La limpieza en Cádiz: Un problema más allá de las siglas
La ciudad mantiene un lamentable estado de revista, a pesar del cambio de gobierno y del nuevo contrato
“No estoy contento”, reconoce el concejal José Carlos Teruel
Cádiz está “empercochao”, le dijo en una ocasión la entonces concejala en la oposición (hoy delegada de Fomento de la Junta de Andalucía en Cádiz), Carmen Sánchez, al gobierno de José María González. En aquel entonces, año 2022, la oposición municipal intensificaba sus críticas en relación al estado de revista de la ciudad, que se traducía en una suciedad considerable. En la actualidad ha cambiado el gobierno en el Ayuntamiento, ha cambiado el contrato de limpieza, también la empresa que lo ejecuta… pero el escenario es el mismo. La actual oposición intensifica la presión al gobierno por la suciedad, ciertamente visible en aceras, plazas, calles y calzadas.
Esto se traduce en que Cádiz sigue sin tener el estado de limpieza que sería óptimo, ya que conviene recordar que en tiempos pasados la suciedad nunca fue un elemento de crítica política por el buen estado generalizado. Y se traduce también en que el Ayuntamiento tiene un problema, ya que dos gobiernos de signos bien distintos no han podido poner remedio a la suciedad que se acumula en las calles.
Efectivamente, la ciudad presenta un deficiente estado actual de revista. Las manchas en el suelo se reparten de manera generosa por toda la ciudad, ya sea por vertidos de líquidos que tardan demasiado en recogerse, por las mascotas y sus micciones, por las palomas, gaviotas y otras aves con sus defecaciones, por las hojas o elementos que caen de los árboles y por otro sinfín de causas que afean en demasía la presentación de las calles. Ya sea en el centro o en extramuros, en un barrio o en otro, con la leve excepción (y no siempre) del recorrido más comercial o turístico del casco histórico.
A juicio de la actual oposición, uno de los grandes problemas del servicio de limpieza es la falta de control y de fiscalización. “Hay un problema clarísimo, entre otros motivos porque hay tres inspectores de cinco que determina el pliego, y eso es insuficiente. Es el contrato más importante a día de hoy que tiene la ciudad y hay que hacer un seguimiento constante”, analiza el portavoz del PSOE, Óscar Torres, que achaca al gobierno local estar “permanentemente” mirando hacia atrás, hacia los años del gobierno anterior. “Y no vale con decir que el pliego es muy malo, porque es el que hay. Si no les gusta el pliego, que lo modifiquen, que tienen herramientas para ello”, indica.
“El pliego no se está cumpliendo, y si no se cumple, la ciudad está sucia”, resume el portavoz de Adelante Izquierda Gaditana, David de la Cruz, convencido de que el problema no es el pliego -en contra de lo que opina el gobierno del PP- sino que es de su grado de cumplimiento. “El pliego no es malo, y así nos lo han trasladado los trabajadores. El problema es su ejecución, que no se está cumpliendo”, incide el concejal, que va un paso más allá que el portavoz socialista para plantear incluso “la rescisión del contrato”. “Hay que tomar medidas, le están dando carta blanca a la empresa”, añade.
Entre otras deficiencias, recuerda De la Cruz que sigue sin llegar la maquinaria nueva que ofertó Valoriza (más de dos años después de que firmara el contrato y empezar a prestar el servicio, el 1 de febrero de 2023), lo que él traduce en que la ciudad “está pagando por algo que no existe”. “Más de dos años después no se sabe cómo es el pliego”, añade insistiendo sobre la falta de existencia de todos los elementos ofertados en su momento por la actual adjudicataria.
El gobierno municipal
El punto de partida del equipo de gobierno no es, ni mucho menos, la autocomplacencia o la negación de lo que parece evidente. “Yo no estoy contento”, reconoce sin rodeos el responsable político de la limpieza de la ciudad, José Carlos Teruel, que intenta analizar los problemas a los que se enfrenta a diario en esa especie de lucha constante contra el servicio y contra la empresa que lo presta.
Y en contra de lo que opina AIG, el elemento de base para Teruel es un pliego “insuficiente” que por ejemplo establece para la zona de extramuros una frecuencia de baldeo “que va desde una vez a la semana en el mejor de los casos hasta una vez cada dos meses, y así es imposible que una zona esté limpia”. Además, reconoce el concejal las dificultades para ejercer con efectividad el control del pliego, “que establece una cifra global de 59.000 jornadas al año”, lo que impide un control diario, semanal o mensual de las horas efectivas de trabajo. Aún así, “estamos muy encima”, asegura José Carlos Teruel, que explica que cada semana mantienen reuniones con la empresa y los técnicos municipales para analizar la prestación y la deriva del servicio.
Otro problema que señala la oposición y reconoce el gobierno es el de la maquinaria, que se retrasa en exceso. Y es que transcurridos ya 51 meses de contrato, aún no han llegado muchos de los equipos ofertados, sobre todo en lo que a camiones se refiere.
A este respecto, anuncia Teruel que la previsión actual es que a lo largo de este próximo verano se incorporen los nuevos camiones de recogida de basura de carga trasera (es decir, los que recogen la basura en las calles del interior del casco histórico) y las cubas de baldeo. Por su parte, los camiones para la recogida lateral de contenedores (los que se ocupan de todo extramuros y de la ronda del casco histórico) no se esperan hasta octubre. “Será entonces cuando se complete toda la maquinaria ofertada”, asegura el edil.
¿Hay que esperar hasta entonces para que la ciudad mejore su limpieza? El Ayuntamiento trabaja junto a la empresa en un nuevo refuerzo especial de verano, que ya se aplicó en 2024 y que, a juicio del equipo de gobierno, dio buen resultado. “El de este año será parecido, incluso algo más amplio”, avanza el concejal, que recuerda que ese refuerzo supuso el año pasado la contratación de 26 nuevas personas para intensificar la limpieza durante unos meses en los que las altas temperaturas y el aumento de la población exigen un mayor esfuerzo.
Al hilo de esto, los portavoces de los tres partidos representados en el Ayuntamiento de Cádiz coinciden en señalar a la lluvia como aliada del buen estado de revista meses atrás de la ciudad. Un punto a favor que está demostrando la ausencia de precipitaciones en las últimas semanas, que ha vuelto a sacar la peor cara de unas calles ennegrecidas.
Cádiz, por tanto, tiene un problema con la limpieza. Un serio problema, a juzgar por el tiempo que acumula el inadecuado estado de revista. “Al gobierno le molesta mucho que yo diga que la ciudad está más sucia que nunca, pero es verdad; hay zonas que están igual que antes, otras que pueden estar algo mejor y muchas que no han estado nunca tan sucias como ahora”, afirma Óscar Torres, que concluye que el estado general de limpieza de la ciudad “es lamentable”. “Es un problema solucionable, pero hay que solucionarlo”, añade.
Un problema “que era grave y que ahora creemos que está mejor, aunque no estamos contento”, según José Carlos Teruel, que lamenta que al contrario que los pliegos de Mantenimiento Urbano o de Parques y Jardines, “el de limpieza no hemos podido cambiarlo”, y que a pesar de todo esto asegura que desde su Concejalía y el gobierno local “vamos a seguir trabajando y apretando” para que la limpieza deje de ser un problema que amenaza con convertirse en permanente.
La responsabilidad ciudadana
Dentro del plan que el gobierno pueda tener en mente para mejorar la limpieza de la ciudad, juega también un papel importante la colaboración ciudadana. Precisamente el viernes anunciaba el alcalde la publicación de un bando y la intensificación de la labor policial para velar por el cumplimiento de la ordenanza de terrazas de hostelería en lo relativo a la limpieza. Y es que han observado que en algunas plazas el pésimo estado del suelo coincide con el perímetro de las terrazas, donde caen restos de comida o de bebida que al final de la jornada no recogen los hosteleros. “Vamos a intentar hacer cumplir la ordenanza”, reafirma José Carlos Teruel, en un llamamiento al civismo que ya se ha realizado anteriormente por parte del Ayuntamiento con la incorporación de policías locales que precisamente iban a garantizar el cumplimiento de las normas para el depósito de basuras o para las micciones y defecaciones de los perros.
En esta línea, el concejal socialista Óscar Torres lanza también un mensaje de civismo, “porque los ciudadanos somos también responsables y tenemos que poner de nuestra parte” para que la ciudad no se ensucie demasiado. O no esté más sucia de lo que ya de por sí está.
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