Cádiz CF

¿Dónde está la magia del Cádiz CF?

Sergio González se enfrenta a un momento especialmente delicado.

Sergio González se enfrenta a un momento especialmente delicado. / CÁDIZ CF

La ley del fútbol, tan desagradable como injusta en muchas ocasiones, se encuentra más cerca que nunca de la cabeza de Sergio González desde su llegada. A pesar de que el silencio es el caldo de cultivo en boca de los máximos responsables del Consejo de Administración, los dos encuentros en seis días van a marcar el capítulo de decisiones sobre el futuro del entrenador. Para que el guión, el peor guión, se vaya cumpliendo debe salir el presidente ratificando en su puesto al técnico. Cuando eso sucede, está el aceite hirviendo.

Mallorca y Celta. Son las consignas que tiene en sus manos el Cádiz CF para recuperar el terreno perdido en forma de sensaciones y de resultados, que es al final de lo que vive un equipo. Nueve jornadas sin abrazar un triunfo es demasiado tiempo aunque el equipo amarillo sea posiblemente el más preparado mentalmente de Primera División para caminar sobre ese precipicio. Es necesario sumar de tres en tres para que los registros sean lógicos y la puntuación lleve a la permanencia porque la situación real es engañosa. El Cádiz CF tiene clarísimos números de descenso, pero se da la circunstancia de que hay cuatro conjuntos que lo están haciendo aún peor. Y esa circunstancia puede durar seis días porque justo los dos que tiene por detrás en la tabla clasificatoria le pueden dar caza en suelo balear y gallego.

Este miércoles y el próximo lunes habrá mucho en juego aunque después de estos partidos quede un mundo. Y es así cuando las sensaciones, por muy favorables que hayan sido, dejan de tener fuerza para sostener un proyecto que se derrumba. El Cádiz CF se resquebraja por diferentes fisuras y el agua toma zonas prohibidas para mantenerse a flote. Sergio González lo sabe, tiene muchos tiros en el culo en el planeta fútbol, y la presión es total para conseguir que su equipo vuelva a funcionar.

Lo primero es el desembarco en la mayor isla de las Baleares, donde el conjunto gaditano debe buscar su propio paraíso en forma de victoria. Sólo así la navegación de vuelta se verá con otros ojos y la calma ayudará a planificar la batalla de Vigo, donde también la presión será máxima pero venida un poco a menos si se corta oreja y rabo contra los bermellones.

La vieja guardia de la plantilla, esos veteranos que en algunos casos están lesionados y en otros viven en el ostracismo deportivo, deben tirar del carro para que la cuerda no se fracture por la parte más cercana al banquillo. El egoísmo del que no tiene lo que quiere puede ser un obstáculo para creer en lo que se hace, si bien la profesionalidad está por encima de todo y de todos cuando hay que unir las manos y apretar el culo para sacar al Cádiz CF de este atolladero en el que se ha metido solito a lo largo de nueve jornadas.

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