerda mucho a las películas un tanto provocadoras del Pedro Almodóvar de sus primeros largometrajes, como aquella Pepi, Lucy Bon y otras chicas del montón, con el cual ha sido comparado en muchas ocasiones. También ha sido comparado al Valle Inclán de los esperpentos y el mismísimo Pedro Muñoz Seca por su facilidad para crear situaciones cómicas.

La obra es una tragicomedia sobre una mujer que se encuentra en una situación desesperada, una mujer que tras ser abandonada por su marido, se hunde en una profunda depresión y decide prostituirse entregándose a marineros en el puerto, con la mala suerte de que un grupo de estos marineros la tiran al mar, donde fallece ahogada junto a la cesta de ropa sucia que le tiran los marineros para que trate de salvarse y que ella trata de utilizar como salvavidas, cosa que no consigue. Inesperadamente la Virgen María, un tanto peculiar y mitificada, como salida de un cuadro de los Costus o de la capilla de una Hermandad de Semana Santa, se le aparece y la resucita por un periodo de tres días, para que perdone a sus agresores y a las personas que jamás hicieron nada por ayudarla en su vida, como dos vecinas, una yonki y la otra travesti que de pronto se convierte en escritora de éxito, así como el ex marido de Mariquita, Juan su hijo, todo mezclado con un asesinato, una investigación policial, una abducción, con la presencia de personajes imposibles y situaciones disparatadas y surrealistas, todo ello con una estética manifiestamente kitsch a lo que ayuda el minimalista decorado del que sobresale una gran alfombra que ocupa todo el escenario realzada por una iluminación muy conseguida.

Tras el prodigio, la Virgen regresa al Cielo y abandona el cadáver de Mariquita en su propia casa, donde se despierta sin recordar nada de lo sucedido y comienza la que, sin duda, será la más surrealista, divertida, pero a la vez, la más trágica expiación de su nueva vida, una vida que no será la que fue y en la que ella será una mujer diferente dueña de sus actos y sus decisiones y esta será para ella, una nueva oportunidad que no desaprovechará .

Pepe Bablé, responsable de la dramaturgia y director de la obra, ha contado con un equipo técnico y artístico de gran categoría como Juan Sebastián Domínguez, responsable de la escenografía, Eduardo Bablé Neira de la música original, aunque también utiliza otras mui conocidas como el Adios a la Vida de Tosca y de un elenco formado por Susana Rosado, Charo Sabio, Carmen Reiné, Xiomara Sáez, José Luís Gámez, Jay García, Sergio Torrecilla y Carolina Bablé que ofrecen unas excelentes interpretaciones.

El público siguió con gran atención, casi devoción, el desarrollo de la función al término de la cual, premió con una calurosa ovación a los actores, al director y a Juan Larrondo que salió a saludar al escenario.

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