Primera de las tres oportunidades de Fabio Aru y el Astana para desbancar a Tom Dumoulin, y nada. No habrá sido por falta de esfuerzo y disposición del italiano, que se reventó. Más dudas suscitan la actitud y la táctica de su equipo.

Con el recuerdo en la actuación del conjunto kazajo en el pasado Giro de Italia, donde a muchos les quedó la duda de si no habían apostado por el caballo equivocado, el propio Aru, en lugar del más fuerte, Mikel Landa, para batir a Alberto Contador, ahora la Vuelta también generan debates las decisiones de la dirección azul.

Está claro que el Astana, dirigido en Italia por Giuseppe Martinelli y en España por Julien Jurdie, ha sido y es el equipo más fuerte, lo que es de valorar y destacar, pero también que su comportamiento en carrera deja muchas cuestiones en el aire.

Por ejemplo, no teniendo el maillot rojo de líder y con Dumoulin permanentemente a rueda de Aru, ¿por qué el Astana salió a bloque a por Purito Rodríguez cuando éste, a 1.12 minutos del italiano en la general, atacó de lejos?

¿A quién perjudicaba más ese arranque del catalán?, ¿a Aru, que podía rehacerse, o a Dumoulin, ya sin gregarios y con escasa capacidad de maniobra?

¿Por qué Aru lanzó hasta siete ataques tratando de dejar a un rival que no dio síntoma de debilidad en ninguno de ellos? Dumoulin lo tiene claro: "Quiere aislarme para atacarme y quitarme el maillot". Pero también el antídoto: "Si puedo seguir a Aru, no pueden hacerme nada". En cualquier caso, encomiable el sardo en su pelea. Irreprochable, pues se dejó el alma como ninguno.