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Lotería

Colas para que la suerte de El gato negro, de Cádiz, con el Gordo, se cruce también en El Niño

Así estuvo la puerta de la administración de loterías El gato negro durante la mañana y parte de la tarde de ayer.

Así estuvo la puerta de la administración de loterías El gato negro durante la mañana y parte de la tarde de ayer. / Julio González

¿Hay más probabilidad de que en la Lotería del Niño logre el primer premio un número al que le correspondió el Gordo en el Sorteo de Navidad? ¿Es más probable que una administración que lo vendió vuelva a repartir la suerte máxima? Ni esto ni lo contrario, como bien ilustra la falacia del jugador o del apostador, también llamada de Montecarlo. La probabilidad de que un número obtenga el mayor premio y de que vuelva a salir es exactamente la misma: una entre cien mil. Porque el resultado del sorteo es un suceso cien por cien aleatorio y los bombos no tienen memoria. Pero la lotería es sobre todo un juego de puro azar en el que predomina nuestra parte más irracional. Y eso es lo que hace que en estos días haya colas ante las administraciones que vendieron algún décimo del Gordo. Hasta el punto de que sus ventas pueden incrementarse hasta en un 30% en los sorteos posteriores, según la cifra aproximada que manejan en el sector.

Eso es lo que pasó ayer y lo que es previsible que suceda en los próximos días hasta el próximo 5 enero en la administración de loterías número 3 de Cádiz, El gato negro, situada en la calle José del Toro, 13, que dio un primero y cuatro quintos premios en el sorteo del pasado 22 de diciembre. Cientos de personas, como poco, hicieron cola desde primera hora de la mañana y a lo largo de todo el día de ayer para hacerse con uno o varios décimos de los que dispone una de las administraciones tocadas este año con la varita mágica de la suerte.

“Yo no le puedo decir a cuánta gente hemos atendido esta mañana, pero la cola ha estado casi todo el rato por fuera del puerta. Las personas somos así”, responde a este periódico David López Campos, gerente de El gato negro, ya por la tarde. La titular de la administración es su suegra y en ella trabajan él, su mujer, su cuñada, su hija y una nueva compañera. Están en José del Toro, donde ya existía la administración con el mismo nombre, desde marzo de 2013 y hasta ahora no habían dado nunca un primer premio, aunque sí algún segundo y otros muchos de menor categoría.

Clientes a la espera de poder comprar un décimo en El gato negro. Clientes a la espera de poder comprar un décimo en El gato negro.

Clientes a la espera de poder comprar un décimo en El gato negro. / Julio González

Como es irracionalmente de esperar, en estos casos la mayoría de la gente no suele ir buscando un número concreto. “Después de lo que ha pasado en el Sorteo de Navidad los clientes te piden que se los elijas tú para que les des la suerte”, comenta David. Una preferencia que tampoco tiene lógica, en tanto que las administraciones no eligen absolutamente todos los números que venden. Y si fuese así, volvemos a insistir: todos tienen la misma probabilidad de ser agraciados con el primer premio: una entre cien mil. “Loterías y Apuestas del Estado te manda la consignación que tienes habitualmente todos los sábados y aparte, 300 o 400 números al azar, que nosotros llamamos números volanderos”, explica David. “Normalmente solemos elegir los números con las terminaciones más vendibles: 65, 85, 47, 67, 69... los terminados en 13 no te los mandan porque son de abonados, ni tampoco los cinco ceros, que los tienen asignados determinadas administraciones”, aclara.

La identidad de la persona agraciada con el Gordo adquirido en esta administración es, por supuesto, desconocida, “pero sí que han pasado por aquí tres de las cuatro personas a las que les tocó un quinto; clientes habituales que se han acercado para decirnos: oye, que yo tengo uno”, cuenta el gerente de El gato negro. “Y yo lo comprendo, ellos quieren el anonimato... De todas maneras, nosotros somos como los sicólogos, los abogados y los curas: eso es secreto profesional”, añade David. Y Si alguna vez fue costumbre que los premiados dejasen propina, él no lo ha visto en diez años que lleva al frente del negocio. “Aunque sí que hay algún cliente que te da algo para que nos tomemos una copita, pero no es lo habitual”, añade.

Algunos de los premios vendidos en El gato negro de Cádiz. Algunos de los premios vendidos en El gato negro de Cádiz.

Algunos de los premios vendidos en El gato negro de Cádiz.

El gato negro ha vendido 1,7 millones de euros para el Sorteo de Navidad, más de 8.000 billetes, a 200 euros cada uno. “En El Niño es mucho menos porque hay muy poco tiempo para vender, no llega a tres semanas, frente a los seis meses del otro”, explica David. “De hecho, la consignación es de 500.000 euros frente a los dos millones del anterior sorteo. Las consignaciones dependen de las ventas del año anterior. Si te dan 1,5 millones y lo vendes todo, al año siguiente te mandan un 15% más. Y así, sucesivamente, año tras año”, precisa.

Pese a las suculentas cifras de facturación, una administración de loterías hay que trabajarla de 9:30 a 21:00 horas durante la campaña de Navidad. Y el porcentaje de beneficio es mínimo. De “ridículo” lo califica David: Un 4,5% del precio de venta de cada décimo, es decir, 90 céntimos de euros brutos por cada 20 vendidos. De ahí hay que pagar sueldos, Seguridad Social, grado tres de seguridad, luz, internet... Y aquí hay mucha más faena de la que se ve, más allá de vender un décimo”, dice este lotero, que confiesa estar muy contento con sus compañeras, con la clientela y con las ventas. “Dios ha sido muy generoso con nosotros, así que yo firmaría lo mismo para el año que viene”, concluye el gerente de El gato negro.

Muy cerca, en el estanco de la calle Rosario, que vendió cinco quintos premios de máquina a un mismo cliente, se notó algo más de afluencia de público durante las primeras horas de la mañana, cuenta Manuel Morillo. Pero nada parecido a lo de El gato negro.

También se vendieron quintos premios en la papelería Goyber, en la Avenida de Andalucía; el estanco de la Plaza de la Libertad y una administración de la Avenida del Perú, pero no consta que se hayan registrado colas.

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