Cádiz

Tierra de promesas

  • La Zona Franca lleva cuatro años lanzando el mensaje de que quiere ser el motor económico de Cádiz

"La Zona Franca será en tres o cinco años el primer polo de desarrollo de la provincia de Cádiz". Este mensaje, lanzado en una entrevista con Diario de Cádiz hace ahora un año por parte del máximo dirigente del Consorcio, Jorge Ramos, ha sido un mensaje recurrente del delegado del Estado desde que fue nombrado al frente de la Zona Franca tras la victoria del PP en las elecciones generales de 2011.

El objetivo marcado era el siguiente: pasar de los 330.000 metros cuadrados del histórico recinto fiscal de Cádiz al 1.300.000 metros de suelo desperdigado por toda la provincia antes de 2020, con un movimiento económico anual de 1.500 millones de euros.

Una de las patas esenciales de esta apuesta era el crecimiento del suelo fiscal en la propia capital, con la adquisición del antiguo complejo tabaquero de Altadis. 130.000 metros cuadrados de terrenos, con naves industriales y edificios de oficinas construidos y en buen estado, en la que sería la primera expansión de la Zona Franca como tal desde que se creó en 1929, más allá de naves o polígonos industriales.

A todo ello se le uniría el proceso de remodelación integral del polígono exterior, con poco más de medio millón de metros cuadrados de suelo, ya diseñado por el anterior equipo del socialista José de Mier, y que se ejecuta de forma muy estrecha con el Ayuntamiento gaditano.

Todo ello ha supuesto una inversión muy superior a los 100 millones de euros, obtenida sobre todo con fondos europeos que mantiene su confianza con el Consorcio gaditano en lo que habrá ayudado, se supone, la refinanciación de la abultada deuda que soporta y que ronda los 170 millones de euros, con los fiascos de Rilco y Qualiy Food aún pendientes de cerrar en su totalidad.

Tanto dinero, tanto suelo, no se ha visto reflejado, sin embargo, en la llegada de nuevas empresas y, sobre todo, en la creación de empleo. En la campaña electoral de 2011 el Partido Popular prometía la creación de una carga de trabajo en la Zona Franca de Cádiz de 5.000 empleos, con una inversión de 600 millones de euros, entre dinero público y privado. Tras agotarse la primera mitad del periodo fijado para la consecución de estos objetivos, salvo la ampliación de Harinera de Vilafranquina, una de las firmas clásicas en el Consorcio, y pequeñas oficinas que han ocupado dependencias en los centros de empresa, aún se está a la espera de la llegada de esas empresas que deben de crear decenas o centenares de empleo.

El mejor ejemplo es lo que se está produciendo en el polígono exterior. En octubre de 2014, Jorge Ramos manifestaba a este diario: " Nosotros nos convertimos en arietes de estas operaciones, adquiriendo el suelo, pero será el sector privado el que tenga que acometerlos, no nosotros. La Zona Franca tiene que volver a sus orígenes, centrado en el comercio y en la generación de industria. Cuando el sector considere que es el momento adecuado para afrontar estos proyectos, lo pedirá y lo acometerá".

Lo cierto es que desde octubre de 2014 el Consorcio ha adquirido viejas instalaciones como la de Talleres Faro o Ibérica Aga, cuyas naves ya se han demolido a la espera de la llegada de empresas privadas, que aún no han hecho acto de presencia aunque en 2015 los indicadores económicos comenzaron a mejorar, sin que se haya notado en la inversión de nuevas firmas en Cádiz. Por lo pronto, la Zona Franca es propietaria del 49% de todo el polígono exterior. En el anterior mandato del Ayuntamiento, gobernando entonces el PP de Teófila Martínez, se cerró el rediseño de estos terrenos propiciando la apertura de amplios viales y una zona industrial limpia compatibilizándola con espacios abiertos, locales comerciales, pequeños hoteles de negocio e incluso viviendas. La idea era, como planteaba la propia Martínez, que Cádiz capital fuese el escaparate de las grandes empresas que se podrían ubicar en el resto de la Bahía, donde el suelo libre sobra.

A todo esto se le unen los 130.000 metros cuadrados logrados tras la inversión de 37,5 millones de euros en la compra del complejo tabaquero.

El sueño era que una gran empresa se convirtiese en el motor de la operación. Así lo llevaba anunciando el propio delegado desde hace más de un año, cuando afirmaba que una única firma se iba a hacer con el 70% de este terreno y con una expectativa de creación de entre 400 y 500 empleos. Algo que, por ahora, no se ha cumplido ni hay perspectiva de que se cumpla.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios