Cádiz CF

Ser segundo, un reto importante

  • En las siete temporadas con el sistema de fase de ascenso vigente en la actualidad subieron otros tantos subcampeones por dos terceros y ningún cuarto.

El meritorio triunfo conseguido en el hasta entonces inconquistado feudo del líder ha propiciado que renazcan en algunos aficionados las esperanzas de que el Cádiz acabe la competición regular como campeón del grupo IV, lo cual lo convertiría en uno de los cuatro conjuntos privilegiados a los que les bastaría ganar una eliminatoria para dar el salto de categoría, gozando de una segunda oportunidad, consistente en imponerse luego en otros dos enfrentamientos consecutivos, en caso de no aprovechar esa pintiparada ocasión de regresar a las primeras de cambio al fútbol profesional.

En cualquier caso, la postura más sesuda parece ser la de tener como objetivo realista, como ya ocurría antes de una visita al Real Murcia que se afrontó a la friolera de 11 puntos del primer clasificado, ocupar la segunda posición del grupo cuando allá por el 15 de mayo se baje la bandera de la primera fase de la división de bronce. El conjunto amarillo se encuentra ahora mismo a ocho puntos del pimentonero y a cuatro del universitario, los dos únicos que le preceden en la clasificación cuando restan 11 jornadas por cumplimentar. Sobre todo en lo que respecta al Real Murcia, la distancia actual obliga, para que se produzca la soñada remontada, a un rendimiento en cuanto a marcadores positivos por parte de los pupilos de Claudio Barragán que aún ni se ha atisbado durante la presente temporada, lo cual debería ir de la mano de un hundimiento manifiesto de los entrenados por José Manuel Aira, que por algo será que solo han salido derrotados en uno de sus últimos 17 compromisos ligueros.

Una vez que el primer lugar anda bastante alejado no se puede levantar el pie del acelerador lo más mínimo porque la historia demuestra que es mucho más ventajoso ser subcampeón de grupo que acudir a la fase de ascenso como tercero o cuarto. Esta afirmación se sostiene a la perfección una vez se analizan los datos correspondientes a las temporadas celebradas desde que se instauró, de cara al ejercicio 2008/09 el sistema todavía vigente para la fase de ascenso a Segunda División A.

Desde entonces han sido 28 los equipos que han escalado al ansiado mundo de la Liga de Fútbol Profesional. De ellos, 14 fueron de manera forzosa escuadras que previamente se habían proclamado campeonas de sus respectivos grupos para más tarde ganar la decisiva eliminatoria con dos primeros como adversarios. Los otros 14 ascendidos se vieron obligados, en cambio, a disputar tres rondas. De los siete años, jamás acabaron ascendiendo a la par los dos campeones que habían sido superados en la ronda inicial e incluso en dos de esas campañas -2010/11 y 2011/12- no lo hizo ninguno de los componentes de esa pareja, por culpa del fracaso de Lugo y Éibar la primera vez así como de Atlético Baleares y Cádiz en el curso posterior. En las cinco restantes sí sacó provecho de la segunda oportunidad uno de los campeones de grupo eliminados.

Pero en lo que respecta a los no campeones que se clasificaron para las eliminatorias se advierte una sensible diferencia entre lo acaecido con los subcampeones, los terceros y los cuartos. Terminaron dando el salto a la división inmediatamente superior siete de los segundos -curiosamente uno por cada temporada-, tan sólo dos terceros -Alcoyano en la 10/11 y Lugo en la 11/12- y ¡ningún! cuarto. Por algo será, pero los números son rotundos y demuestran que los subcampeones suben con mayor asiduidad que los terceros y no digamos ya que los cuartos, que no se estrenaron en un septenio.

Por ello el Cádiz debe al menos asegurarse el segundo puesto para intentar imitar más tarde a Villarreal B, Barcelona B, Guadalajara, Ponferradina, Éibar, Leganés y Athletic de Bilbao B.

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