La ampliación de capital que está en marcha en el Cádiz CF (está inmersa en su primera fase) depara movimientos importantes. El empresario gaditano Rafael Fernández Bernal vende el paquete del 30 por ciento de las acciones del club.

Fernández Bernal se desprende de sus acciones con varias operaciones. El 14 por ciento se lo traspasa a otro empresario gaditano, Rafael Contreras, vicepresidente del Cádiz CF desde hace varias semanas y que ahora se convierte en accionista como socio del presidente, Manuel Vizcaíno.

La operación, formalizada el pasado viernes 16 de abril, supone de facto la desvinculación de Fernández Bernal como accionista de peso (se queda con una minúscula porción de títulos de modo testimonial y siempre como aficionado del equipo amarillo) y propicia la irrupción de Rafael Contreras con un papel relevante en la entidad cadista. El ex de Carbures se convierte en hombre de máxima confianza del presidente.

El distanciamiento entre Vizcaíno y Fernández Bernal era un hecho en los últimos años, pero en las últimas semanas se ha producido un acercamiento que ha propiciado la venta de una parte de las acciones a Contreras, la entrada de éste como propietario minoritario aunque con un papel relevante a la hora de formar mayoría con Vizcaíno.

El 16 por ciento restante lo vende Fernández Bernal de la siguiente manera: un 10 por ciento a Quique Pina a través de Calambur y 6 por ciento a Joaquín Vigueras, agente de futbolistas cercano al ex presidente del Granada y ex consejero del Cádiz CF. En ambos casos la venta atiende a la devolución de sendos préstamos.

El tablero accionarial del Cádiz CF experimenta un fuerte temblor pocos días antes de que finalice la primera fase de la ampliación de capital. En disputa está la mayoría para hacerse con el poder en el club, con la sempiterna guerra entre Vizcaíno y Pina, socios y a la vez enemigos en Locos por el Balón, sociedad que ostenta aproximadamente el 60 por ciento de las acciones del club que se dispone a entrar en fase de liquidación.

Es Vizcaíno, como administrador único de Locos por el Balón, quien ha recibido el encargo judicial de gestionar la disolución de esa empresa, una decisión que iba ser recurrida por Pina.