El inquilino ha acabado contrato y sigue haciendo uso del inmueble. Es la situación que se vivirá desde mañana en el centro de salud de Los Gallos de Chiclana, un equipamiento que arrastra dos décadas de polémicas y conflicto entre administraciones para su puesta en funcionamiento, que al menos pudo llevarse a cabo en 2019, y que ahora centra la polémica en la compra-venta.

Desde mañana lunes, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) explotará el edificio en precario. El convenio entre el Ayuntamiento de Chiclana y la Junta de Andalucía expira este domingo sin que la administración autonómica haya abonado el dinero de la compra-venta, por lo que el Gobierno local se guarda la posibilidad de reclamar más dinero por el canon o alquiler del inmueble.

Tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Chiclana coinciden en que el acuerdo está cerca, aunque, tras tres años en funcionamiento y casi dos décadas de retrasos en las obras, ampliaciones del presupuesto y pulso entre las administraciones, aún no se han puesto de acuerdo en las cifras. Las tasaciones de los técnicos difieren en casi un millón de euros, por lo que Chiclana ha reclamado conocer los detalles de la última operación, la compra-venta del inmueble por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Para entender este complejo conflicto hay que remontarse al 2004, cuando el SAS, dependiente de una Junta entonces gobernada por el PSOE, y el Ayuntamiento de Chiclana firman un convenio para la mejora de las estructuras sanitarias de la ciudad, ya en continuo crecimiento. El documento, firmado por la entonces consejera de Sanidad y ahora ministra de Hacienda, María Jesús Montero, contemplaba mejoras en el centro de salud de La Banda, el Padre Salado; en el de El Lugar, el Jesús Nazareno; y en el centro de especialidades de La Longuera. Obras que se encargaría de poner en marcha el Consistorio, que ejecutaría también un tercer centro de salud para la zona de la playa, el Los Gallos - Costa.

Un edificio fantasma durante años

El equipamiento de Los Gallos terminó de construirse en junio de 2009, pero no pudo abrirse en una década. Durante años, quedó como un edificio fantasma e inutilizado que poco a poco se fue viniendo abajo por los graves desperfectos que presentaba en su estructura desde su edificación. Tenía humedades de más de un metro y medio de altura y no reunía las condiciones mínimas para poner en marcha un centro de salud que diera servicio a una población de en torno a 10.000 habitantes, con varios vicios ocultos y defectos de construcción. La obra estuvo marcada por la improvisación, los retrasos y los defectos, que se comieron la práctica totalidad del presupuesto.

Obreros tapian las ventanas del centro de salud de Los Gallos en 2013, tras estar varios años inutilizado.

En 2013, un informe municipal demostró la inviabilidad de la puesta en marcha del centro de salud, que había costado 2 millones de euros pero estuvo sin funcionar durante diez años, coincidiendo además con la crisis económica, lo que por momentos le hizo caer en el olvido. No fue hasta 2016 cuando el SAS y el Ayuntamiento volverían a firmar un convenio de actuación en el equipamiento con el objetivo de ponerlo en marcha.

El Consistorio se comprometió a reparar los desperfectos de manera subsidiaria y la Junta a su puesta en marcha, con la recepción de las obras y la valoración del inmueble para su compra-venta. Como contraparte, el Ayuntamiento acabó devolviendo parte del dinero recibido por el convenio inicial por no haber entregado el centro de salud en el plazo previsto. Entonces era el PP quien acusaba al PSOE, de vuelta al Gobierno local tras un mandato en la oposición, de responder a los intereses de la Junta.

El Consistorio intentó evitar la devolución del dinero y el tema acabó en los juzgados, aunque acabó perdiendo la causa. La consecuencia es que la administración autonómica acabó reclamando la devolución con el doble de intereses: los 396.920 euros de intereses iniciales de 2008 y otros 397.324 euros entre 2015 y 2021. El Ayuntamiento pasó de deber un millón de euros a deber 1,8, tal y como reflejó un requerimiento reciente de la Junta.

En 2017 y tras nuevos problemas burocráticos derivados, entre otras cuestiones por varias ofertas presentadas con baja temeraria, la Junta de Gobierno local aprobó la adjudicación definitiva de las obras pendientes, que supusieron una inversión de 943.000 euros, aunque el presupuesto base de licitación ascendía a los 1.371.000 euros.

Una vista general del interior de la edificación, que necesitó varias rectificaciones, con cascos de obras colocados en un mostrador.

El Ayuntamiento recepcionaría las obras a finales de 2018, tras varias prórrogas y nuevos problemas técnicos de las obras. Entre otras muchas actuaciones, hubo que sellar un agujero abierto para extraer la tierra del subsuelo, lo que originaba los problemas de humedades. De esta forma, al fin se pudo ceder el espacio al SAS, encargado de dotar de mobiliario, equipos informáticos y material de oficina y del personal de cara a su apertura.

La apertura definitiva del centro sería en abril de 2019, ya con Juanma Moreno en el Gobierno y en la antesala de las elecciones a nivel nacional. Curiosamente, la puesta en funcionamiento más esperada se hizo sin la celebración de un acto inaugural, ya que lo prohibía el decreto de convocatoria de elecciones generales del 28 de abril. Desde entonces, los vecinos de Los Gallos, Rana Verde y la costa cuentan con servicio de atención primaria en su zona, reduciendo así las colas en Padre Salado o Jesús Nazareno.

Compra-venta

Pero el conflicto entre administraciones no cesó. Aún quedaba pendiente la compra-venta del equipamiento por parte de la Junta de Andalucía, tal y como figuraba en el convenio, cuyo plazo finalizaba el 15 de enero de 2023, hoy domingo.

Los técnicos municipales tasaron en un primer momento el espacio por 2,7 millones de euros, cifra con la que el Ayuntamiento ha venido repitiendo durante meses para reclamar a la Junta el dinero que debía a la ciudad. Además, el Gobierno local ha propuesto en varias ocasiones reinvertir ese dinero en la construcción del cuarto centro de salud, el de La Cucarela, que vendría a responder al crecimiento de Chiclana, que no se ha detenido durante estas dos décadas.

Sin embargo, la propuesta del SAS no llegó hasta el pasado mes de diciembre, a pocas semanas de que caducara el convenio. La Junta remitió un borrador del convenio administrativo por el que se formalizaba la compraventa, pero por casi un millón menos de lo estipulado por la administración local: 1,9 millones, impuestos excluidos.

El centro de salud Los Gallos - Costa entró en funcionamiento en 2019, aunque aún quedan pendientes algunos compromisos entre administraciones.

Ahora, el Consistorio reclama conocer los detalles para negociar. Esta semana, el delegado municipal de Patrimonio, Joaquín Guerrero Bey, anunció que ha reclamado la valoración técnica para aclarar “a qué se debe esa disparidad entre lo valorado en su día por los técnicos municipales y lo que ahora ofrece la Junta de Andalucía”.

“Debemos recordar que desde el Ayuntamiento de Chiclana cedimos, de forma completamente gratuita, el centro de salud de Los Gallos a la Junta de Andalucía, mientras que la administración autonómica nos obligó a devolver el millón de euros que nos adelantó y, además, casi 800.000 euros de intereses”, recordó Guerrero Bey, quien recalcó que “estamos hablando de un trato absolutamente desequilibrado, porque no solo devolvemos el dinero adelantado, sino que nos obligan a pagar intereses y ahora la Junta valora el edificio por menos de la mitad de lo que se licitó públicamente”.

De esta forma, el conflicto sigue abierto y ambas administraciones siguen sin poder cerrar de manera definitiva un proyecto que arrastra demasiados retrasos. La Junta asegura que “el expediente de adquisición del inmueble está en su fase final”, siendo gestionado por la Subdirección de Compras y Hacienda. “El Ayuntamiento de Chiclana ha presentado esta misma semana discrepancias respecto a la valoración, estando prácticamente ultimado el documento contrato adquisición”, apuntan. Mañana, tras casi dos décadas de matices y ampliaciones, el convenio para poner en marcha este centro volverá a expirar sin cumplir a tiempo lo comprometido en el documento.