Si nada se tuerce ni aparece algún contratiempo, Brian Ocampo está viviendo sus últimas horas como jugador lesionado de larga duración en el Cádiz CF. Desde aquel 19 de febrero del presente año, que jugó su último encuentro hasta la fecha (derrota 2-0 en el feudo del FC Barcelona), el extremo ha vivido en silencio un largo calvario que le alejó de casi todo.

Desde la distancia y la impotencia, asistió a las jornadas finales de la pasada Liga y el sufrimiento para conseguir la permanencia. Desde fuera trató de arropar anímicamente al grupo cuando, quizás, era la persona del vestuario más 'tocada' en lo psicológico. Un papel feo e ingrato para Ocampo que ahora está a punto de tocar a su fin.

El futbolista del Cádiz CF cumple su segunda semana entrenando a buen ritmo junto a la plantilla. Como uno más en el grueso del grupo, el uruguayo trata de recuperar sensaciones y ritmo a la espera de todo lo que da la competición. A algo más de dos meses para que se abra la segunda ventana de incorporaciones, se puede decir que Ocampo está llamado a ser el mejor refuerzo a pesar de que su reaparición se vaya a producir antes.

Cabe recordar que el diagnóstico final del uruguayo recogía una lesión del ligamento cruzado anterior y un moderado edema óseo en cóndilo femoral externo y meseta tibial de la rodilla derecha. Tuvo que pasar por el quirófano como punto de partida de una larga recuperación que acaba de cumplir ocho meses. Demasiado tiempo y un palo para un jugador que estaba llamado a marcar la diferencia el curso pasado.

Brian Ocampo ha vuelto a empezar y cuando las circunstancias físicas se lo permitan iniciará la lucha por entrar en la convocatoria -no parece complicado- y posteriormente recuperar su lugar en el once. Hay competencia con jugadores como Darwin Machís y Rubén Sobrino, si bien el uruguayo confía en sus posibilidades.

La campaña pasada, hasta la lesión en la jornada 22ª, Ocampo acumuló 19 encuentros (15 como titular) y un gol, si bien resultó muy destacado el trabajo en favor del equipo. Tanto él como Bongonda fueron dos argumentos muy jugosos para llevar al Cádiz CF por el buen camino.