La reforma del tráfico

La revolución del tráfico en Cádiz

  • La nueva ordenanza municipal busca proteger a los residentes a la hora de aparcar

Martín Vila, en la sede de Urbanismo.

Martín Vila, en la sede de Urbanismo. / (Jesús Marín)

La nueva ordenanza municipal de tráfico supone una importante revolución en el concepto actual de la trama urbana de la ciudad.

Tras el nulo efecto del plan que puso en marcha el PP, aprobado al filo de su salida del gobierno de la ciudad por lo que apenas pudo ponerlo en marcha, la coalición de izquierdas ha planteado un cambio radical en los usos de las plazas de estacionamiento del casco histórico y, a la vez, ha puesto sobre la mesa una serie de medidas para "calmar el tráfico", un concepto que cada vez tiene más fuerza en Europa, hasta el punto que este verano desde la UE se ha animado a los estados miembros a reducir el impacto del tráfico privado en los centros históricos, en favor de los espacios peatonales, los medios no contaminantes y el transporte público.

En este sentido va la intención de que el 80% de las vías de circulación en la ciudad, y aquí nos extendemos también a Puerta de Tierra, se limite la velocidad del vehículo a máximos entre 20 y 30 kilómetros/hora.

La nueva norma reserva también los espacios que podrán utilizar las bicicletas y el nuevo medio de moda: los patinetes eléctricos, para evitar de esta forma el choque, en todos los sentidos, con los peatones.

La ordenanza se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia el pasado 16 de agosto, aunque su entrada en vigor será a partir del próximo 30 de septiembre.

Aunque, obviamente, afecta a toda la ciudad, esta normativa municipal tiene una especial incidencia en el casco histórico de Cádiz. Las propias características urbanas del centro así lo obligan: en un escaso espacio de suelo viven más de 30.000 personas, a la vez que se concentran los principales centros administrativos y, sobre todo, los principales referentes turísticos y culturales de la ciudad.

En base a todo ello, en la confección de la nueva ordenanza se ha tenido en cuenta una prioridad: la de "proteger a los residentes para que les sea más fácil encontrar estacionamiento en origen" (su zona de residencia), según declara a este diario el teniente de alcalde de Movilidad, Martín Vila.

En este sentido menciona los buenos resultados que están dando las zonas naranjas ya asentadas como las de la estación y las de las Tres Carabelas o las que han funcionado en verano, con un conjunto de cerca de 300 plazas y más de 500 tarjetas, con un grado de ocupación del 90%, a las que el edil une las 200 plazas de residentes en el aparcamiento de la tribuna del estadio, con un coste muy por debajo a la media del mercado. "Son datos que demuestran que las medidas que se adoptan funcionan".

Con la entrada en vigor de la nueva ordenanza se irán preparando las nuevas zonas verdes, exclusivas para residentes, con unos 900 aparcamientos, mientras otros 375 serán naranjas, utilizados para la rotación de vehículos, especialmente en tramos como Campo del Sur, Duque de Nájera, Carlos III y Tres Carabelas, asumiendo el edil que "allí donde el aparcamiento en la vía pública es escaso debe ser para el residente".

Unida a la nueva ordenanza se modificará en paralelo la ordenanza fiscal. Para el teniente de alcalde "no se trata de un afán recaudatorio sino de establecer herramientas de protección al vecindario. Así, los residente pagarán 50 euros al año, poco más de 4 euros al mes para poder estacionar con carácter preferente".

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