Martín Vila, delegado de Urbanismo del Ayuntamiento, se reunió ayer con Germán López, representante y profesor de la Universidad de Sevilla, para estudiar las fórmulas que harían posible el reordenamiento urbano de una barriada tan peculiar en su tipología dentro de la trama de Cádiz como es Puntales, en el extremo de la ciudady que en ningún caso es lugar de paso, lo que ha provocado que muchas veces sus vecinos hayan denunciado su abandono. La reunión, en realidad, no era más que una primera toma de contacto precisamente a petición de la universidad sevillana en la que se ha planteado trabajar en un convenio de colaboración al que se podría adherir otros colectivos como la ONG Arquitecturas Sin Fronteras o el Colegio de Arquitectos de Cádiz. De este modo, Puntales se convertiría en escenario de una actuación de laboratorio urbanístico en el que jugarían un papel esencial los vecinos a través de un proceso participativo.

Martín Vila ha incidido en la necesidad de buscar nuevas opciones para algunas zonas de la ciudad, como sería el caso del barrio de Puntuales, "por lo que estamos estudiando realizar un proceso participativo en el que se escuchen las distintas voces para saber qué es lo que quiere el barrio y qué necesita".

Para ello, según ha explicado el responsable de esta concejalía, "es necesario realizar un análisis de la ordenación física actual y su armonización con las necesidades actuales de la ciudad y con las demandas directas de los vecinos y vecinas de esta zona".

Entre los objetivos que se ha marcado el Ayuntamiento de Cádiz se encuentran el de "la realización de los trabajos técnicos necesarios para el diseño participativo del área entorno al barrio de Puntales, de las intervenciones definidas en el Plan General o la Edusi y la realización de un proyecto de investigación sobre procesos de planificación participativa en el ámbito andaluz, así como la incorporación y acompañamiento de los beneficiarios a grupos de decisión sobre el diseño compartido de su propio hábitat". Todo este lenguaje burocrático se resume, en definitiva, en dar la palabra a los vecinos para que hagan sus propuestas sobre qué quisieran hacer con su barrio, muy pequeño y coqueto con una estructura más de interior que costero y un parque que necesita una actualización. Además, la gran batalla de darle una salida definitiva a ese muerto mviviente que es el antiguo Club Náutico de El Alcázar, un mamotreto hoy cegado para el que hace años que se han pensado alternativas sin que nunca se llegara a una solución definitiva. Ahora, con la financiación europea de la Edusi (15 millones de euros para el municipio) sería posible avanzar en propuestas que fueran convenientemente consensuadas con el vecindario.

En este sentido, el papel de la Universidad de Sevilla, al parecer muy interesada en participar este proceso para sus propios estudios. Germán López Mena es profesor asociado del departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Sevilla.