La recuperación del Castillo medieval de Cádiz: ¿Y si nos ponemos a soñar...?

El historiador Juan Antonio Fierro Cubiella intentó proteger al castillo de la villa iniciando el proceso para nombrarlo Patrimonio de la Unesco

La recuperación del Arco de los Blanco: Una oportunidad para la Torre de Armas del Castillo medieval de Cádiz

Una reconstrucción del Castillo medieval y su muralla defensiva en el trazado del actual barrio del Pópulo.
Una reconstrucción del Castillo medieval y su muralla defensiva en el trazado del actual barrio del Pópulo. / Miguel Guillén

Cádiz/Cuando Juan Antonio Fierro Cubiella nos señala la oportunidad de poder recuperar la Torre de Armas del antiguo Castillo de la Villa de la mano del proyecto de conservación del Arco de los Blanco, la pregunta se formula sola–¿y por qué no el castillo entero?–. La experiencia y la prudencia del historiador gaditano –que ha recibido tantos noes a esta misma cuestión– inspira su respuesta: “Vamos a ser menos ambiciosos”... Pero, ¿y si nos ponemos a soñar? Motivos, desde luego, nos sobran para pedir una vez más la recuperación del histórico inmueble cuyos cimientos siguen aguantando bajo la guardería municipal.

De hecho, su afán por recuperar una edificación que tuvo su mayor esplendor en el siglo XVIII – Real Academia de Guardias Marina Española y primer Real Observatorio Astronómico de España–, que se acepta que fue construido en el siglo XIII, ampliado en el XV, y datado su origen para Fierro Cubiella en el siglo IX –cuando era conocido como el Castillo del teatro–, llevó al historiador a iniciar los trámites en dos ocasiones (2009 y 2015) para optar a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

“Al principio, lo presenté yo directamente a la Unesco, pero me indicaron que no era el procedimiento correcto, y fueron ellos mismos los que lo remitieron al Ministerio de Cultura y, de ahí lo pasaron a Sevilla, a la Junta”, recuerda el historiador el camino del revés que emprendió su completo informe con las particularidades que hacían, a su juicio, merecedor del título al hito gaditano.

Y aunque la iniciativa no llegó a buen puerto, ni en 2015 desde el Ayuntamiento de Cádiz se apostó por la propuesta, el objetivo no era otro que sacar a la luz sus restos y restituirlos. Algo que todavía se puede hacer. A simple vista, con la Ley de Patrimonio hemos topado (no contempla este tipo de restituciones), pero el investigador da buena cuenta de otras actuaciones similares que han culminado con la reconstrucción e, incluso, con la declaración de Patrimonio de la Humanidad, “como el casco histórico de Varsovia, destruido durante la segunda Guerra Mundial”. “El Campanille de la plaza de San Marcos, la catedral de Dresde, la Fenice de Venecia, el alcázar de Toledo...”, enumera otras acciones que también se recogían en su documentación para la Unesco.

Y es que la apasionante historia del Castillo de la Villa, y de la enorme muralla defensiva que falseaba su imagen haciéndolo parecer más grande de lo que en realidad era, bien merecen ser devueltos a la vida. “Hay quien piensa que el Castillo de Cádiz está mal construido porque miraba la salida al mar, pero es que yo creo que el Castillo es una cosa y la cerca medieval otra”, explica el gaditano que sitúa el nacimiento del castillo en el contexto de los ataques normandos (IX-X), creándose en Cádiz una torre costera para después, en la época de los almorávides (sobre el 1240) crear la cerca que terminaron los almohades. “De hecho, el foso que hay al lado de la entrada del Arco de los Blanco, donde se sienta la gente, está excavado y documentado como cerca almorávide”.

Luego, según defiende el historiador, llegaría Alfonso X “y todo lo aprovecha y reconstruye, entre todos esos elementos, también el castillo”, ilustra según sus investigaciones para después citar cómo ya en el siglo XV los Ponce de León (primero duque y después marqués de Cádiz) sometieron el castillo a unas grandes obras. “De ahí vienen las torres redondas, pero las cuadradas (de nuevo como la Torre de Armas que ansía recuperar el investigador) son las antiguas”. La Torre Vella, la Torre Vieja...

La nomenclatura es importante. Los nombres nos hablan. Por eso el Castillo del Teatro, su nombre al principio de los tiempos, nos habla de una íntima relación... Porque ahí está “la verdadera singularidad” del Castillo de Cádiz. La pervivencia del Teatro Romano en el Castillo. “El Castillo se defiende con el Teatro, su graderío, una especie de acantilado artificial, hacía inexpugnable esa cara del Castillo. Por ello, cuando hablamos del Teatro Romano, si no mencionamos el Castillo, le estamos quitando la mitad de su historia. Una referencia es la mezquita de Córdoba, es mezquita pero subsiste porque está la catedral dentro. Un elemento hace que el otro sea singular. Y esa simbiosis de Castillo y Teatro sólo se da en Cádiz y en una ciudad Siria que se llama Bosra. En ese contexto es donde yo planteaba la recuperación del Castillo, no solamente por esa etapa de esplendor, sino además porque es, en sí mismo, un elemento singular”. ¿Y si soñamos...?

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