El aparcamiento en el casco antiguo

"Queremos un entorno agradable y no una guerra contra los coches"

  • La ordenanza de estacionamiento funcionará en abril de 2020, un paso esencial en la mejora de la accesibilidad del casco

  • Los vecinos pagarán 50 euros al años por un aparcamiento seguro

Turistas por la plaza de San Juan de Dios, peatonalizada en 2012

Turistas por la plaza de San Juan de Dios, peatonalizada en 2012 / Joaquín Pino

El Ayuntamiento va a dar un paso esencial en el plan del gobierno local de mejorar la accesibilidad en el casco histórico de la ciudad.

En el pleno de este mes se aprobará de forma definitiva la nueva ordenanza reguladora de los aparcamientos para, inmediatamente, dar el visto bueno inicial a la ordenanza fiscal que debe acompañar al primer documento y que se hará firme una vez transcurran los treinta días de exposición pública.

Será a partir de ese momento cuando se abra un proceso de información al conjunto de los ciudadanos sobre el funcionamiento de la nueva ordenanza tras el cual se pondrá en marcha. La fecha prevista se sitúa entre los meses de marzo y abril del 2020.

La nueva ordenanza supondrá un cambio significativo en la visión que tenemos actualmente del casco antiguo como un espacio de residencia, comercio, trabajo, paseo y, también, paso intenso del tráfico rodado en un elevado número de vías interiores.

"El concepto de peatonalización no es el de impedir el paso de los coches; peatonalizar es crear áreas, zonas en la ciudad, limitadas a los peatones o donde sí pueda acceder el tráfico de necesidad para el uso de garajes, carga y descarga o reparto. No es abrir una guerra contra el automóvil sino conseguir un entorno amable, que mejore la calidad de vida del conjunto de los ciudadanos y, en especial, de quienes residen en la zona", destaca a este diario el teniente de alcalde de Movilidad Urbana, Martín Vila.

Dentro de este diseño global, cabe la existencia de barrios puramente peatonales, como hoy pueden ser en mayor o menor éxito en Santa María o en el Pópulo, y otros donde funcionen aparcamientos en la vía pública exclusivamente para los residentes, como pasará, gracias a este ordenanza, en zonas como La Viña, el Balón, Mentidero o San Carlos porque el gobierno local "tiene claro que en el casco antiguo hay que garantizar las medidas para que los vecinos vivan de forma cómoda. Así, los residentes en esta zona sabrán que podrán aparcar en las inmediaciones de sus casas y que los que metieron hace años sus coches en aparcamientos subterráneos podrán estacionar en la vía pública con menor coste".

Estas áreas reservadas incluidas en la nueva ordenanza se denominarán zonas verdes y tendrán un precio para los residentes de 50 euros al año, lo que supone un coste de apenas 13 céntimos al día.Esta medida evitará, si se cumple a rajatabla, el denominado como “tráfico de agitación”, que es el que cruza las estrechas calles del centro antiguos buscando un aparcamiento.

Dentro del Plan Especial del Puerto de Cádiz, que reordenará todo el espacio de la terminal de contenedores Reina Sofía, se incluye la construcción de un gran aparcamiento subterráneo para 1.500 plazas, que tendrá un papel referente como equipamiento disuasorio para quienes entren en el casco histórico.

Asume Martín Vila que desarrollar políticas de movilidad no es nada sencillo y más en una ciudad como la de Cádiz con un casco antiguo muy poblado y con una evidente fuerza como centro comercial, administrativo, cultural y turístico.

El modelo de movilidad en Cádiz cambia ahora bajo los parámetros de accesibilidad y mejora de la calidad ciudadana. Son procesos de peatonalización de espacios urbanos en los que inciden también cuestiones alternativas al tráfico motorizado como es el desarrollo del carril bici, o el refuerzo del transporte público (que en este caso supone un nuevo contrato que se dilata en el tiempo). “Todo esto no es poco ni es sencillo de ejecutar”.

Aunque antes del desarrollo de estos proyectos se han celebrado numerosas reuniones con colectivos ciudadanos, es cierto que muchos pasos que se dan acaban en críticas parciales, como ha pasado esta misma semana con el colectivo del taxi o la asociación La Zancada.

Ante este estado de las cosas Martín Vila reclama: "Las posturas maximilistas tienen que ceder en beneficio de lo común y en este punto se sitúa el Ayuntamiento, planteando propuestas capaces de aglutinar todos los intereses. Hay momentos en los que algún colectivo no está de acuerdo, pero hay que asumir la necesidad de lograr posturas de a cuerdo en el proceso de peatonalización".

Tras las quejas de los taxistas, Martín Vila indica que habrá zonas de la ciudad con el tráfico restringido donde sí puedan pasar estos vehículos. Es el caso de la calle Veedor, objeto de las últimas protestas, donde se permite la circulación siempre que sea para prestar un servicio. Por lo demás afirma que "no se nos ocurre impedir que el taxi pase por calles o plazas muy importantes del casco antiguo, como San Antonio o el Palillero".

La ordenanza de circulación crea una red de calles en intramuros donde la circulación se limitará a 20 km/h, con la intención de calmar el tráfico y reducir los accidentes en estas vías.

En cuanto a las bicicletas, más allá de sus propios carriles, podrán circular por las calzadas y calles semipeatonales, aunque siempre tendrá preferencia el peatón. Al igual que los vehículos de movilidad personal, estarán vetados en las plazas y sobre las aceras.

Martín Vila destaca el trabajo realizado por los técnicos municipales a la vez que resalta también que “con todo este proceso estamos cumpliendo el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, lo que puede sorprender porque por desgracia en las administraciones estos planes suele quedarse en un cajón”.

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