Cádiz CF

Cervera, el entrenador récord y el creador del lema eterno

  • El técnico deja una profunda huella en el cadismo

Cervera saludan a aficionados en la calle.

Cervera saludan a aficionados en la calle. / Joaquín Hernández Kiki

Álvaro Cervera se ha ganado un enorme espacio en las páginas de oro del Cádiz CF. El club decide prescindir de sus servicios. El entrenador paga el precio de la nefasta dinámica de un equipo amarillo cautivo de sus limitaciones y hundido en la zona de descenso.

Cervera deja de ser el técnico después de una exitosa etapa de más de cinco años y medio empañada sólo al final por los malos resultados. Deja el listón muy alto, con 257 partidos oficiales en el banquillo cadista, récord absoluto en la historia de la entidad.

Se va el que quizás ha sido el mejor entrenador que ha tenido el club. Llegó en abril de 2016 como solución de emergencia y en dos meses fue capaz de sacar al equipo de Segunda B. Aquella hazaña fue sólo el principio de un largo idilio que le llevó a batir varios récords en el club. Tejedor de milagros, sacó jugó a la plantilla años tras año para situar al equipo más alto de lo esperado.

No sólo es el entrenador con más partidos. Es también el técnico con más victorias, 97 (se podrían añadir dos más en la tanda de penaltis en duelos coperos. Se quedó a sólo tres del centenar que además le hubiesen permitido continuar porque en ese caso el equipo sumaría más puntos.

Cervera es además el técnico que más temporadas seguidas ha estado en el Cádiz CF: siete desde que llegó en la recta final de la 2015/16 hasta su marcha a mitad de la 2021/22. El único que consiguió llevar al equipo desde Segunda B hasta Primera, siempre fiel a un modelo de juego a veces discutido pero efectivo hasta la época más reciente.

El despido del técnico no puede ser más doloroso después de todo lo que ha hecho desde su puesto. Su marcha es un shock para el cadismo, identificado plenamente con el lema ideado por el propio Cervera que se ha hecho eterno: La Lucha No se Negocia (LLNSN).

Cervera se va, pero permanece su huella. Deja un legado difícil de igualar. Al final fue engullido por los malos resultados, lo que suele suceder en el complejo mundo de los banquillos. En los últimos tiempos no terminaba de dar con la tecla, cuando el sistema defensivo que tantos éxitos había deparado había dejado de funcionar.

El propio Cervera dijo hace años, en una muestra de realismo, que los entrenadores tienen fecha de caducidad. Dijo además en alguna ocasión que su estilo de juego le llevó hasta arriba y seria el que acabaría con su salida.

Se cumplió su vaticinio. Él mejor que nadie sabía que estaba en la cuerda floja dada la delicada situación del equipo en la clasificación. Y el martes de una fría mañana de enero se consumó su marcha. Se va Cervera pero se queda un cadismo y un gaditano más que merece todos los homenajes que reciba en adelante.

El universo cadista sólo puede estarle agradecido por su trabajo y sus logros que ya forman parte de la historia del club.

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