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Concasa ya tiene compañero para el muelle de contenedores

Mammoet se dejará en Cádiz más de 5 millones en su proyecto para la nueva terminal

  • La firma holandesa creará unos 15 puestos de trabajo directos y no descarta convertir al puerto gaditano en su base en el Mediterráneo para el ensamblaje de gigantescas grúas

La empresa Ale, ahora fusionada dentro de Mammoet, participó en el transporte de la jacket montada en suelo de Dragados Offshore.

La empresa Ale, ahora fusionada dentro de Mammoet, participó en el transporte de la jacket montada en suelo de Dragados Offshore.

Parece que Concasa no va a ser la primera empresa que ponga el pie en la nueva terminal de contenedores. El próximo 2 ó 3 de febrero llegará a Cádiz el primero de los cuatro buques fletados por la empresa holandesa Mammoet para el transporte de las primeras piezas que servirán para el montaje de la primera de las ocho grúas portacontenedores tipo super post-panamax que esta firma, de gran implatación a nivel internacional y gran raigambre en Cádiz, construirá para la firma Liebherr.

Esta empresa perteneciente a Liebherr Container Cranes Ltd. con sede principal en Irlanda le ha encargado estas ocho grúas a Mammoet que irán destinadas al puerto de Tánger.

El transporte y el izado del tramo desmontable del segundo puente corrió también a cargo de la empresa Mammoet. El transporte y el izado del tramo desmontable del segundo puente corrió también a cargo de la empresa Mammoet.

El transporte y el izado del tramo desmontable del segundo puente corrió también a cargo de la empresa Mammoet.

¿Y por qué Cádiz? “En primer lugar por la flexibilidad mostrada por parte de la Autoridad Portuaria”, destaca el director gerente de la empresa holandesa, Javier Martínez. Según él mismo relata “conocíamos la terminal y hablamos con el puerto y allí nos encontramos con muchas ganas de trabajar y todo fue buena voluntad y pocas pegas, por lo que nos decantamos por Cádiz”.

El tipo de grúas que los grandes puertos demandan ahora a Mammoet son del tipo super post-panamax. Son gigantescas infraestructuras de 1.800 toneladas de peso y 100 metros de altura (la altura de un edificio de 30 plantas) que permiten mover los contenedores en los grandes buques nacidos tras la revolución del Canal de Panamá. Los barcos más tradicionales tenían una manga (ancho) de 32 metros como máximo. La ampliación del citado canal ha permitido que los contenedores viajen a través del mundo en buques de 53 metros de manga. Esto hace que las grúas tradicionales no puedan manipular sus cargas ya que sus brazos no llegan a cubrir esas nuevas dimensiones.

Esta revolución ha obligado a los puertos a modernizar para ya mismo sus grúas teniendo que hacer enormes inversiones en infraestructuras del tipo super post-panamax que son las que se van a construir a partir de principios de febrero en el muelle de Cádiz.

Este proyecto supondrá un impulso muy importante para la imagen exterior del puerto gaditano y para Mammoet puede suponer un coste de cinco o seis millones de euros como mínimo, ya que hay que pagar el suelo, el muellaje de los barcos que llegan y que luego tienen que salir. A esto habrá que sumar los servicios de catering, el alojamiento de los contratados, etcétera.

Sobre el alojamiento, hay que tener en cuenta que Mammoet tendrá en la futura terminal de contenedores a un buen número de técnicos supervisando la obra en todo momento y, por lo menos a 6 u 8 ingenieros permanentes a pie de grúas. Así, Javier Martínez, director gerente de la firma holandesa calcula que su empresa tendrá que alquilar para el tiempo que duren los trabajos unas 15 viviendas para el personal que viene de fuera de Cádiz.

Pero Martínez expresó con claridad y firmeza la intención de su empresa de convertir a Cádiz en su base en el Mediterráneo para montar este tipo de grandes estructuras para los puertos marroquíes o de otros lugares del entorno del Mar Mediterráneo que necesiten estas infraestructuras. “Todo dependerá de la marcha de la obra pero me atrevería a asegurarle que si todo va bien ésta no va a ser una obra única sino que esperamos tener aquí, en el puerto de Cádiz, una zona permanente donde ensamblar este tipo de grúas”.

“Todo dependerá -según Martínez- de la cartera de pedidos del cliente y del número de grúas que haya que fabricar para el Mediterráneo”. El director gerente de Mammoet recuerda que Liebherr fabrica unas 25 grúas al año. “Ahora está entregando ocho en Hamburgo y acaba de entregar otras diez en Arabia”Originariamente (esta empresa data de 1981) estas grúas se montaban directamente en el puerto en el que se iban a usar pero estas infraestructuras empezaron a ser cada vez más grandes y cada vez era más difícil encontrar un puerto que cediera tanto suelo libre para montar las grúas, de manera que los clientes las quieren recibir ya montadas.Esta situación ha favorecido, en esta ocasión, a Cádiz, ya que el puerto de Tánger es muy nuevo y ni tiene aún terminada la zona de almacenamiento ni tiene aún dada la última carga de cota de nivel y asentamiento para la carga, de manera que allí era imposible la construcción, según cuenta Javier Martínez.

Liebherr y Mammoet llevan años buscando un lugar en el Mediterráneo donde poder construir las grúas enteras y han encontrado a Cádiz. Vieron que en Irlanda, por ejemplo, no podían montarlas, no sólo por no contar con espacio suficiente para esos gigantes sino porque allí cuentan con un clima adverso que hace muy difícil el transporte de las grúas una vez montadas. El Mediterráneo, por contra, ofrece una climatología mucho más favorable que facilita tanto las labores de montaje como su posterior traslado a los puertos, que son los clientes finales de todo este proceso. Es fácil de deducir que las grúas no están diseñadas para navegar sino para trabajar en el puerto.

Pero Cádiz no ha sido la única candidata a este proyecto que va a suponer un importante balón de oxígeno para el puerto de Cádiz. Motril y Huelva también entraron en los planes de Mammoet pero allí, al parecer, no encontraron las mismas diligencias y ganas de trabajar con las que se toparon en Cádiz. Está claro que no sólo la predisposición mostrada por parte de la APBC ha sido el factor determinante sino que la elección de una ciudad u otra “requiere un detallado chequeo de su puerto”. A todo esto se suma que para esta operación, Mammoet necesita entre 80 y 90.000 metros cuadrados de superficie libre en momentos de grandes picos y un suelo con una capacidad de carga como para aguantar las 1.800 toneladas que pesa una de estas grúas; y ni en Huelva ni en Motril hallaron estos recursos, según confiesa la propia empresa.

Otro elemento que han valorado también tanto desde Liebherr como desde Mammoet es la protección con la que cuenta el espacio en el que van a montarse las grúas. Javier Martínez valora muy positivamente el hecho de que para llegar hasta la terminal de contenedores haya que pasar antes por suelo de Navantia, con lo que eso conlleva de controles de seguridad, ya que muchos de los materiales que quedarán allí depositados son de gran valor material.

El 'timing' está ya finiquitado y el responsable de Mammoet indicó que el primer barco se empezó a cargar en Irlanda con las piezas de las dos primeras grúas el miércoles pasado. Hay que contar con seis o siete días que hacen falta para cargar los buques y otros cinco días de navegación hasta Cádiz, de manera que el primero de los buques amarrará en el virginal cantil de la nueva terminal de contenedores el 2 o el 3 de febrero.

El barco llegará con muchos trozos de grúa, en tramos de unos 30 ó 40 metros. Una vez en Cádiz los portuarios de Cádiz tardarán unos cuatro o cinco días en descargarlo todo, para, a partir de ahí, montar la grúa como si fuera un mecano.

Dentro de dos meses llegará otro barco con piezas para dos nuevas grúas. En abril o mayo se espera ya tener la primera grúa montada, para cuyo transporte llegará un barco, esta vez mucho más grande en los que se cargarán las grúas ya ensambladas.

Mammoet es la empresa más importante a nivel mundial, tras su fusión con la firma Ale a principios de este año, especializada en el izado y transporte de elementos pesados, y trabajan tanto con los clientes onshore como en offshore y están acostumbrados a entornos difíciles desde altitudes extremas, climas desérticos e incluso condiciones árticas.

Javier Martínez narra la buena relación que mantiene con Cádiz, no sólo por haber hecho la mili en San Fernando sino porque varios de sus trabajadores son de Cádiz. A esto se le une que ya cuenta en su haber con varios trabajos realizados en la provincia gaditana, por ejemplo en Algeciras. Pero, sin duda, guardan un grato recuerdo de su intervención en la construcción del segundo puente sobre la Bahía ya que ejecutaron, por poner un ejemplo, el izado de las primeras dovelas del tramo atirantado, con pesos que oscilaban entre las 150 y las 405 toneladas de peso. Pero más impresionante fue su intervención en el transporte e izado del tramo desmontable del puente, con un peso aproximado de unas 4.000 toneladas, que resultó todo un éxito y que demuestra la solvencia en la ejecución de los trabajos que acomete.

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