El Plan de Ordenación Urbana de Cádiz de 2012 aún sigue vigente aunque ya tendría que estar en marcha el proceso administrativo para su sustitución. El gobierno de coalición no se plantea una operación de este calado, que agota tiempo, recursos y una buena cantidad de dinero, por lo que prefiere realizar modificaciones puntuales del mismo, como acaba de ocurrir con la normativa hotelera de la ciudad.

Aunque no se archive, el documento aprobado hace una década, y que ponía sobre el papel el modelo de ciudad que debía de estar en marcha ya, va a dejar sin ejecutar diversas operaciones urbanísticas que, en parte, implicaban una importante transformación urbana de la capital.

La actuación anunciada este jueves por el gobierno de José María González de cara a la remodelación integral de los patios de la Tacita de Plata, sí era un proyecto incluido en este plan y va a salir adelante, aunque nada hacia suponer de su ejecución ahora, con la elevada inversión que supone y, sobre todo, lo complicado que en esta ciudad implica actuar sobre edificios residenciales ya construidos, aún estando en mal estado como los de este barrio.

Sin embargo, sí hay otras operaciones de calado que no saldrán adelante, algunas se incluyeron directamente en el PGOU, otras se quedaron en puerta, aunque con la intención municipal de la época de plantearla en el futuro.

La mayor operación urbanística que se proyectó en los estudios preliminares del PGOU, y que al final no se incluyó, suponía una actuación similar a la realizada en el Cerro del Moro o a la que se va a ejecutar en la Tacita de Plata: la remodelación integral del barrio de San Severiano.

Este barrio fue el primero que se construyó tras la Explosión de 1947, siguiendo las pautas marcadas por el Plan de Ordenación que Regiones Devastadas diseñó para Cádiz tras esta tragedia: edificaciones de baja altura con inmensos patios comunitarios lo que aportaban mucha luz y suelo para el paseo, el descanso y los juegos infantiles. Una inmobiliaria, Comunidades del Sur, planteó esta actuación al Ayuntamiento e incluso hizo un primer sondeo entre los vecinos del barrio, con un 80% de los residentes a favor de la operación.

Las limitaciones urbanísticas impuestas por el Ayuntamiento, y el porcentaje de viviendas públicas en cada gran operación a realizar, relegaron este proyecto que, además, se vio afectado por la crisis inmobiliaria de estos años.

La misma promotora sí mantuvo el proyecto, sí incluido en el PGOU, previsto en Santo Tomás, con 56 viviendas libres y 14 protegidas. El plan afectaba a las 27 familias residentes en los viejos edificios con los que, finalmente, no se llegó a acuerdo alguno.

El PGOU también incluye una importante operación cosmética en la Barriada España, también nacida tras la Explosión y manteniendo el mismo estilo de viviendas construidas alrededor de un gran patio. El Plan preveía, y prevé pues sigue en vigor, un proyecto de modernización de los 753 pisos que conforman este populoso barrio.

Se proyecta una renovación o rehabilitación del parque inmobiliario, con la mejora de la accesibilidad (rampas, instalación de ascensores...) y la mejora de los espacios públicos.

Pendiente de que se aclare de una vez por toda el diseño de este área, el Plan ya perfilaba una ambiciosa actuación en el polígono exterior de la Zona Franca donde, por primera vez, se preveía la construcción de viviendas, plazas públicas y pequeños hoteles. Nada de eso salió adelante y ahora, diez años después, el Ayuntamiento y el Consorcio estudian otro modelo de desarrollo donde también podrían ir viviendas.

Entre las áreas de oportunidades que diseñó el Ayuntamiento en el PGOU de 2012 (entonces gobernado por el Partido Popular) se encontraba una operación de cierto impacto: la integración en la vida ciudadana del Instituto Hidrográfico.

Este enorme suelo militar, donde en 1947 se encontraba la Base de Defensas Submarinas que saltó por los aires el 18 de agosto de ese año, siempre se ha mantenido muy bien por parte de los mandos del Instituto, contando con una de las mayores extensiones de arbolado de la ciudad.

El Plan reconocía que el Instituto Hidrográfico "es una institución de referencia en la ciudad, por lo que en esta revisión no contempla su traslado ni la declara fiera de ordenación, a pesar de las ventajas que para la ciudad y las barriadas del entorno se derivarían de la apertura e integración de las instalaciones". Una apreciación nacida de las quejas que desde la administración central se plantearon ante la posibilidad de incluir en el PGOU la salida de este equipamiento.

Ante ello, el documento se limitaba a plantear la construcción de un paseo perimetral y la incorporación como uso público de los espacios libre.