El nuevo gobierno de Adelante Cádiz, tras su triunfo en las elecciones del pasado domingo, tiene entre sus prioridades la redacción de un nuevo Plan de Ordenación Urbana, ya que en su primer mandato ha tenido que trabajar con el modelo de ciudad que recibieron como herencia del PP, con el Plan de 2012.

Pretende el equipo comandado por José María González, Kichi, y con Martin Vila al frente de Urbanismo, delegación que se supone repetirá en el nuevo gobierno, poner sobre el papel oficial su modelo de ciudad, con más equipamientos publicos, más sostenible, con una apuesta por la peatonalización, reforzando la oferta de vivienda pública...

Será el tercer modelo ciudadano en los cuarenta años que llevamos de democracia municipal, tras los planes de la etapa de Carlos Díaz (PSOE) y Teófila Martínez (PP).

Por su impacto urbano sin duda el más relevante fue el firmado por el gobierno socialista en 1983. El documento paró de forma radical la destrucción del casco antiguo, especialmente notable en los últimos años del franquismo con las edificaciones modernas en Canalejas, Alameda y Campo del Sur, a la vez que propició la apertura de equipamiento ciudadanos (centros de salud, colegios, bibliotecas de barrio), reformó calles y plazas y puso en marcha la auténtica revolución que supuso el derribo de las casetas de playa para abrir un paseo marítimo moderno.

La etapa del PP, que jugó mucho con las modificaciones puntuales del PGOU, trajo una de las grandes obras urbanas: el soterramiento de la vía férrea, esencial para la conexión integral de la ciudad y de sus barrios. También se apostó por la rehabilitación del casco antiguo e incluyó su propio paseo marítimo, entre La Paz y Puntales.

La coalición Podemos-Ganar Cádiz, pendiente del impulso que dará en su segundo mandato, ha apostado por la ciudad amable, con espacios peatonales y la apuesta por el carril bici.

En el debe de la ciudad queda pendiente definir de una vez por todas los usos del suelo portuario más directamente relacionados con la ciudad. Y, también, está por aclarar el futuro del polígono exterior de la Zona Franca, del que llevamos hablando décadas sin apenas avance.