González Byass compara el Carnaval con el vino de Jerez

Un perfecto maridaje

  • Selu García Cossío y Antonio Flores unen las coplas y el vino de Jerez en el evento ‘Catando coplas de Carnaval’, organizado por González Byass

El director de Diario de Cádiz, David Fernández, y el chirigotero Selu García Cossío brindan con vino de Jerez.

El director de Diario de Cádiz, David Fernández, y el chirigotero Selu García Cossío brindan con vino de Jerez. / Jesús Marín

El Carnaval y el vino tienen un buen maridaje. Las coplas siempre van acompañadas de una copa. Y si el caldo es de la tierra, el conjunto combina a la perfección. Aunque la unión entre fiesta y bebida es casi inseparable de una forma bien entendida, nunca se había llegado a abordar que una referencia de vino de Jerez pudiera evocar un tipo de composición. Clásico, fino, dulce, meloso, alegre, fuerte, rebelde, serio o sensible son características que se entremezclan para definir a la fiesta y al vino.

La sede de la Fundación Cajasol ha acogido esta tarde el evento ‘Catando coplas de Carnaval’, un acto organizado por González Byass en el que dos expresiones características de la provincia se unieron de una manera inédita. En un acto moderado por el director de Diario de Cádiz, David Fernández, el chirigotero Selu García Cossío y el enólogo de González Byass, Antonio Flores, relacionaron cuatro vinos de Jerez –un fino, un viejo amontillado, un palo cortado y un oloroso– con cuatro tipos de coplas de Carnaval.

Las referencias elegidas fueron un fino Tío Pepe en Rama, un viejo amontillado Del Duque, un palo cortado Leonor y un oloroso Solera 1847, todos ellos de las bodegas González Byass. El director de Diario de Cádiz, David Fernández, destacó en su introducción "la capacidad del Jerez para armonizar con lo que se ponga por delante". Por supuesto, tal y como se demostró en la tarde de ayer, con el Carnaval casa a la perfección.

Selu García Cossío y Antonio Flores se fueron alternando en esta cata para relacionar las características de cada uno de los vinos de González Byass con una copla concreta del Carnaval que, a su vez, sirvió para destacar una manera peculiar de entender la fiesta.

La azotea de la Fundación Cajasol acoge la cata de cuatro referencias jerezanas

El primer vino que los asistentes pudieron catar fue un fino Tío Pepe en Rama. Selu lo comparó con el Carnaval callejero por "el punto tan popular, tan de la calle y no para ambientes exquisitos" que tiene este caldo de Jerez. Su elección fue una ristra de cuplés de la chirigota 'Los balconetis'. Por su parte, el enólogo justificó esta comparación con la manera que tienen las chirigotas callejeras de expresarse en la calle, ya que lo hacen "sin ningún filtro". Y, precisamente, eso es lo que caracteriza al Tío Pepe en Rama, ya que pasa directamente "de la bota a la botella" sin que se le haga "ningún tipo de tratamiento", convirtiéndolo en "un vino especial" del que solo se comercializan 18.000 botellas al año.

La segunda copa que se pudo paladear fue un viejo amontillado Del Duque. Para este vino, Selu escogió el tango del coro 'La guillotina' sobre los Astilleros. Esta relación la hizo al ser este caldo "el más viejo y con más solera", por lo que marida con el tango a la perfección por ser "la base del Carnaval de Cádiz". Flores, por su parte, resaltó de esta referencia que es "un Tío Pepe con 30 años", de los que "pasa 12 años bajo la influencia de la crianza biológica y en los otros 18 ha perdido la flor", por lo que "se produce la oxidación" que le da su color característico. Ante la creencia de que "todo lo viejo es bueno" en el mundo del vino, Flores advirtió que "primero hay que ser un buen vino joven".

El palo cortado Leonor fue el tercer vino que vincularon al Carnaval. En este caso, García Cossío recordó al tristemente desaparecido Juan Carlos Aragón por ser "revolucionarios" tanto el autor como este Jerez. Precisamente, Aragón le escribió al vino con su comparsa 'Los ángeles caídos'. Flores definió el palo cortado como "el vino rebelde", que nació de "un accidente en la bodega", ya que "era un vino con vocación de fino de crianza biológica que accidentalmente se desvió a la crianza oxidativa".

El cierre llegó con el Solera 1847. En palabras de David Fernández, este es el "más amable y que hace provincia, como el Carnaval". Una característica de este oloroso por la que Selu eligió la presentación de 'Si me pongo pesao, me lo dices' y por la que Flores sentenció que es “un gran vino para iniciarse en el vino de Jerez”.

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