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Cádiz

El Mentidero, la lenta transformación de un referente urbano de Cádiz

El nuevo bloque de 30 pisos con piscina en pleno corazón del Mentidero. El nuevo bloque de 30 pisos con piscina en pleno corazón del Mentidero.

El nuevo bloque de 30 pisos con piscina en pleno corazón del Mentidero. / Julio González

Los 82.400 metros cuadrados que conforman el barrio del Mentidero de Cádiz llevan unos años en plena ebullición.

Un recorrido por sus calles se convierte en una resumen de la historia del casco histórico de la ciudad en lo que llevamos de siglo. La recuperación de buena parte de sus fincas, la apertura de equipamientos públicos, el desarrollo de una floreciente hostelería, la apuesta por el alojamiento turístico. Incluso la necesidad de la mejora de la movilidad urbana.

El Mentidero ha vivido esta misma transformación, que aún sigue su ritmo, lo que le ha permitido mejorar en los índices económicos, hasta el punto de ser uno de los barrios donde más ha subido el precio de la vivienda, y donde es posible encontrar una de las casas más caras a la venta en la ciudad, con un coste de 1.350.000 euros de precio.

Un recorrido por el antiguo barrio, cuya plaza central ha cumplido sus 250 primeros años de existencia, nos permite toparnos con más de medio centenar de fincas que en apenas unos años han sido rehabilitadas o se han construido de nueva planta, como la promoción del Grupo Galia en la manzana formada por las calles Enrique de las Marinas, Gravina y Ustáriz. Sus 30 pisos, piscina incluidas, se vendieron con la rapidez con la que en Cádiz caen las nuevas promociones. Por su amplitud dentro de una trama urbana muy limitada en el espacio, sobresale este edificio de fachada blanca, que se une a las nuevas promociones que se han ido levantando en el entorno.

Ya queda poco por donde actuar en materia de vivienda. Se cuentan con los dedos de las manos los solares vacíos (el mayor de ellos en Adolfo de Castro, con la obras iniciadas hace unos años y paradas otros tantos, quedando pendiente trece nuevas viviendas) o los edificios cerrados dispuestos a acoger futuras promociones.

Curiosamente fue en el Mentidero donde se ejecutó el primer proyecto del Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo de 1999 y donde se encuentra la finca más pequeña de la ciudad, con un piso por planta de apenas una veintena de metros cuadrados de superficie. En ambos casos en la calle General Morla.

La evidente mejora de la habitabilidad ha disparado los precios de las viviendas pero, también, ha logrado contener algo la pérdida de población en la que se ve inmersa la ciudad desde mediados de los años 90 y, especialmente, todo su casco antiguo.

Estas operaciones inmobiliarias, además de mejorar la calidad de vida en el barrio, ha traído a nuevas familias, entre ellas residentes procedentes de otros puntos del país y del extranjeros, interesadas en contar con una segunda vivienda. Y si es en promociones con complementos como una piscina, pues mejor.

Sin embargo, estos nuevos inmuebles, especialmente los que se han levantando entre la plaza del barrio y la Alameda, se han llevado por delante a buena parte de las antiguos comercios que quedaban en pie, especialmente talleres de mayor o menor tamaño, que ocupan las plantas bajas en los viejos inmuebles e incluso manzanas casi enteras, como pasaba en Enrique de las Marinas con Gravina y Ustáriz.

De esta forma, pierde el Mentidero negocios de barrio que ayudan a mantener la vida en la zona y evitan salir de compras, para llegar las alacenas, a otros barrios cercanos de la ciudad.

Germán Hermoso, al frente de Talleres Iberia, uno de los comercios más antiguos del barrio Germán Hermoso, al frente de Talleres Iberia, uno de los comercios más antiguos del barrio

Germán Hermoso, al frente de Talleres Iberia, uno de los comercios más antiguos del barrio / Julio González

El Taller Iberia es un ejemplo de todo lo contrario de lo aquí escrito. Sigue abierto, y con ganas de seguir adelante. Al fin y al cabo llevan desde 1947 trabajando todos los días.

Hoy al frente de este establecimiento se encuentra Germán Hermoso, la tercera generación familiar gestionando el taller. Un taller que en sus orígenes fue una churrería.

La oficina de Germán Hermoso la preside una imagen de San Pancracio. Procede de una vieja frutería de la plaza del Mentidero, cerrada ya, cuyo recuerdo pervive así aunque sea en un taller para vehículos.Germán ha sido testigo de toda esta evolución urbanística del barrio y de la llegada de nuevas. La especialización de su comercio no le permite, en todo caso, aumentar ventas en esta etapa del barrio.

Por el camino han ido cerrando multitud de talleres de carpintería, las carbonerías que completaban negocio con la recogida de papel y cartón. E incluso de pan duro. O las cocheras de Carrasco.

Ahí sigue, y por muchos años más por delante, la histórica Mudanzas Poli, abierta desde 1973, por lo que lleva medio siglo ya de aquí para allá llevando muebles y enseres varios de media ciudad. Y la que es una de las farmacias más antiguas de Cádiz y, por eso, uno de sus comercios más veteranos con cerca de dos siglos de existencia.

Quienes sí han notado un notable incremento de las ventas, especialmente con la atracción turística del Mentidero y la casi peatonalización de la plaza, son los bares y restaurantes que han ido abriendo en la zona, aprendices muchos de locales ya veteranos y con tanta solera como años.

Frente a otros barrios, el Mentidero tiene una peculiaridad. Está rodeado casi en su totalidad por equipamientos culturales y educativos y por espacios de ocio urbano.

Ahí está todo el complejo universitario que, en parte, se hace notar con cientos de estudiantes residiendo o utilizando los establecimientos del barrio. O el colegio Carlos III, uno de los referentes de la enseñanza pública de Cádiz. O el baluarte de la Candelaria como espacio cultura. Y, como no, el Teatro Falla.

Y espacios de vida ciudadana de gran valor en un casco antiguo tan abarrotado, como el parque Genovés, el paseo de Carlos III, la Alameda o las plazas de San Antonio y Falla.

Con todo, hay espacio para nuevas viviendas, como los solares cuya construcción se paralizaron hace tiempo en Adolfo de Castro, y hay necesidad para extender por todo el Mentidero un necesario comercio de barrio

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