Cádiz

Cádiz muestra su fuerza como sede de grandes eventos internacionales

Uno de los actos celebrados en el inicio del Bicentenario de la Constitución. Uno de los actos celebrados en el inicio del Bicentenario de la Constitución.

Uno de los actos celebrados en el inicio del Bicentenario de la Constitución. / Julio González

A lo largo de la próxima semana, Cádiz acogerá a varios centenares de congresistas que participarán en las distintas actividades del IX Congreso Internacional de la Lengua Española.

El paso adelante que dio la ciudad una vez se constató que la inestabilidad política imposibilitaba la celebración de esta reunión en Arequipa(Perú), tal y como estaba previsto y pensando en la candidatura de Cádiz para el 2025, se ha premiado con una programación académica de primer nivel y un listado de actividades culturales igualmente amplio que se ha extendido más allá de las fechas del Congreso.

Aunque este congreso, por su calado, no es comparable con lo que debería de haber sido la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, (debería, porque no se alcanzaron los objetivos inicialmente previstos y prometidos), es cierto que antes de comenzar el desarrollo de la programación oficial el éxito del mismo es evidente para la ciudad de Cádiz.

Por una parte, el Congreso ha logrado algo que, hasta el momento, era inédito en la ciudad: la participación de entidades de la sociedad civil a la hora de organizar actividades paralelas al programa oficial. La celebración a lo largo de esta semana de conferencias, coloquios e incluso exposiciones ha sido más que notable, indicando una implicación muy positiva de cara a futuros eventos.

En la ciudad van a coincidir más de una decena de exposiciones relacionadas con la lengua española, muchas de ellas con un calado gaditano más que evidente. Y repartidas por toda la ciudad, lo que también es relevante.

Es cierto, que a priori, no tengan el tirón que en su día tuvieron muestras como las organizadas en el Doce tanto en la Casa de Iberoamérica como en el Museo Provincial de la plaza de Mina, sobre todo porque la temática es muy específica, pero quienes visiten el conjunto de estas exposiciones saldrán con una idea muy clara de la relevancia de este evento.

Si la sociedad civil ha respondido, las administraciones públicas también han apostado por este Congreso. Primero, las que han tenido en sus manos la organización, como la Real Academia, el Instituto Cervantes, el Ministerio de Exteriores y, en medida, el Ayuntamiento de Cádiz. Todo lo contrario de lo que ocurrió con el Doce.

El Congreso dejará en la ciudad una cantidad indeterminada, pero sin duda muy importante, de dinero, tanto por la ocupación hotelera como por el uso de locales de restauración y de taxis, para los congresistas viajeros. Y lo que éstos se lleven como regalo para sus familias, que algo caerá.

Pero sobre todo, lo que el Congreso va a dejar, y tal vez sea lo más relevante de todo, es la imagen de una ciudad capaz de tirar adelante con este proyecto, a pesar de la premura de tiempo tras la renuncia de Arequipa, y que vuelve a demostrar una vez más que es capaz de acoger un acontecimiento de carácter internacional.

Es cierto que Cádiz ya ha demostrado anteriormente su capacidad de respuesta, de gestión rápida, a la hora a asumir su papel de protagonista en la celebración de eventos de carácter nacional e internacional.

Ocurre ahora con el Congreso Internacional de la Lengua y ocurrió con la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno de 2012, la presencia de las grandes regatas de velero, la organización de la Regata Sail GP, o las cercanas reuniones de ministros de exteriores del área mediterránea.

Con mayor o menor apoyo de las administraciones públicas y de las entidades privadas, todos han sido eventos con los que Cádiz ha salido ganando.

Pero si somos capaces de acoger a todos estos acontecimientos, la ciudad aún tiene pendiente dar los pasos necesarios para aprovechar mejor este protagonismo puntual y que los efectos positivos se extiendan en el tiempo, y no se agoten en el periodo de tiempo de su celebración.

Para ello sería necesario un plan de actuación en el que debería de implicarse la ciudadanía. Por una parte, una buena campaña de promoción de Cádiz en el exterior, vendiendo sus excelencia como capital de grandes eventos; por otra, un análisis de su oferta hotelera que, en los últimos años, ha experimentado un notable crecimiento aunque aún faltan pequeños hoteles de cinco estrellas que sí están proliferando en otras poblaciones y que atraen a un turismo con alto nivel adquisitivo, que es el que necesitamos.

Junto a ello, hay que potenciar el comercio tradicional pues el visitante acaba saturado de un modelo de tiendas idéntico en cada ciudad que visita; y , sobre todo, una oferta cultural extensa y potente, tanto en lo que se refiere a museos, yacimientos arqueológicos (tan relevantes y, en parte, tan mal vendidos) como en los teatros, los conciertos y la grandes exposiciones.

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