Fali, la cara visible de la indignación del Cádiz CF en Córdoba

El Cádiz CF había hecho lo más difícil en el estadio del Córdoba cuando nadie lo esperaba después de una primera parte en la que había deambulado en la frontera del ridículo. Con un futbolista menos tras la expulsión de David Gil y dos goles por debajo en el marcador, el equipo amarillo pegó un volantazo y en menos de cuarto de hora, tras la reanudación, hizo dos tantos con los que aspiraba al menos a llevarse un punto que no era nada malo dada las adversas circunstancias.

Ahí andaba peleando el Cádiz CF con el 2-2 imperante en el luminoso hasta que el árbitro consideró penalti un leve empujón de Víctor Chust sobre un oponente dentro del área, uno de los cientos contactos que se dan en un partido. Unos se pitan, otros no... Oliver de la Fuente Ramos frenó la reacción de los gaditanos al señalar una pena máxima que quizás sólo vió el. Los jugadores se fueron raudos hacia él. No entendían cómo había pitado penalti, que además era el segundo de la noche. Las protestas hicieron que el colegiado desenfundara el tarjetero con rapidez para contener la rebelión.

Nadie del bando cadista podía creer lo que estaba viviendo. Después de gastar litros de sudor para conseguir el empate, un penaltito lo tiró todo a la basura por una interpretación que nadie entendía, ni en el campo ni en el banquillo.

Tras el pitido final, con la derrota ya inevitable, Fali fue el más expresivo a la hora de mostrar la indignación. El central, todavía sobre el césped, se marchó haciendo aspavientos preso del enfado. Quizás sentía que no había sido justo lo que había sucedido y tuvieron que ayudarle a aplacar el ánimo alterado.