El Logroñés, la Copa del Rey, es el más inmediato compromiso del Cádiz, pero con absoluta certeza Álvaro Cervera también centra su atención en el siguiente compromiso liguero, el que afrontará el miércoles 15 en el Ramón de Carranza contra el Mirandés, segunda entrega de la segunda vuelta tras la visita a la Ponferradina.

En este sentido, el técnico deberá estrujarse la cabeza para hallar una solución de garantías a un serio contratiempo que se le ha presentado, la baja por sanción de Fali y Garrido, que en tierras leonesas vieron cartulina y tendrán que cumplir un partido de castigo por acumulación de amarillas.

El central valenciano se ha convertido en un fijo en los esquemas, mientras que el centrocampista vasco se ganó esa condición desde que regresó de la mano de Juan Carlos Cordero y a día de hoy pasa por ser uno de los pilares fundamentales del proyecto. Por todo ello, la ausencia de estos dos futbolistas no es un hándicap cualquiera sino dos auténticos problemas de una tacada.

El entrenador tiene por delante una semana para encontrar la fórmula de sustituir a dos jugadores que se antojan determinantes en el sistema defensivo, de esos que contribuyen de forma notable a que el bloque sea ese muro indestructible que se persigue.

La baja del defensa, no obstante, coincide con la vuelta de Juan Cala, lo que representa cierto alivio. Para suplirle, en principio, los dos nombres que aparecen en el horizonte son los de Jean Pierre Rhyner y Sergio González. El suizo ya trabaja con el grupo tras dejar atrás sus molestias y podría incluso entrar en lista para la cita copera de Las Gaunas. Por su parte, el canterano, que por causa de fuerza mayor volvió recientemente a sus orígenes al retrasar su posición, ha cumplido con buena nota cuando se le ha exigido y también podría convertirse en el remedio. Lo normal es que el que vaya a jugar ante el Mirandés no lo haga en La Rioja.

Sergio González, Rhyner, José Mari y Bodiger, candidatos para cubrir las bajas

Por lo que se refiere a la ausencia del bilbaíno, Cervera tendrá que valorar con sumo cuidado cómo blinda la zona ancha. A priori la presencia de Edu Ramos no se discute, entre otras cosas porque el malagueño está rindiendo a un gran nivel, pero las dudas surgen al valorar quién le acompañará en el doble pivote. El abanico de opciones permite contemplar hasta cuatro posibilidades.

De todas variantes, la que supondría una apuesta por el valor seguro, por lo que se sabe que funciona, es sin duda que entre José Mari, pero el problema en este sentido es que el roteño anda recuperándose de la intervención quirúrgica de su hombro izquierdo a la que fue sometido hace poco más de un mes. Ya entrena con el grupo, pero está por ver si llega a tiempo y con qué ritmo. En su caso, si interviene aunque sólo lo haga unos minutos ante el Logroñés este sábado puede interpretarse como una señal positiva para su posterior alineación ante el Mirandés.

Una segunda posibilidad pasa por otorgarle de nuevo la confianza a Bodiger, que tras completar una prometedora pretemporada se fue difuminando con el paso de las jornadas. La calidad y capacidad física del francés contrasta con la excesiva precipitación que ha mostrado cuando ha salido al campo.

La tercera alternativa conlleva no usar a Sergio González en el eje de la zaga para adelantarlo al centro del campo, el puesto en el que habitualmente se desenvuelve desde que subió a la primera plantilla.

Y, por último, la más improbable de todas, retrasar a Álex Fernández. El madrileño se antoja una garantía juegue donde juegue, pero igual no compensa todo lo que el equipo pierde al quitarlo de la mediapunta, entre otras cosas la faceta goleadora que está mostrando al desenvolverse más cerca de la portería.

Decida lo que decida, Cervera tendrá que estudiar la cuestión con mucho tino. La casualidad ha querido que de golpe y porrazo se quede sin dos de sus baluartes y, más allá del dibujo, tendrá complicado cubrir esas ausencias con gente que aporte en términos de lo tangible y lo intangible.