Después de una emotiva y multitudinaria despedida, de las salvas de artillería preceptivas y de la tradicional Salve Marinera interpretada junto a la imagen de La Galeona, el buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián de Elcano, zarpó este mediodía del Puerto de Cádiz en su 96 crucero de instrucción, durante el que hará diez escalas en seis países, además de en España, a lo largo de los próximos siete meses.

Con su flamante mascarón de proa recién restaurado, el Elcano tocará puerto en Las Palmas de Gran Canaria, Fortaleza (Brasil), Santo Domingo (República Dominicana), Manzanillo (México), San Diego (Estados Unidos), Balboa (Panamá), Nueva Orleans y Boston  (EEUU), Londres (Reino Unido) para regresar a España, a Marín, donde desembarcarán los guardiamarinas de la Escuela Naval de la Armada Española, antes de su regreso a Cádiz el 21 de julio.

Al mando del capitán de navío Luis Carreras-Presas do Campo, la dotación del bergantín-goleta está formada por 21 oficiales, 21 suboficiales, 135 marineros y dos maestros civiles, en la cual se integrarán los 82 guardiamarinas pertenecientes a la 426 promoción del Cuerpo General y 156 de Infantería de Marina. Entre ellos hay uno de nacionalidad peruana y otro, tailandesa. Oficiales de la Armada de este país adscritos a su embajada en España se despidieron del guardiamarina primero Gampon Naseeto en el puerto de la capital gaditana.

"Hace mucho tiempo ya que enviamos alumnos a España para realizar su curso en la Escuela Naval Militar de Marín", explica a este periódico Chotirit Wathanhhiri, capitán de Fragata de la Real Armada Tailandesa. "Este año va a salir con el Juan Sebastián de Elcano un alumno de tercero de Tailandia. Yo también lo fui y navegué en el mismo buque escuela en 2007 durante siete meses y medio, por el sur, por el Estrecho de Magallanes. Fue una muy buena experiencia, pasamos mucho frío, la navegación fue larga, cruzamos el Atlántico, pero tuve muy buenos compañeros, buena dotación y buena navegación", concluye el oficial tailandés.

El acto ha sido presidido por el almirante general jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro Sánchez, y ha contado con la presencia de distintas autoridades civiles y militares, entre las que se encontraba el alcalde de Cádiz, Bruno García; el almirante de la Flota, Eugenio Díaz del Río; el

almirante de Acción Marítima, Victoriano Gilabert; el subdelegado del Gobierno, José Pacheco; la delegada del Gobierno andaluz en Cádiz, Mercedes Colombo; la presidenta de la Diputación, Almudena Martínez del Junco, y la máxima responsable de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez.

Desde primera hora de la mañana se han celebrado diferentes actos propios de la despedida, como una misa en el Convento de Santo Domingo y la procesión de La Galeona desde el convento hasta el Muelle Ciudad. El canto de la Salve Marinera corrió a cargo de la Coral de la Universidad de Cádiz y después tuvo lugar el rezo de la oración del piloto y largado de amarras, así como una descarga de fusilería desde la Punta de San Felipe por parte del Batallón Baluarte de Puntales para despedir al buque escuela.      

Como todos los años, el propósito del crucero de instrucción es contribuir a la formación integral de los alumnos embarcados mediante la instrucción y el adiestramiento en mar y en puerto para lo que realizan a bordo parte del plan de estudios del tercer curso de carrera, cursando asignaturas de Navegación, Astronomía, Meteorología, Operaciones Anfibias, Apoyos y Servicios de Combate y Maniobra. Aprenderán a navegar de forma tradicional dando prioridad a la navegación a vela siempre que sea posible en los 143 días de mar previstos, atravesando el Atlántico, remontando los ríos Támesis y Misisipi y cruzando dos veces el canal de Panamá.

Observatorio del cambio climático

Además, durante este 96 crucero de instrucción, continuarán a bordo las investigaciones y observaciones del proyecto "Observatorio del cambio climático", en el que colaboran científicos de la Universidad de Cádiz y personal técnico del Instituto Hidrográfico de la Marina, así como la propia dotación y los guardiamarinas. 

"Embarco en el Elcano hasta Las Palmas trabajando en el Observatorio Permanente de los Oceános, un proyecto en el que el Instituto Hidrográfico de la Marina colabora con la Universidad de Cádiz", responde a este periódico al pie del buque escuela el ingeniero José Ignacio Romero Núñez, jefe de Electrónica el Instituto Hidrográfico. "Se trata de tomar muestras en el océano de la columna de agua durante muchos años para evaluar cómo va afectando el cambio climático. El programa empezó en 2018-2019 con el Proyecto Bandera, el año pasado se le cambió el nombre y está auspiciado por la UNESCO", aclara José Ignacio Romero.

"Nuestra misión es, durante el tránsito hacia Canarias, explicar a los guardiamarinas en qué consiste el proyecto y explicarle a la dotación del barco cómo tienen que manejar los equipos que se usan. Se toman, por un lado, muestras acústicas con un sondeador científico biológico y, por otro, muestras de temperatura y salinidad con equipos especiales, no contaminantes, por supuesto. Un profesor de la UCA lleva la parte científica y yo la técnica", añade poco antes de subir a bordo del Elcano.

La iniciativa, que se puso en marcha en 2019, guarda conexión directa con la Estrategia 2021-2030 del Decenio de los Océanos, a la que está adherida la Armada Española recabando esos datos para conocer mejor los fondos marinos. Con la experiencia ya adquirida, los objetivos que se marca la UCA de cara a este nuevo crucero de instrucción del buque escuela son cinco: seguir estudiando el cambio de temperatura del agua (que es el origen del clima), realizar también un seguimiento a la biomasa de zooplancton e identificar los núcleos de corrientes con el avistamiento de cetáceos y hacer un inventario, realizar pruebas de boyas de deriva de bajo coste (que se fabrican en Cádiz) y aportar datos de profundidades del fondo marino al programa de las Naciones Unidas Seabed 2030.

Besos, abrazos y algunas lágrimas

Como es habitual, una multitud de familiares de los miembros de la dotación y de ciudadanos en general se congregó en el muelle ciudad para despedirse. Y como todos los años, volvieron a reproducirse las mismas muestras de cariño, de pena por la partida y de orgullo por la privilegiada misión de oficiales, marineros, personal civil y guardiamarinas a bordo del buque escuela de la Armada Española   

"Vengo a despedir a mi marido. Tomó el mando en julio del 2023. Es el comandante", responde a este periódico entre el público, por puro azar, Lorena Cerrada, esposa del capitán de navío Luis Carreras-Presas do Campo. "Llevo mucha despedidas pero nunca te acostumbras a separarte de tus seres queridos por mucho tiempo que lleves viviendo esta situación. Son seis meses los que quedan por delante. Pero estoy súper orgullosa. Lo van a hacer fenomenal y muy contentos", concluye.

Vestida con un uniforme verde oliva que contrasta con el azul del resto de la dotación, María Soledad Jiménez Maldonado también se despide de sus familiares. María Soledad es anestesista, reservista y voluntaria de Cuerpos Comunes. "Somos sanitarios. A bordo del Elcano vamos un médico militar, una enfermera militar, y un anestesista y un cirujano, que somos reservistas y vamos como voluntarios. Es mi primera vez. No tengo experiencia todavía", explica.

"Por lo que me dicen, sobre todo, en este primer paso trasatlántico vamos el equipo sanitario por seguridad, porque no tenemos posibilidad de traslado rápido de pacientes. Sí que habría una primera atención quirúrgica en el caso de que hubiera una urgencia o una atención de reanimación o cuidados críticos por mi parte si hubiera un incidente. Lo habitual es que sean cosas banales que no necesiten de mi actuación y de la del cirujano, pero sí que tenemos que ir de apoyo porque no hay posibilidad de traslado", insiste. "Sí sí, el Elcano está bien equipado a nivel médico, de medicación y de aparataje de monitorización; no he visto ningún déficit; no he tenido que añadir nada a la dotación que llevamos".

A las 12.00 en punto del mediodía zarpó el Juan Sebastián de Elcano del muelle ciudad al son del pasadoble Chiclanera, acompañado por decenas de barcos que le esperaban en la bocana del Puerto de Cádiz.