La Cruz Verde no perderá su nombre

La plaza de la Cruz Verde es uno de esos lugares con vida propia por ser la puerta de entrada al barrio de La Viña y la vía de escape del Mercado Central. Una mañana cualquiera, la ida y venida de personas es constante. Colmada de pequeños negocios, incluso se presta como un lugar perfecto para la venta ambulante. Una muestra de ello se podía ver ayer en la llegada a la plazuela por el callejón de Cardoso, en donde un hombre intentaba ganarse unos euros vendiendo unos cangrejos.

Un rincón tan reconocible como éste pasará a tener próximamente el nombre de Antonio Martín. Una idea que cogió forma el pasado mes de febrero con una propuesta del PSOE y que el pasado martes anunció el alcalde, José María González, que se llevará a la Comisión de Nomenclátor tras ser aprobada por la Junta del COAC.

En la plaza de la Cruz Verde se comenzó ayer a hablar del tema. La sensación generalizada entre los vecinos y comerciantes de la zona es que el homenaje al autor nacido en la calle San Vicente es justo, pero que la Cruz Verde no perderá su nombre al ser un sitio tan conocido.

En la esquina con la calle Cruz, Luisa, vendedora ambulante de periódicos -comenta con orgullo que es la quinta generación de su familia que se dedica a esta actividad-, vigila la plaza mientras que vende el Diario de Cádiz. Nacida en San Vicente, afirma con rotundidad que "a mí me gusta el cambio de nombre. Lo conozco de toda la vida de la calle". De pronto, se forma una conversación entre varias personas que discuten sobre cómo se conocerá popularmente este lugar: ¿Cruz Verde o Antonio Martín? Y empiezan a salir los ejemplos. "Mira la plaza de las Flores, que se llama Topete", responde un hombre, un argumento que refuerza otra mujer que se une a la charla al apuntar que "se sigue llamando la cuesta de Londres y su nombre es Alcalá Galiano". "La gente va a seguir diciendo la Cruz Verde", remata una tercera persona.

En el tramo que va hacia los callejones de José Cubiles, Mari Osorio monta diariamente su puesto de flores. Esta vendedora reconoce que el tema del cambio del nombre de la plaza "me da igual", pero sí apunta claramente que "a mí no me gustaría que se perdiera el de la Cruz Verde", especialmente por la "tradición" de un lugar como éste.

A su lado, David Alcázar vende cupones de la ONCE. Cuenta que es "bastante martinista", por lo que el reconocimiento "lo tiene bien merecido". Además, también destaca un aspecto muy importante de este homenaje, que es que se le va a hacer "en vida", algo que no sucedió con Enrique Villegas, ya que "no pudo ver su calle" por su delicado estado de salud en el momento de su inauguración. "Las cosas se tienen que hacer antes", recalca.

En la terraza del bar Wasa Pasarratos, Josefa Fernández narra su historia. Aunque nació en la calle Cruz, vive en Galicia y regresa a Cádiz en vacaciones. Relata que se ha criado con Antonio Martín, por lo que la idea de ponerle su nombre a la plaza "la veo muy bien, aunque siempre va a ser la Cruz Verde". "Yo vengo aquí -por la terraza del bar- y digo que estoy en El Gavilán", remarca Josefa para defender que los nombres con historia no se pierden.

Dentro del bar, a la pregunta sobre qué le parece el cambio de denominación, contesta un parroquiano que "si nació en San Vicente, ¿por qué se le pone aquí?". A su lado, Luis Aranzana indica otros lugares propicios para haber ubicado una calle a Antonio Martín: el Corralón de los Carros o la plaza de la Reina. "Lo veo más adecuado ya que le cantó tanto a La Viña y él le ha escrito al coro de La Salle-Viña", argumenta. Por su parte, Andrés Cedrón, camarero de este establecimiento, afirma que "me parece bien" que se le dedique la plaza a Antonio Martín, aunque comparte que va a seguir siendo la Cruz Verde.

"Le voy a poner Panadería Martínez Ares, que tiene que haber competencia", remata con gracia Soraya Guerrero, propietaria de la Panadería La Esperanza.

De momento, la idea parece que ha calado, aunque sus vecinos defenderán que la Cruz Verde no pierda su denominación histórica.