Cádiz CF

El Cádiz CF cae con la cabeza alta en el Camp Nou (2-0)

  • El equipo amarillo compite pero se rinde ante la pegada del Barcelona

Luis Hernández e Iza Carcelén intentan frenar el avance de Ansu Fati.

Luis Hernández e Iza Carcelén intentan frenar el avance de Ansu Fati. / Enric Fontcuberta/Efe

El Cádiz CF hizo todo lo que pudo pero la lógica cayó con todo su peso. Perdió (2-0) en su visita a un Barcelona que, sin hacer nada del otro mundo, demostró su condición de líder y de máximo candidato al título. Le pegada de los azulgranas tumbó a un equipo amarillo que perdió con dignidad después de plantar cara y disponer de opciones de poner apuros a un rival superior.

Dos goles anulados (uno dudoso) y dos tiros al poste son la demostración de que el Cádiz CF lo intentó hasta el final tras recibir dos goles en los últimos instantes de una buena primera parte. La derrota no supone ningún trauma. Todo lo contrario. Los gaditanos compitieron, aguantaron y generaron ocasiones. Y si no le anulan el gol, hubiesen llegado con opciones de empatar en los instantes finales. Poco qué hacer ante un grande en ese aspecto.

Jugar fuera de casa equivale a arrancar con un trivote, con Álex Fernández de trecuartista y encargado de tapar a Frenkie de Jong en labores defensivas. A nadie sorprendió que la iniciativa fuese para un Barcelona que atacó en tromba desde el pitido inicial en busca de un gol madrugador. El primer aviso llegó en el minuto 4 con un cabezazo fuera de Eric García.

Los visitantes asumieron que les tocaba el papel de sufridores. Se trataba de contener las continuas acometidas sin renunciar a la contra ni a la presión alta en determinados momentos.

Pero una cosa es la intención y otra la realidad. La rápida circulación de los azulgranas obligaron a los de Sergio González a meterse muy atrás. El balón empezó a entrar en el área con demasiada frecuencia y la mejor manera de darse un respiro era acercarse a la portería de Ter Stegen. Lo consiguió en el 15 con un zurdazo de Theo Bongonda desde el balcón del área que iba bien encaminado hasta el esférico rebotó en Christensen.

Los amarillos se resguardaron con orden en su parcela y fueron valientes a la hora de cruzar la línea frontal. En el 19, el colegiado anuló un gol a Roger Martí por fuera de juego. El delantero había culminado con éxito delante del portero un excelente pase de Santiago Arzamendia, aunque en una posición irregular que no admitía discusión.

El guión no varió superado el ecuador del primer tiempo. Los de Xavi Hernández, tras el susto del tanto anulado, redoblaron su asedio. Ferran Torres, desatado, disparó fuera por poco, Conan Ledesma repelió un derechazo de Sergi Roberto, Iza Carcelén impidió el remate de Ansu Fati delante de la portería...

La mejor noticia de la primera parte era el paso de los minutos con el marcador inalterado, con un Cádiz CF sin complejos en modo acordeón con rápidos despliegues y repliegues. Eso sí, con instantes de agobio ajustados a la lógica. Y es que los de casa no pararon de atacar fieles a su estilo de juego arrollador. En el 41, Iza evitó a lo justo un testarazo a bocajarro de Lewandowski. Replicó Arzamendia con un zurdazo lejano rechazado por Ter Stegen.

Cuando parecía que el partido iba a llegar la descanso sin goles, el Cádiz CF se llevó un jarro de agua fría con dos tantos seguidos en contra que convirtieron el choque en una misión casi imposible. Todo el buen trabajo de la primera mitad se fue al garete en los dos últimos minutos anteriores al intermedio.

Eso lo que tiene medirse a un grande, que te destroza en un abrir y cerrar de ojos. En el 43, Ferran Torres se fue de tres contrarios con una facilidad pasmosa -la jugada de su vida-, centró el corazón del área, Iza Carcelén despejó el cuero en línea de gol tras un cabezazo de Lewandowski y Sergi Roberto no perdonó en el rechace para poner el 1-0.

Ferran hizo un brillante eslalon que encontró la colaboración de una zaga blandengue y el valenciano fabricó el primer gol. Sin tiempo para digerir el revés, los amarillos se vieron de pronto con la losa del 2-0 cuando Lewandowski acertó con un misil raso desde el semicírculo del área que se le coló a Ledesma.

Con un Barcelona que sólo había recibido un gol como local en toda la temporada, el partido en teoría quedó finiquitado en los 45 minutos iniciales. El Cádiz CF plantó cara hasta que sufrió dos golpes que lo dejaron en la lona.

El Barcelona se sintió muy cómodo en la reanudación con la renta que había adquirido. El Cádiz CF, en una situación compleja, se decidió a presionar arriba en busca del milagro pero la sensación era de querer y no poder ante un adversario muy superior.

Los azulgranas no levantaron el pie del acelerador. Querían más, sobre todo Ferran Torres, que hizo lo que quiso con escasa resistencia de los visitantes. Arzamendia y Brian Ocampo las pasaron canutas con el internacional.

El 3-0 podía llegar en cualquier momento. En el 57, el remate de Lewandowski solo ante Ledesma llevó el balón al larguero y en el 58, otro gol anulado a los amarillos, de nuevo a Roger Martí, esta vez por una dudosa falta de Fali sobre Ter Stegen antes de la definición del ariete. Si el tanto sube el marcador no pasa nada, pero el que estaba enfrente era un grande, favorecido por la decisión del árbitro.

El Cádiz CF lo intentó. Buscó un gol con el que meterse en el partido. Sergio González metió frescura en ataque con Iván Alejo, Rubén Sobrino y Choco Lozano con media hora por delante. Doble pivote, un par de delanteros y dos extremos que entraron en escena en el tramo definitivo.

Con todo perdido, llegó la hora de arriesgar. Los amarillos adelantaron líneas, hicieron lo estipulado en estas situaciones, pero el rival era demasiado grande. El Barcelona se vio ganador, dejó correr el reloj, aflojó el ritmo y se dedicó a esperar atrás sin sufrimiento para salir a la contra.

Un testarazo de Fede San Emeterio respondido con Ter Stegen en el 78 fue el inicio de la oleada final de los amarillos. En el 79, el arquero y el poste evitaron el gol de Chris Ramos tras una gran acción del gaditano, que un minuto después mandó alto el balón tras un testarazo.

La entrada de ex del Lugo revitalizó el ataque de un Cádiz CF dispuesto a morir con las botas puestas. En el 86 fue Lozano quien envió el balón al poste con la testa. Tuvo cerca el gol el cuadro gaditano.

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