Fin a más de un siglo de vida
Casa Durán, uno de los comercios tradicionales más antiguos de la ciudad, echa el cierre en la calle San Francisco por culpa de la crisis
Desde el pasado martes, la calle San Francisco ya no es la misma. Uno de los puntos neurálgicos del comercio en la ciudad ha perdido esta semana una de sus tiendas más señeras y antiguas. Casa Durán, dedicada últimamente a la venta de souvenirs, ha echado el cierre dejando atrás 108 años de vida, uniéndose así a otros nombres míticos como Solves, Tosso o Moral que han desaparecido.
Casa Durán forma parte del paisaje de esta céntrica vía para varias generaciones de gaditanos, ocupando el bajo de las fincas 33 y 35. Su escaparate es una de las señas de identidad del comercio tradicional, de madera de color rojo, teniendo la parte superior un fondo blanco con grandes letras rojas. Tras el cristal se guardaban desde las célebres muñecas de Marín hasta recuerdos, juegos de mesa o equipaciones del Cádiz CF.
Dentro, se mantienen en pie todavía las estanterías de madera de color beige en la entrada a la tienda. En ellas se guardan aún abanicos, cajas de conchas, juegos, maquetas de barcos o souvenirs variados. En el resto del local, los muebles ya se encuentran casi vacíos de género, con un mostrador de madera presidiendo la escena.
En 1906, los hermanos Antonio y Francisco Durán Garrido abrieron este comercio tras llegar a Cádiz procedentes de Arcos de la Frontera. Para ello, alquilaron un pequeño local en el número 35 de la por entonces calle Guanteros para montar una tienda de mercería y perfumería. Posteriormente, compraron el local del número 33 para su ampliación.
Al frente de ella han estado tres generaciones de la familia, siendo el alma mater Antonio Matos Durán, sobrino de los primeros propietarios, que comenzó a trabajar de aprendiz en 1930 tras llegar también procedente de Arcos de la Frontera. Antonio se hizo cargo del comercio a finales de los años 40 del siglo pasado tras fallecer sus tíos. Llevó las riendas de Casa Durán hasta 1998, cuando falleció, pasando la propiedad a manos de su esposa, Dolores Delgado, hasta que en 2006 asumieron el negocio sus tres hijos Antonio, Catalina y Jesús. Junto a todos ellos, una de las personas importantes en la historia de la tienda ha sido Cristóbal Ternero, el encargado, que ha estado durante los últimos 42 años trabajando en ella.
Durante esta etapa, la última generación de Casa Durán ha intentado mantener el negocio con vida. Pero la crisis económica ha hecho mella en buena parte del comercio tradicional, que también se ha visto arrastrado por el auge de las grandes superficies y las grandes firmas.
Son muchas las vivencias que quedan guardadas tras los muros de Casa Durán, que fue distinguido en 2005 con la Medalla del Trimilenario, otorgada por el Ayuntamiento de Cádiz. Jesús Matos, el más pequeño de los tres actuales propietarios, recuerda el negocio como una parte importante de la vida de su familia y, principalmente, de su padre. "Mi abuela mandó a mi padre a Cádiz a estudiar en 1930 y entró de aprendiz. Hasta dos o tres días antes de morir se le podía ver siempre sentado en la tienda", cuenta Jesús.
Para explicar qué era Casa Durán, Jesús es muy explícito para reseñar su variedad: "Fue el primer El Corte Inglés". Una definición clara de la variedad de productos que se han vendido en ella. Entre los productos estrella, señala los baúles. "Recuerdo que siempre en la puerta de la tienda ha habido un baúl grande de chapa. Todo el que se casaba venía a Casa Durán a comprar el baúl, que se utilizaba para guardar el ajuar. Ahí se metían los manteles y las sábanas", comenta.
Como negocio familiar, los hijos también tuvieron que ayudar y trabajar en él hasta que cada uno tuvo que tomar su camino independiente. "Desde los 14 años estuve metido en la tienda ayudando en Reyes y en el verano, que eran los momentos clave para las ventas", apunta
Otro punto importante era su relación con el Cádiz CF, una de las pasiones de Antonio Matos Durán. "Mi padre era el socio número 1 del Cádiz y el 2 era Salvador Alcaraz, el dueño de Solves. Mi padre daba los balones para el Trofeo y todo el mundo se ha comprado la camiseta del Cádiz en Casa Durán", rememora.
Reconoce Jesús que el último año ha sido complicado para este comercio, aunque le apene la decisión. "Hemos tenido que estar poniendo dinero y ya en los últimos dos meses no se ha comprado género", asegura. Esto ha motivado el cierre definitivo de un negocio que permanecerá unido a la memoria de la ciudad.
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