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Asuntos Sociales

ARCA se convierte en ARBA para salvar su sede en un local municipal

  • El Ayuntamiento estuvo a punto de desalojar al colectivo de atención a dependientes del alcohol y sus familias por deudas y subvenciones sin justificar

Miembros de ARCA, durante la celebración del Día Mundial sin Alcohol, en noviembre de 2017.

Miembros de ARCA, durante la celebración del Día Mundial sin Alcohol, en noviembre de 2017. / Lourdes de Vicente

Los miembros de la Asociación de autoayuda e información sobre el síndrome de dependencia alcohólica (ARCA) acordaron hace unos meses disolver la entidad y constituirse en Asociación de Rehabilitados de la Bahía de Cádiz (ARBA).

Este cambio de denominación social se hizo con el fin de salvar su sede en un local municipal del que estuvieron a punto de ser desalojados por deudas con el Ayuntamiento y, sobre todo, con el objetivo de continuar con la atención que presta desde hace décadas a cientos de afectados y a sus familias, explicó a este periódico Miguel Antonio Pérez Sánchez, presidente en funciones del colectivo que encabeza Cándido Rodríguez Rodríguez y del que es vicepresidente Pedro Reyes Salero.

Ya en 2017 les propusieron esta solución con el fin de que pudiesen seguir con su labor

Gracias a la disolución de ARCA, ARBA puede proseguir con su labor en el local municipal de la calle Conil sin número, en los bajos de Telegrafía, junto al Estadio, sin tener que hacer frente a la deuda de 9.000 euros que ya acumulaba a finales de 2017 y por la que estaba embargada, explicó a este periódico Miguel Antonio Pérez. Por aquellas fechas el desalojo parecía inminente.

De hecho, aquel 15 de noviembre de 2017 el colectivo celebró un tenso Día Mundial sin Alcohol, al que invitaron a todos los partidos políticos. Acudieron concejales del Partido Popular, de Ciudadanos y de Podemos, con Ana Fernández, concejala de Asuntos Sociales a la cabeza.

Fernández volvió a insistir a los miembros de la asociación en que debían abandonar su sede y reiteró la oferta de que se trasladen a otro local de propiedad municipal. Y desde el colectivo le respondieron que no dejarían el establecimiento –aseguró Pedro Reyes, entonces presidente de la asociación– a no ser que mediase una orden judicial.

El Ayuntamiento había difundido un comunicado en el que informaba de que la concejala de Asuntos Sociales “se había reunido con representantes de la asociación para ofrecer su total colaboración y asesoramiento para que regularicen la situación en la que se encuentran y puedan mejorar el servicio y la atención que prestan”.

La concejala Ana Fernández les anunció que estaban en una "situación de alegalidad"

Ana Fernández les recordó que estaban en “una situación de alegalidad” al tener el convenio de colaboración caducado desde 2015. “El local donde se ubican es un local de Asuntos Sociales, que además necesita la delegación, por lo que les hemos vuelto a plantear nuestra colaboración para buscar un nuevo espacio que se ajuste a sus necesidades y trabajo”, decía la edil en el comunicado.

“Además, en cuanto a la solicitud de subvenciones –proseguía el comunicado–, Ana Fernández ha señalado que ARCA aún debe justificar las ayudas que recibieron en 2015, por lo que es imposible que podamos adjudicar de nuevo una subvención para desarrollar su labor tal y como lo recoge la ley. Es por esto que le hemos ofrecido desde la delegación asesoramiento para intentar arreglar esta situación y que puedan volver a participar de la convocatoria de ayudas”.

Ese mismo día, en declaraciones a este periódico, Pedro Reyes, reconocía que desde el propio Ayuntamiento se les había propuesto como solución la disolución de la asociación y la constitución de otra, tal y como finalmente ha sucedido. Reyes argumentó que por las características y necesidades de la atención que presta la asociación resultaba imposible que continuasen con su labor en un salón compartido con otro colectivo, tal y como les ofrecieron entonces.

ARBA asiste hoy a casi 70 personas dependientes del alcohol y a sus familias

Por aquellos días, ARCA asistía a unas 70 personas dependientes del alcohol y a sus familias, para lo que eran imprescindibles los tres despachos, la sala de espera y el salón para terapias grupales y otras actividades de los que disponen en su sede. Hoy ARBA asiste a algunas menos, reconoce su presidente en funciones.

Con ARCA colaboran actualmente el doctor Juan Gilbert, catedrático de Farmacología en el Departamento de Neurociencias en la Universidad de Cádiz y una psicóloga que se desplaza desde el Campo de Gibraltar..

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