Cádiz CF

La trampa infalible

  • El Cádiz tiene la habilidad de meter a su rival en un laberinto sin salida

  • El equipo amarillo ha sumado nada menos que 25 de los últimos 30 puntos

Álex Fernández (i), José Mari y Manu Vallejo celebran el triunfo ante el Dépor.

Álex Fernández (i), José Mari y Manu Vallejo celebran el triunfo ante el Dépor. / Julio González

El Cádiz CF disfruta de las cortas vacaciones de Navidad con absoluta felicidad. Quién imaginaba hace dos meses, después de perder en el campo del Extremadura y metido hasta el cuello en la zona de descenso –en la vigésima posición–, que el equipo amarillo iba a detenerse en parón de la Liga instalado en una cómoda sexta plaza, en plena batalla por un sitio en el play-off de ascenso a Primera División del que ahora es inquilino.

Todo cambió cuando las piezas encajaron, cuando los hombres importantes en el esquema se pusieron a tono. Y el Cádiz CF pasó de sumar sólo siete puntos en las nueve jornadas iniciales de LaLiga 1|2|3 –menos de un tercio de los 29 que disputó– a hacerse con la propiedad de 25 de los últimos 30. Sólo se dejó cinco en el camino al quedarse con un 83 por ciento. La derrota en Málaga es casi una anécdota.

Ningún conjunto ha transitado con tanta regularidad en los últimos diez capítulos como el entrenado por Álvaro Cervera, el mejor de los dos meses y medio más recientes, no sólo por los puntos, también por su eficacia en las dos áreas. Lo demostró en la prestigiosa victoria ante el Deportivo.

El Cádiz CF es el equipo más goleador de las últimas diez jornadas con 21 tantos marcados y también es el menos goleado con sólo cinco dianas en contra. Los números son de los que meten miedo a cualquier rival y con ellos la escuadra amarilla se gana un lugar en la nómina de candidatos al ascenso. Al menos a día de hoy.

No se trata de vender humo y el discurso del club no se desvía de la ruta de la prudencia. La prioridad son los 50 puntos. Sólo quedan 18. Cervera se encarga de rebajar la euforia externa –y la interna en el caso de la hubiese-, como hizo en la sala de prensa del estadio Carranza minutos después del 3-0 sobre el Deportivo de La Coruña.

Quizás llegue el bajón algún día y se acaben las especulaciones. Pero a finales del año 2018 el Cádiz CF sueña y hace soñar a su gente. Y no es que el Cádiz CF se vea como favorito, la cuestión es cómo lo perciben los demás. Y los demás conjuntos consideran al equipo amarillo como uno de los que librará la contienda por los escalones más altos de la clasificación. A su manera, con su estilo, pero ahí está al filo de la clausura de la primera vuelta.

La realidad, números en mano, es que el equipo de Cervera repite el camino de las dos campañas anteriores. Tanto en la temporada 2016/17 como en la 2017/18 venció con holgura en la última cita antes de Navidad: 4-1 al Sevilla Atlético dos cursos atrás y 3-1 al Barcelona B hace justo un año. Las dos veces se marchó como ahora, con la treintena de puntos en el bolsillo: 30 en diciembre de 2016 y 35 en 2017. Cuarto en la tabla dos años atrás y segundo en la referencia más cercana.

No cambia el recorrido ni tampoco el estilo. La garra, el trabajo de principio a fin. La filosofía del esfuerzo corre por las venas de un equipo en el que impera la conciencia colectiva de que la alegría del triunfo sólo es posible con el derramamiento hasta la última gota de sudor más allá de si el dibujo sobre el césped es con trivote, 4-4-2…

La base del éxito pasa por la eficacia del entramado defensivo. La hoja de ruta de Cervera y los suyos es más que conocida. El Cádiz CF tiende una trampa en la que caen sus rivales. Todos saben cómo se las gasta el cuadro amarillo, pero son pocos los que consiguen salir del laberinto al que son conducidos. No hay puerta de salida porque todos los espacios están cerrados. Aquí defiende hasta el apuntador. Y si surge alguna laguna o el contrario, que también juega, halla un resquicio, ahí está Alberto Cifuentes como guardián infranqueable.

El conjunto amarillo se convierte en el más eficaz en la dos áreas con su férreo sistema defensivo

Cuando Dejan Lekic marcó un cuarto de hora después del pitido inicial en el duelo ante el Dépor, el Cádiz CF asestó un golpe que suele ser definitivo. Cuando se pone por delante en el marcador ya no es que no pierda –es raro que sufra una remontada- lo normal es que gane, como hace de manera habitual.

Marcar primero es un hecho determinante, y aunque ante el Dépor los gaditanos sufrieron horrores con el 1-0 que dejaba la resolución en el aire, supieron apretar los dientes y cuando se masticaba el empata se las ingeniaron para sentenciar con un segundo tanto y llegar a los últimos minutos con la tranquilidad de sentirse ganadores.

El Cádiz CF se convierte en el equipo más eficaz en las dos áreas. Ahí están sus números. Es el rival más incómodo de la categoría que además hace del Carranza una fortaleza inexpugnable en los tiempos arropado por una afición que acumula motivos para disfrutar de una feliz Navidad cadista.

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