Cuando los políticos se deslizan por la exageración la cosa puede pasar del pleonasmo hasta el oxímoron. Ha llegado el punto de que hay tantas cosas prioritarias que fuimos a la prioridad primera y de ahí hemos pasado a la prioridad absoluta, no sabemos qué figura retórica nos esperará a la vuelta de la esquina en el camino de las grandes palabras, las declaraciones solemnes y las expresiones grandilocuentes. Dice el alcalde que la vivienda es su prioridad absoluta. Mañana dirá que no hay nada más importante que el empleo, y así hasta el infinito y más allá. Como el movimiento se demuestra andando ya veremos en qué consiste ese absolutismo habitacional. Por ahora el precio de la vivienda y del alquiler sube sin parar, en contra de lo anunciado por Martín Vila y el Kichi cuando hicieron la regulación de los apartamentos turísticos: se abrieron los montes y parieron un ratón. Aquello no sirvió para nada, hasta el punto de que Martín Vila me debe desde hace un año una tapa de ensaladilla que se resiste a pagar, con lo que confirma su fama de amarrategui . Es verdad que a lo largo de los ocho años de kichismo se construyeron entre pocas y ninguna vivienda por parte del Ayuntamiento, quizás es que no le daba tiempo, dedicado a la dolce far niente . Para Kichi y los suyos la vivienda no era una prioridad absoluta, para confirmarlo puso al frente de PROCASA a Eva Tubío, a quien dios confunda, una de las peores concejalas que han pasado por la corporación en 44 años de democracia, aunque la clasificación está competida. El tiempo la mandará al olvido. Veremos en qué queda la declaración de Bruno, que ya uno tiene edad para haber leído todo tipo de manifestaciones subidas de tono que han quedado en nada, porque al final las prioridades son tantas que el presupuesto no da para mucho mnás. Pasó el tiempo en que la Junta de Andalucía rehabilitó una parte importante del Casco, ahora nos conformamos con que termine Matadero y Cerro del Moro, mientras la iniciativa privada rehabilita el Casco y se construyen torres de renta libre, a la espera de ver en qué queda la operación Navalips que, no nos olvidemos, es una iniciativa de la Zona Franca sobre un suelo donde Teófila y el PP prometieron durante 20 años que se iba a construir una plaza de toros, primero, un centro de espectáculos multiusos después, pero que ha estado baldío durante 40 años, desde la crisis del sector naval que acabó con las contratas de astilleros. No nos olvidemos de las viviendas en palafitos que tanto en Cádiz dieron que hablar gracias al aparato de propaganda de Gorge y Los Ángeles de Chano. Ahora tenemos la frase de Bruno, ya veremos cuánto pone para vivienda en el presupuesto. El que viva lo verá.
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