Hay futuro en la chirigota de Cádiz desde la juventud y la poca vergüenza. Con su primera participación en las semifinales, la chirigota de los Pibes recupera una línea que se había perdido en la modalidad y que será muy interesante de ver en las próximas ediciones si se mantienen fieles y no pierden su esencia. En su estreno en esta fase, esta forma de entender la modalidad, entre la ironía, el surrealismo y algunos puntitos de maldad que entran muy bien con el tipo, está más presente en los pasodobles, lo más destacado de esta agrupación junto al juego que da el tipo en el popurrí. En el primero, le cae a Bruno García al contar todos los cambios que va a introducir en la ciudad por ser “facha y de Jerez”, por lo que habrá un coto de caza en Puntales, en el Parque Genovés se sembrarán olivos o las bulerías sustituirán al tanguillo. Por ello, lo rematan con ange al decir que se quede en su chalet al fresquito en junio, julio y agosto. Pega más fuerte el segundo a todas las cosas que se perderán en la vida si se mueren, como un Cádiz sin Vizcaíno, que los torture la comparsa del Pastrana o que se acaben los domingos de baratillo. Tantas cosas que les llevan a aprovechar el presente por cantar en las semifinales en el Falla. Los cuplés bajan un poco por tirar de recursos concurseros, lo que no casa tanto con su estilo. De hecho, echan mano de la actualidad carnavalera al seguir los cuplés de la chirigota del Bizcocho del día anterior, ya que ante un tsunami ellos cogen un boogie y se cuelan en el Ikea. Igual de resultón es el segundo a una amiga terraplanista que ve que les van a dar la Aguja de Oro.

Con opciones.

Cuartos de final

el tipo. Los vendedores del Baratillo. las coplas. Poca vergüenza y juventud, una mezcla explosiva. Surrealismo dentro de un tipo que les permite explayarse. Tras un buen primer pase, la chirigota de Joselini y Juaki se viene arriba en el momento de la verdad. Lo hace reforzando lo que ya funcionó en preliminares. Ingenio y alguna maldad para cuajar una notable actuación. Los pasodobles vuelven a brillar gracias a las dosis de surrealismo en los dos temas, aunque permiten meter críticas veladas, como sucede en el primero a un viaje en el tiempo. En el Cádiz del 2050, las mojarritas tienen tres ojos, Teófila sigue viva o al bañarse en La Caleta un androide les dice que es para los extranjeros. Al final, meten la denuncia por los alquileres y las pensiones. Este punto de locura está más presente en el segundo al narrar su nacimiento, en el que una comadrona de “Desokupa y nazi me dio un guantazo para respirar”. Por ello, recuerdan a Juan Carlos Aragón al decir que “donde esté una madre que se quite todo lo demás”. Mejoran sustancialmente en los cuplés respecto al primer pase. Solo es simpático el primero a la protección de los animales menos a las puntillitas, los langostinos y los calamares. Gran golpetazo con mucha maldad en el segundo al decir que Froilán, Juan Carlos I y Felipe VI tienen la misma vida laboral que Martínez Ares. Buena mercancía vintage.

Buena cuartos/semifinales

Preliminares

El tipo. Vendedores del baratillo. Las coplas. Una estampa de un domingo gaditano. Vendedores que se buscan dos duros vendiendo cosas “vintage”. Chirigota con un tipo gaditano y muchos detallitos –con algunas grandes paranoias–, pero que se queda a medias en su ejecución. Aun así, es de agradecer el riesgo en la interpretación. Los golpes gaditanos están presentes desde la presentación con pequeñas píldoras que van soltando, ya que se cuelan con un carro mangado del Supersol para vender un candelabro o la cinta de ‘Robots’. El personaje luce más en los pasodobles. Llama la atención cómo meten la crítica a la pérdida de identidad de Cádiz en la primera letra al contar que vuelven 14 años después de marcharse, por lo que han echado de menos “hasta un tango de Luis Rivero”. Una denuncia para que Cádiz no sea “el recreo de los nuevos pijos”. La segunda es una genialidad al contar el nacimiento de Jesús, por lo que ponen en duda que el Día del Padre sea el de San José. Dicen que debería ser el Día del Palomo o el del Palomar. Bajan en los cuplés. En el primero, acaban acordándose de “los muertos del Sevilla” al no saber a qué cantarle. No remontan con el segundo al dejar a una pareja al saber que era corista. El puntito de locura se mantiene en el popurrí con algunas cuartetas resultonas como la de que no cogen los vales de Cádiz Vale Más o la de la caella.

Aceptable

Previa

La chirigota de los Pibes dará un giro radical en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de 2024 al cambiar por completo a sus autores. José Pereira Joselini y José Joaquín Martínez Aniceto Juaki serán los encargados de elaborar el repertorio de 'Los Plácidos Domingos'. 

Ambos compositores se estrenan con una chirigota para el COAC. Sí tiene algo más de recorrido el cantautor gaditano José Pereira Joselini, cuya única referencia es la autoría de la comparsa de Morón de la Frontera 'El negocio del siglo', en 2016. En la calle, el pasado año hizo el romancero 'Vota a Joselini'. Además, también ha formado parte de la conocida como la chirigota del Parchís. Como cantautor, en 2017 se llevó el tercer premio en el Concurso de Cantautores del Pay-Pay.

El principal valor de esta agrupación es la juventud y la poca vergüenza de sus componentes, tal y como se demostró con 'Una insolación del carajo', una chirigota que, a pesar de los problemas que tuvo para llegar al Falla, estuvo cerca de entrar en cuartos de final.