Alberto Cifuentes es uno de los pesos pesados del vestuario del Cádiz, una voz autorizada que por su experiencia sabe a lo que se enfrenta el equipo en las diez jornadas que faltan. El portero titular del Cádiz sabe que llega el momento de la verdad aunque su apuesta es vivirlo por episodios, partido a partido pensando en primer lugar en el encuentro contra el Rayo Vallecano. Se siente un privilegiado al no preocuparle la presión más de lo debido y entiende que todos los puntos contra cualquier rival son igual de importante. El veterano de la plantilla cadista pasó ayer por la sala de prensa de las instalaciones de El Rosal para analizar su momento y el del equipo.

El cancerbero prefiere no hacer distinciones entre rivales y necesidad de ganar a unos más que a otros. Considera a todos iguales y valora el hecho de ir sumando. "En la recta final del campeonato todos los puntos son importantes. Ahora son muy decisivos y pueden significar mucho. Pero cuando pase esta jornada quedarán nueve más y eso es lo que debemos mirar", explicaba el albaceteño en la ciudad deportiva del equipo amarillo.

Piensa que la presión "es un mito; cuando empieza un partido sólo hay concentración"

Cifuentes sabe perfectamente que en el estilo de juego del Cádiz nace mucho del éxito en las dos últimas temporadas, en las que se está repitiendo el guión en cuanto a la lucha por las posiciones de ascenso. A él también le llega que los demás conjuntos de Segunda A se quitan el sombrero y reconocen los méritos de lo que está haciendo junto a sus compañeros. "Se siente muy orgullo por el trabajo del equipo y el sacrificio que supone jugar aquí. Hacemos muchas cosas bien, eso está claro, tenemos una manera de colocarnos y los rivales saben que es difícil crearnos ocasiones", destacaba como una de las claves por las que al Cádiz resulta tan complejo hincarle el diente. Todo ello con 32 titularidades -todas esta campaña- en Liga y siendo, con diferencia, el Zamora. Ante este escenario brillante, ayer admitía que "estoy en mi mejor temporada en el fútbol profesional".

El próximo fin de semana será muy especial para el guardameta de 38 años, ya que regresará al estadio de Vallecas, donde defendió el escudo del Rayo hace la friolera de 12 años, ambas en el grupo I de Segunda B. "Siempre jugar contra un ex resulta especial. Viví años bonitos en Vallecas, y además se sabe que es una fiesta de las aficiones este tipo de partidos. Ir a Vallecas siempre es algo más que ir a otro sitio, y más en este momento personal y global", manifestaba con unas palabras en las que demostraba el cariño que profesa al club madrileño.

La experiencia es fuente de miradas de muchos compañeros en la intimidad del vestuario antes del comienzo de los encuentros. Lo que desprenda el rostro de Cifuentes supone mucho para los compañeros más jóvenes con los que convive profesionalmente día a día. Uno de los aspectos que aparecen es la presión, aunque el cancerbero albaceteño tiene sus dudas. "Es un mito porque cuando empieza un partido sólo hay concentración por parte de los jugadores", y agregaba seguidamente que "en el Cádiz no la noto porque existe mucha ilusión con nosotros y la gente sólo quiere disfrutar viéndonos ganar".

Dos meses largos faltan para que la fase regular de la competición en la categoría de plata toque a su fin. Ese dato es sinónimo de que lo deseado podría estar cerca. Cifuentes lo manifestaba ayer de la siguiente manera: "La vida son objetivos que van cambiando, pero ese sueño que está ahí se acaba poniendo los pies en el suelo. Nuestro sueño no debe ir más allá de los tres puntos en Vallecas", con lo que apelaba al ya mensaje tradicional de ir partido a partido hasta alcanzar la gloria. En Cádiz, se llama ascenso a Primera.