Derrota dura y dolorosa del San Fernando CD a manos del Algeciras (0-2). Un marcador que complica mucho la situación de los azulinos al dormir por segunda jornada consecutiva en puesto de descenso a Segunda Federación. Y aún más cuesta arriba pone el futuro de Salva Ballesta en el banquillo del Iberoamericano de Bahía Sur. Peligra, y bastante, el puesto del entrenador.

La situación clasificatoria de los dos equipos resultó una evidencia desde el mismo inicio porque cada jugada se disputaba como si fuera la última. Mucha intensidad en ambas escuadras y armas para intimidar, deportivamente hablando, al adversario. Tanto Salva Ballesta como Iván Ania, rivales muchas veces en su época de jugador profesional, tenían asumido que no se podía conceder nada a un enemigo con prisas.Esta circunstancia también se tradujo en cierta ansiedad en el primer acto, con el típico miedo a fallar. El dibujo en la hierba presentaba a las dos defensas muy adelantadas, lo que daba paso a que ambas escuadras jugaran en pocos metros. Era el denominador común de los entrenadores y que se 'pintaba' en el verde.

Cuando se trataba de armar un ataque o de animar a la grada con una internada, Gabri Martínez fue el primero en poner a prueba a Pol Tristán; el atacante fue capaz de dejar atrás a su par pero la resolución contó con la intervención acertada del portero algecirista. En ese juego estrangulado en la medular, el Algeciras no estaba en La Isla para verlas venir. La prueba de ello fue que en la siguiente acción a la de Gabri, Siddiki probó el lanzamiento sobre un Perales que estuvo a la altura.

La sucesión de oportunidades no merecían el calificativo de clarísimas, si bien eran cartas que salían al juego para probar s las defensas adelantas asumía el rol de que fueran sorprendidas con balones largo a la espalda. No fue el arma de Lanchi para intentarlo con un tiro desde la frontal del área que se quedó en manos de Pol Tristán. Ese debate inicial de golpes leves lo cerraron Iván Turrillo con un lanzamiento que acabó con el esférico por encima del travesaño, así como Lanchi soltando al área uno de esos centros buenos que se pasea sin que aparezca un ‘9’ enamorado de esos balones.

Se había superado el ecuador de la primera parte y Salva Ballesta sabía que no era suficiente lo mostrado para dejar por atrás en el marcador a su ex equipo. Y eso que de nuevo trató de cambiar el electrónico Gabri, tras una jugada muy elaborada por varios compañeros, aunque el desenlace de su lanzamiento fue un saque de esquina.

El primer periodo se iba acabando mientras dejaba el marcador con el cero a cero inicial, dosis de intensidad y pique sano para dar y regalar, así como mucho oficio en dos conjuntos trabajados que saben que ese esfuerzo no se está convirtiendo en los puntos necesarios para coger aire con calma.

La segunda parte queda marcada por el primer gol algecirista a los ocho minutos. Siddiki pone un centro que David Martín empuja a la red. El más difícil todavía se presentaba para los azulinos porque a la obligación de ganar tocaba hacerlo por la vía de la remontada. Y bien que pudo conseguirla porque los acercamientos a la portería de Pol Tristán fueron una constante hasta el final. Marcelo, José Carlos, Del Campo, Gabri Martínez... En poder de ellos estuvieron unos goles que pasaron de largo de La Isla.

Entre grave e incomprensible el error de Del Campo en el 92’. Con el 0-2 en el electrónico del Iberoamericano de Bahía Sur, el atacante azulino cabeceó fuera con todo a favor cuando era más difícil no situar el esférico entre los tres palos. Una prueba más de lo negado que está el equipo de cara a gol.

El final del derbi dejó una decepción enorme en los seguidores isleños, conscientes de que se presenta una temporada que se puede complicar de manera severa si no se cambia la tendencia tan adversa del San Fernando en las últimas jornadas. Los números son claros; la clasificación, también.