Balas de plata
Montiel de Arnáiz
Anatomía de una infamia
José vilches troya. presidente de la real academia de medicina y cirugía de cádiz
Después de dos siglos y cuarto de vida la Academia de Medicina sigue trabajando con la finalidad de generar conocimiento y debate. El gran reto que tiene ahora, como lo define su presidente, José Vilches, es acercar lo que hace a la sociedad.
-¿Qué significa hoy ser académico?
-Significa una responsabilidad y un compromiso de trabajo que se adquiere. Ser académico no es una situación de término, un máximo al que se ha llegado, sino que a este se le selecciona para que siga trabajando. El honor se lo hace la Academia al académico, y no al revés.
- ¿Y ese compromiso existe?
-Yo creo que sí. Una prueba de ello es nuestra actividad, que se aglutina en nuestra revista, con investigaciones, conferencias y debates que son fruto de lo que hacen nuestros académicos.
-¿Que diferencia a la Academia actual de lo que era la institución en el pasado?
-Hay gente que dice que hoy las academias han perdido funciones. Lo que ocurre es que antes era un organismo que se hacía cargo de funciones que no le correspondían. Funcionaban como Colegio profesional, asumían funciones que hoy realiza el Ministerio de Sanidad e incluso examinaban a los alumnos.
-¿Cuál es el objetivo, hacia donde va la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz?
-Lo que persigue es extender sus actividades a la sociedad. Acercar el debate de temas científicos y de cuestiones que le interesan al ciudadano. Lo positivo es que al ser una corporación de derecho público aporta una mirada independiente, en la que se incluyen todos los puntos de vista: respaldamos la libertad individual y la opinión de cada profesional.
-¿Qué necesidades o carencias tiene la Academia?
-Lo que le falta a la Academia es que las instituciones locales y provinciales se impliquen más a través de convenios y financiación. Estamos muy bien valorados por el Estado y la Comunidad Autónoma gracias a lo que el año pasado recibimos, a pesar de la crisis y de que competimos con otras muchas instituciones, aportes que ascienden a los 45.000 euros. Pero falta más apoyo local. Esto tienen un valor añadido, porque nosotros llevamos el nombre de Cádiz por España y muchos países.
-La Real Academia fomenta la investigación, premiándola, y favorece la actualización de conocimientos y el debate. En cuanto a lo primero, la investigación, ¿como están Cádiz y la provincia?
-Yo creo que hay una investigación en Medicina razonablemente buena por número de proyectos que se financian. Pero falta más unión y menos protagonismos. Esto no sólo ocurre en Cádiz, pasa en todos lados, y no lo digo como presidente, sino conforme a mi experiencia en este campo.
-Y en el área del conocimiento y los avances médicos, ¿cuáles creen que serán los temas que serán temática de más conferencias y debates en el futuro?
-Creo que sin duda será la medicina regenerativa. Es el gran futuro y es un tema que aún está lejos. Lo importante es que mientras se llega, no se creen falsas expectativas.
- La Academia se debe a una profesión, la Medicina. ¿Cuál es el mayor problema que esta tiene en la actualidad?
-España se puede encontrar con un número excesivo de médicos.
-Sin embargo, dicen que hoy faltan de médicos...
-Hay una mala distribución de médicos y el año pasado se fueron de España 1.100 médicos. Que faltan médicos es un espejismo. A su vez, se están creando más plazas en las universidades. Formar a un médico cuesta tiempo y dinero. Esto, para que luego el profesional no encuentre trabajo o se le contrate precariamente. La medicina es una profesión 'terminal': un neurocirujano sólo sabe hacer eso y si está en paro dos o tres años, yo desde luego después no me pondría en sus manos.
-Otro tema que preocupa mucho a la profesión en general es el creciente registro de agresiones.
-Hay que condenar seriamente estas actitudes. En este problema se conjugan varios factores. El paciente espera que el médico sea un buen comunicador. El médico tienen que saber comunicar, pero muchas veces el médico no sabe hacerlo, o no se lo permite el sistema. Antes se decía: curar, algunas veces, dañar, nunca, consolar (o hablar y explicar al paciente), siempre. Además, la Medicina no es infalible y muchas veces el enfermo no sabe entenderlo; también hay que educar a la sociedad.
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