Es un hecho que se repite una semana tras otra desde hace varios años hasta el punto de haberse convertido en una costumbre en el Cádiz CF.

Los partidos pueden empezar antes incluso del pitido inicial y sin que los jugadores hayan hecho acto de presencia sobre el tapete.

Y es que cada vez que el conjunto amarillo afronta un encuentro de Liga, siempre aparece primero la alineación del equipo contrario. No es casualidad. Es algo buscado.

Los amarillos esperan y apuran todo lo pueden para mostrar sus cartas en forma de once. Quieren ver qué piezas utiliza el rival y de paso esconder las suyas hasta cuando sea posible. Es una forma de arrancar el duelo.

El partido empieza en el vestuario antes de saltar al césped porque los jugadores elegidos por el otro contendiente pueden ofrecer pistas sobre la táctica que pretende llevar a cabo.

Por ejemplo, no es lo mismo salir con dos medios que con tres, dos o tres centrales, uno o dos delanteros o con futbolistas de unas características u otras que dan a entender el planteamiento que va a realizar un equipo.

No es irrelevante que se haga público el once del adversario antes que el del Cádiz CF. El entrenador, Álvaro Cervera, aguanta al máximo para conocer la alineación de oponente y, si lo estima conveniente, tomar una decisión sobre la marcha para amoldarse a la situación. Es posible hasta que cambie la idea que tenía pensada o incluso o hacer un movimiento de última hora en la alineación.

El propio Cervera lo explicaba en la rueda de prensa previa a la visita al Getafe correspondiente al 14º capítulo del torneo de la regularidad.

"El sábado realizaremos el último entrenamiento (antes de emprender viaje a territorio madrileño) y lo haremos pensando en lo que pueden hacer ellos (en alusión al cuadro getafense)", indicó el preparador cadista.

Apuntó algo más el inquilino del banquillo, en este caso sobre las instrucciones que da a sus futbolistas para encarar el partido. “La charla la daremos en torno a cómo creemos que va a salir el rival a disputar el encuentro”.

Pero todo puede dar un giro. El problema es si el contrincante parece que va a salir de otra manera a tenor del once que presente una hora y pico antes del duelo. Hay poco margen de maniobra, pero en el vestuario cadista reaccionan con celeridad.

"Cuando te dan la alineación del contrario la ves y compruebas si tienes que cambiar, a veces lo hemos hecho sobre la marcha", aseguró Cervera.