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Cádiz, barrio a barrio
  • Una de las zonas en la que reside la esencia de la ciudad sobrevive actualmente gracias a la influencia del cinturón universitario. El perímetro, totalmente rehabilitado y en uso con la salvedad del Teatro del Parque y Santa Bárbara, contrasta con el progresivo envejecimiento de su interior, en donde el Plan Urbana apenas tuvo incidencia. Una oportunidad perdida que ya está afectando a la falta de un relevo generacional.

  • La Viña y el Mentidero, los barrios que más población pierden

El Mentidero de Cádiz: Un barrio con dos almas diferenciadas

La plaza del Mentidero, lugar sobre el que gira buena parte de la vida de este barrio. La plaza del Mentidero, lugar sobre el que gira buena parte de la vida de este barrio.

La plaza del Mentidero, lugar sobre el que gira buena parte de la vida de este barrio. / Miguel Gómez

Escrito por

· Rafa Burgal

Redactor

A mediados del siglo XVIII, en la época de mayor esplendor de Cádiz, nació el barrio del Mentidero, teniendo a su plaza como epicentro sobre el que orbitaba toda su vida. En ella, se instaló un humilladero en donde se encontraba la Cruz de la Verdad. Sin embargo, las mentiras que se contaban en las tertulias que se producían en este lugar acabaron por cambiarle su nombre.

En el ideario colectivo, este barrio siempre aparece en el triunvirato de la esencia del gaditano, nombrándose de carrerilla junto a La Viña y Santa María. Pero, a la hora de la verdad, siempre ha sido el tercero en discordia.

En el Mentidero se pueden distinguir claramente dos zonas, dos mundos totalmente diferenciados que son símbolos de los cambios que se han producido en él, muchos de puertas hacia fuera, pero escasos en su interior. Porque este barrio es señorial en sus fronteras, esas que marcan de una manera indefinida las plazas de Fragela, San Antonio y Mina, y todo el paseo exterior con el parque Genovés y la Alameda, pero en su corazón muestra los mismos achaques que se ven en otros barrios del centro de la ciudad, con un parque de viviendas que en parte tuvo una segunda oportunidad con el Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo que activó la Junta de Andalucía a finales de los años 90 del siglo pasado. Una buena parte de la infravivienda se eliminó, pero el barrio mantiene las mismas dolencias, a las que se une una población envejecida. En los últimos años, solo se han levantado algunas pequeñas promociones privadas para darle un poco más de vida.

Si algo define al actual barrio del Mentidero es su alma universitaria, sustituyendo al carácter militar –ya solo queda en esta zona el edificio de la Subdelegación de Defensa– y siendo puntal en su transformación. De hecho, gran parte del conocido como cinturón universitario reside en su parte exterior entre la avenida Doctor Gómez Ulla y el Paseo Carlos III, siendo esta la zona del barrio, junto a Santa Bárbara, que más cambios ha sufrido desde la llegada de la democracia.

El principal de los centros que acoge es la Facultad de Filosofía y Letras, inaugurada en 1990 en el antiguo Cuartel de Artillería para dar cabida a todas las carreras de Humanidades de la Universidad de Cádiz. La evolución de la UCA dentro del Mentidero prosiguió en la misma década de los 90 con la transformación del Cuartel de La Bomba en un aulario. Aunque en su inauguración mantuvo su antiguo nombre, actualmente lleva el de Edificio Constitución 1812.

La fachada del Colegio Mayor Universitario de la UCA. La fachada del Colegio Mayor Universitario de la UCA.

La fachada del Colegio Mayor Universitario de la UCA. / Miguel Gómez

Tras un amplio espacio de tiempo sin movimientos universitarios, en los últimos años se ha producido un fuerte impulso para reforzar aún más la idea de cinturón universitario. El primero de ellos fue la reapertura del remozado Colegio Mayor Universitario de la UCA en 2018 tras 16 años de espera desde que en 2002 cerrara el por entonces Colegio Mayor Beato Diego. El segundo ha sido el traslado del Rectorado al Centro Cultural Municipal Reina Sofía en 2019 (o lo que es lo mismo, el antiguo Gobierno Militar) fruto del convenio firmado entre la Universidad de Cádiz y el Ayuntamiento para el intercambio de espacios y la construcción –aún sin terminar– del Teatro del Parque. Si a esto se le suma la Facultad de Medicina, que se encuentra en la frontera imaginaria entre el Mentidero y el Balón, el carácter universitario se confirma como uno de sus pilares en la actualidad.

De hecho, esto se ha trasladado a sus propias calles, teniendo como epicentro a la plaza del Mentidero, lugar sobre el que todo rodea en el interior del barrio. Este espacio ha resurgido en los últimos años como zona hostelera tras despojarse del mal ambiente a causa de las drogas que sufría en los años 80 y principios de los 90, al igual que sucedía en otros puntos de Cádiz.

Pero no solo la Universidad ha sido el motor de la transformación del perímetro del Mentidero. Uno de los ejemplos más fehacientes fue la restauración a inicios de los 90 del Baluarte de Candelaria, convirtiéndolo en el principal contenedor cultural del barrio, con especial presencia en la época estival. Dentro de este ámbito, el círculo se cerró con la apertura en 2012 del ECCO en el antiguo Acuartelamiento de Carlos III. Los equipamientos del perímetro se completan con el Pabellón del Centro Histórico, una instalación casi fallida por la multitud de problemas que ha acumulado desde su apertura en 2008.

Estado de la pérgola de Santa Bárbara tras uno de los incendios. Estado de la pérgola de Santa Bárbara tras uno de los incendios.

Estado de la pérgola de Santa Bárbara tras uno de los incendios. / Julio González

Durante décadas, una de las grandes oportunidades de transformación del Mentidero era el paseo de Santa Bárbara, una explanada que durante décadas se usó como un aparcamiento precario en superficie. La construcción de una estacionamiento subterráneo –que abrió en 2011– supuso contar con un nuevo paseo para completar la circunvalación del casco histórico. De la mano vino la edificación de la pérgola-mirador de Santa Bárbara dentro del Plan Urbana. Una inversión de 1,5 millones de euros, con una aportación del 80% de los fondos europeos, que, a pesar de que el papel soporta todas las ideas y proyectos posibles, la realidad ha demostrado que nacía prácticamente sin vida tanto por concepción como por la dudosa calidad de su construcción. Si se le suman los dos incendios que ha sufrido, esta infraestructura fallida se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los actuales gobernantes municipales.

Junto a ello, una de las grandes heridas que aún duele en el Mentidero es el cierre del Teatro de Verano José María Pemán, dentro del parque Genovés, el verdadero pulmón verde del centro de la ciudad. Clausurado en 2008, 15 años después aún permanece sin actividad. Una obra que se le atragantó al anterior equipo de Gobierno del PP tras quedarse sin financiación y que el actual de Adelante Cádiz no ha podido rematar, aunque se encuentra avanzada para que en los próximos meses se pueda finalizar y equipar.

Pero una cosa es el barrio de puertas hacia fuera y otra muy distinta es su interior. Solo un paseo permite comprobar que todo el mimo con el que se ha actuado en el perímetro no ha servido para el progreso delMentidero. Con una población envejecida, casi nada ha cambiado en su corazón. Bendición de Dios, Adolfo de Castro, Fernán Caballero, Carmen Coronada, Vea Murguía, la plaza de la Oca, Horozco, Ustáriz, San Isidro, Calderón de la Barca... calles que se mantienen casi inalterables con el paso del tiempo y por las que el progreso apenas ha llegado.

Una vecina pasea a su perro por el interior del barrio del Mentidero. Una vecina pasea a su perro por el interior del barrio del Mentidero.

Una vecina pasea a su perro por el interior del barrio del Mentidero. / Miguel Gómez

Y es que nunca hubo un plan para el Mentidero. El Urbana, que supuestamente llegaba para regenerar este barrio, apenas se nota en las calles. Solo la peatonalización de la plaza de las Viudas y la herida profunda que ha dejado la construcción de la pérgola de Santa Bárbara son los vestigios del paso de los fondos europeos, un maná que no funcionó como tal.

Incluso, no se nota tanto la despiadada mano de la turistificación. Al menos, los edificios de apartamentos turísticos, que tanto han proliferado y han marcado la evolución de otras zonas, se pueden contar con los dedos de una mano. El más importante de todos ellos es la recuperación de la Casa Palacio de Veedor, a los que se suman un edificio de nueva planta en Calderón de la Barca –que rompe completamente con la estética del lugar– y otro en Vea Murguía. Muy distinta es la acción de las viviendas con fines turísticos, ya que su presión es similar a la de otras zonas del casco histórico. Junto a esto, entre las pocas actuaciones urbanísticas que se han producido está la construcción de una residencia de estudiantes en la plaza de la Oca.

Dentro de los problemas que tiene el Mentidero, tampoco ayuda que sea una zona en la que el comercio es muy pequeño y cada vez más menguante, por lo que tampoco ofrece unos servicios que favorezcan un mayor arraigo. Lo mismo sucede con la hostelería, que se circunscribe principalmente a la plaza del Mentidero y a algunos establecimientos diseminados por el barrio. Por no existir, ya no está ni el mítico bar Las Palomas. Igual que se perdieron peñas como la de El Molino o Los Juancojones. Se marchó la Borriquita mientras que la iglesia del Carmen apenas tiene vida en la actualidad. Se espera la vuelta del Caído para recuperar su paso por el interior del parque Genovés. Algún día, el barrio contará con un nuevo centro de salud para sustituir al actual de la calle Cervantes...

Cuando se mire hacia dentro, el Mentidero dejará de estar dividido en dos almas diferenciadas.

Lo mejor

La Universidad

Si hay una entidad que mantiene con vida al barrio del Mentidero, esa es la Universidad de Cádiz.Gran parte del cinturón universitario se encuentra en su perímetro, lo que ha servido para dar un nuevo uso a casi todos los edificios militares que se encontraban entre al avenida Doctor Gómez Ulla y el Paseo Carlos III. La influencia en sus calles es notoria, sirviendo la juventud de contraste con una población muy envejecida. Muchos de los estudiantes viven tanto en este barrio como en el Balón, por lo que suponen un auténtico balón de oxígeno para el escaso comercio que sobrevive en esta zona. Incluso, en los últimos años ha propiciado la nueva imagen de la plaza del Mentidero, enfocándose su actividad económica hacia la hostelería. 

Lo peor

El fracaso de la pérgola

El estado de abandono en el que se encuentra la pérgola-mirador de Santa Bárbara es la muestra de la gran oportunidad perdida por el barrio del Mentidero. Esta solución se ha demostrado como inútil para cerrar el parque Genovés, tanto por el proyecto en sí como por su ejecución. Esta infraestructura, que ya nació con deficiencias y una falta de calidad palmaria, ya no cumple con su función, ya que buena parte de sus cristales están destrozados. Para colmo, los dos incendios que ha sufrido han terminado por inutilizarla, lo que ha motivado que la UCA no haya querido recepcionarla dentro del convenio de cesión de espacios que firmó con el Consistorio.1,5 millones de euros financiados con fondos europeos que podrían haber tenido un mejor uso.

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