La restauración del Arco de los Blanco: Una oportunidad para la Torre de Armas del Castillo medieval de Cádiz

Cádiz/Muchas han sido las ocasiones, y muchos han sido los interlocutores. Mucha ha sido la tinta y muchos los artículos escritos con ella. Diferentes han sido los colores de los gobiernos e idéntica la respuesta recibida. La callada. Sin embargo, a Juan Antonio Fierro Cubiella, historiador local y acérrimo defensor de su patrimonio, no le pesa volver a arrojar luz sobre la oscuridad siempre que se atisbe una ventana abierta. ¿El proyecto? La recuperación de la Torre de Armas del castillo medieval –ya que parece que chocamos con lo imposible si hablamos de recuperarlo entero– ¿La oportunidad? La redacción del proyecto de conservación del Arco de los Blanco que próximamente la Junta de Andalucía sacará a licitación. ¿El deseo? Integrar el uno en el otro. Hacerlo posible y, con ello, dignificar la memoria, pero también el futuro, del barrio del Pópulo.

¿Se puede? “Claro, de hecho, supone una oportunidad como pocas. La torre de armas, de la que todavía queda la estructura hasta su segunda planta, más o menos, es la que se levanta junto al Arco de los Blanco, adosada a la muralla medieval. Así, ya que se va a restaurar todo ese conjunto, con el arco y el patio medieval, sería conveniente recuperar esa parte del castillo medieval. Yo pienso que los escenarios históricos deben de pervivir porque es que hoy día hay personas que ni saben dónde estaba el Castillo de la Villa, se ha perdido un poco la referencia de lo que era el castillo, un elemento importantísimo que fue Observatorio, Academia de Guardamarinas, el referente del Meridiano de Cádiz... Hay un montón de motivos que lo hacen singular y único en la historia de Cádiz. Recuperar, al menos, su torre de armas, lo haría visible”, defiende.

La Torre de Armas, o la también llamada Torre Vella (Torre Vieja), es el cubo que, efectivamente, está adosado y sobresale un poco por el Arco de los Blanco; es más, “el arco estaba defendido por la torre” con lo que, en cierta manera, resulta hasta lógica su puesta en valor. “Pienso que el elemento que existe hoy día se puede recomponer hasta la altura que se sabe que tenía y, además, se podría coronar con una serie de almenas representativas que no se pondrían al azar sino que se pueden copiar de la torre que se conserva en la parte de atrás del Ayuntamiento (haciendo linde con el Hospital de San Juan de Dios). Tomando ese elemento conservado se puede recomponer toda la parte superior de la torre de armas, diferenciando en la restauración, claro, lo antiguo de lo nuevo. Un trabajo que se puede integrar en el proyecto de conservación del Arco de los Blanco y que lo haría más ambicioso porque, de verdad, creo que hasta que este entorno no se dignifique seguirá siendo pasto de ruina y basurero”, explica Fierro Cubiello.

Una puesta en valor que pasa por restaurar y señalar correctamente. Lo primero, el propio Arco de los Blanco, al que se le podría devolver en un rótulo su nombre original “Puerta del Arrabal de Santa María (vulgo Arco de los Blanco)”, se podría indicar. También, se podría proceder de la misma manera con la torre de armas ya recuperada, “y que sirva para hablar de lo que era el castillo de la villa”.

Indicaciones que, eso sí, para no dañar la muralla medieval, se podrían colocar en el añadido posterior que, no pocos ciudadanos, confunden con el verdadero arco de los Blanco, que es el que se ubica en el interior. Esperen, FierroCubiella lo explica mejor: “Sí esos arcos que vemos que sobresalen, son arcos neojivales del siglo XIX y hay quienes los enseñan como medievales, pero lo auténtico está en el interior. Es más, en su origen, el arco de los Blanco, esa Puerta del Arrabal de Santa María, era sólo eso, un hueco en la muralla, como en el Arco de la Rosa. Mira, fíjate”, nos enseña planos que así lo corroboran de los siglos XVI y del XVII donde, por supuesto, también se observa perfectamente levantada la torre de armas.

Un hueco en la muralla medieval que empezó a transformarse, de hecho, por instancia de una familia de bien que vivía en la calle San Juan de Dios. La familia de los Blanco. Fueron ellos quienes se rebelaron ante la costumbre (que en cierta manera pervive hasta nuestros días) de que la basura se echara fuera de las murallas. “Los Blanco consideraban que esa era una cosa muy poco noble para la gente que bajaban del barrio, del arrabal, hacia la catedral así que pensó que, para dignificar el sitio, sería interesante poner una imagen de la Virgen, y como la familia era devota de la Virgen de los Remedios así se hizo”, cuenta el historiador sobre la colocación de un altar público (un cuadro de la Virgen) que terminó siendo sustituido, “con el tiempo y con el adosamiento de la muralla”, por la construcción de una capilla sobre el Arco a instancias de uno de los prohombres de esta familia allá por 1635.

“Entonces, ahí se tienen que hacer una serie de movimientos, haciendo una ampliación por detrás para la sacristía, por eso el muro medieval está en el medio. Y, luego, lo que hoy es patio medieval, lo configuran ellos como una atahona, donde se hacía el pan, y lo que se sacaba de ese negocio servía para el mantenimiento de la capilla”, explica el investigador.

Arco de los Blanco, patio medieval, muralla, capilla... Todos estos elementos están íntimamente relacionados por los hilos de la historia... “Lo que llega a ocurrir es que la familia Blanco en Cádiz se queda sin descendencia y todos sus bienes pasan a la rama americana, que ya se desentiende de la capilla. Su mantenimiento pasa entonces al Cabildo Catedral que es el que la administra hasta que desaparece con la explosión del 47, ya en el siglo XX”, explica el experto.

Es decir, la capilla sobreviviría al castillo conservándose de éste su muro medianero, el único que sobrevive en esa parte del conjunto y que es sobre el que se levanta la Torre de Armas. El gran accidente ocurrido en Cádiz (todavía con muchos capítulos por resolver) se llevó por delante la capilla dedicada a la Virgen de los Remedios cuyos restos quedaron en pie hasta el año 1958 cuando el Ayuntamiento, que había asegurado que la recuperaría, finalmente la tiró. Eso sí, el muro, ese muro medieval medianero sería el superviviente de todos estos avatares de la historia.

El muro, y el arco. El arco de los Blanco que actualmente exhibe un pésimo estado, al punto que ha tenido que ser objeto de actuaciones de urgencia en este tiempo. Unas condiciones que, según se anunció el pasado año desde la Consejería de Cultura de la Junta, serán paliadas con unos trabajos de restauración dotados de 148.400 euros a través de una subvención extraordinaria.

En ese proyecto se trabaja desde la delegación territorial gaditana donde “ya se ha firmado el informe de necesidad” realizado por los técnicos de la entidad para, a continuación, poder encargar el proyecto de conservación, que será el que marque las líneas maestras del ansiado proyecto de ejecución de las obras. “Ahí es donde tenemos nuestra oportunidad”, señala Juan Antonio Fierro Cubiella. “Integrar en ese proyecto de conservación la recuperación de la Torre de Armas del que fue el castillo medieval de Cádiz significaría proteger esta zona. Recomponer la torre, arreglar la muralla, el arco, el patio... Eso daría otra imagen distinta, más visible de lo que fue el castillo de la villa y eso ayudaría a tomar un poco más de conciencia de lo que fue esta zona”, reclama.