Ayuntamiento de Cádiz

Kichi, el alcalde–concejal

  • José María González asume la delegación de Transición Energética, algo nada habitual en un alcalde

  • Desaparecen media docena de concejalías respecto al gobierno anterior

Kichi, el alcalde–concejal

Kichi, el alcalde–concejal / Miguel Guillén

En este juego de pesos y contrapesos del equipo de gobierno se incorpora de lleno el propio alcalde de la ciudad, que distanciándose de lo que ha sido normal hasta ahora ha decidido asumir en primera persona una concejalía. En concreto, se trata de la delegación de Transición Energética, de nueva creación y a la que en reiteradas ocasiones ha hecho referencia el alcalde durante la pasada campaña electoral y también en el discurso de investidura del pleno del pasado sábado.

La decisión de González es un arma de doble filo. Es previsible que el hecho de poner al alcalde al frente de una concejalía guarda detrás un buen número de proyectos ya previstos o prácticamente confirmados que verán la luz en los próximos cuatro años y que fortalecerán la figura de Kichi. De lo contrario, González se habrá expuesto a problemas y críticas de gestión; aunque lo cierto se que Transición Energética es una concejalía aparentemente amable, que sólo será noticia cuando haya que presentar o inaugurar algún proyecto relacionado.

Ha decidido el alcalde asumir de manera directa ese área que se estrena en este mandato corporativo con ideas de plantas fotovoltaicas en las azoteas de los edificios municipales y algunas otras medidas previstas o anunciadas.

Curiosamente, en ese baile de concejalías hay media docena del anterior mandato de González que se pierden. En concreto, no seguirán –al menos no con la misma denominación– las delegaciones municipales de Mantenimiento Urbano, Vía Pública, Alumbrado, Transporte, Playas, o Deuda. Llama la atención la desaparición de esta última, creada expresamente hace cuatro años y con una deuda que sigue existiendo, aunque con números muy inferiores a los de 2015. Y también llama la atención que no aparezca la delegación de Transportes precisamente a las puertas de licitar el primer contrato de este servicio urbano, o la de Playas, siendo tan importantes para la ciudad.

En el lado contrario se crean otra serie de concejalías además de la asumida por el alcalde. Aparece una concejalía de Movimientos Sociales (como apellido de la delegación de Participación Ciudadana), otra de Servicios Municipales (que a priori debe aglutinar áreas perdidas como Vía Pública o Alumbrado), una delegación específica de Feminismos y LGTBIQ+, otra de Redes, o una especifica de Comunicación y otra de Distritos.

La delegación de Patrimonio se divide en dos áreas: Patrimonio Municipal (que asumirá José Ramón Páez, en relación a las delegaciones de Hacienda y de Contratación) y Patrimonio Histórico (de la que se encargará Monte Mures, en sustitución de David Navarro que la ha gestionado estos cuatro años).

La delegación de Régimen Interior (que estaba en manos de Álvaro de la Fuente) varía su nombre, pasando a llamarse ahora Servicios Comunes (que coordinará Eva Tubío); y la de Protección Animal (que tenía Tubío) cambia levemente, a Bienestar Animal (con Teresa Almagro como responsable).

En el baile de concejalías llama también la atención el regreso de la delegación de Cementerio, ausente en los últimos años y que regresa al organigrama municipal en el momento en que los trabajos en San José siguen desarrollándose de cara a ese futuro cierre definitivo del cementerio y su reurbanización como un gran parque para la ciudad.

En total, el nuevo diseño de trabajo de José María González, con tres concejales más que los últimos cuatro años, se reparte entre una treintena de delegaciones. Curiosamente, son siete menos que las que tuvo Kichi en su primera etapa al frente del Ayuntamiento.

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