Si el Cádiz CF hubiese perdido por un puñado de goles contra el Real Madrid en el estado Santiago Bernabéu se habría impuesto la lógica que suele aplicarse cuando se miden un grande y un pequeño que viven en las antípodas tanto el apartado económico como en el deportivo.

Poco que objetar en ese supuesto caso de triunfo holgado del poderoso que, sin embargo, no llegó a producirse porque ni le cayeron goles ni salió derrotado un Cádiz CF que de repente muestra su mejor cara y sale a flote cuando lo peor lo tiene.

El valioso punto obtenido en la capital de España es el aviso de que este equipo, pese a las dificultades y a las limitaciones que presenta desde el arranque de la temporada, está muy vivo en la incansable lucha por la salvación. Consiga o no el objetivo, al menos no se rinde.

Pocos, por no decir nadie, hubiesen apostado un euro por el conjunto amarillo en su comparecencia en el coliseo blanco. Las cifras anteriores al partido eran tan demoledoras que las opciones de sacar tajada parecían mínimas. Se enfrentaban el más goleador y el segundo más goleado, casi 30 puntos de diferencia entre uno y otro, el Real Madrid llevaba diez triunfos consecutivos entre las dos competiciones…

Pero lo bueno del fútbol, como la vida misma, es que está sujeto a sorpresas que se pueden dar aun en un contexto a priori poco propicio. El pequeño se agigantó, no le pesó el escenario ni la contrastada calidad del contrario.

El Cádiz CF había dejado la portería a cero en tres encuentros, sólo uno de ellos a domicilio cuando venció 0-1 en San Mamés. Los números estaban en su contra.

No importó lo anterior sino lo que se coció sobre el tapete del Bernabéu. Fue en el rectángulo donde el Cádiz CF demostró que cuando se pone a defender de verdad ni el equipo más goleador es capaz de batirle. Apenas encontraron espacios Benzema y Vinicius, las dos referencias en ataque del líder de la Liga.

La pena es que esta temporada pocas veces se ha empleado con tanta disciplina y concentración el conjunto de Álvaro Cervera como lo hizo en el recinto del Paseo de la Castellana. Se mereció el punto, jugó como realmente quiso, a la defensiva, sin complejos, y se las arregló para no recibir gol. Dejar la portería intacta fue la verdadera clave.

Es la manera de jugar del Cádiz CF que puede gustar más o menos, pero con ese modelo ha llevado y mantenido Cervera al equipo en Primera. El técnico llevará su idea hasta el final.

En el Bernabéu se vio al Cádiz CF más reconocible, entregado en cuerpo y alma a la neutralización del oponente, sin complicaciones, sin florituras, sin importarle renunciar al esférico, sin existir en ataque a la espera del momento de dar un golpe de efecto que no llegó por centímetros. Si hubiese entrado el remate de Negredo en plena recta final...

El empate ante el rival más en forma de España cambia poco la realidad de la escuadra cadista, aunque dulcifica el reposo navideño y supone una inyección de esperanza para lo que resta de torneo.

Los amarillos continúan en una situación delicada, con la necesidad de adentrarse en una dinámica positiva y que lo del Bernabéu no se quede en un mero chispazo aislado.

La 18ª jornada resultó paradójica para el equipo gaditano. El éxito que significa puntuar en feudo madridista no le impide bajar un puesto en la clasificación y acabar 2021 en la 19ª posición, ubicado en zona de descenso.

Eso sí, la buena noticia es que pasa de estar a dos puntos de la permanencia a sólo uno. Suma 14, mientras que Getafe, Elche y Alavés empatan a 15. La parte trasera está más apretada que nunca.