No sólo de altares de cultos vive la Cuaresma gaditana. Cada vez las iglesias de la ciudad ponen más empeño y esmero en visibilizar el tiempo litúrgico que se inició ayer, y lo hacen con montajes, cambios de vestimentas y altares que vienen a significar o resaltar los valores o matices que se buscan en estas próximas semanas.

Una de estas estampas que más ha llamado la atención en este arranque de Cuaresma es la que se puede contemplar en el altar mayor de la parroquia del Rosario, donde ha sido dispuesto un calvario a los pies de la Virgen del Rosario, titular del templo. Esta escenificación del calvario llama la atención por dos motivos principales: en primer lugar, por ser una estampa poco común en esta parroquia, donde nunca ha solido colocarse nada a los pies de la Virgen que preside el altar mayor; y en segundo lugar, por la calidad y belleza de las imágenes, así como por la vestimenta utilizada.

El calvario lo preside el Crucificado genovés que posee la parroquia y que suele recibir culto en la capilla situada al fondo de una de las naves laterales, donde se encuentra también la popular imagen de Santa Marta que tantas visitas recibe cada martes. Su advocación es de la Misericordia. A sus pies se dispone, a la izquierda del Crucificado, la portentosa Virgen de los Dolores que posee también la parroquia, vestida con un terno bordado y con su corona de plata con el sello de Carlos IV. Se trata de una imagen que al igual que el Crucificado procede de la escuela genovesa, llamando también la atención por conservar la posición de las manos entrelazadas que fue tan característica de Cádiz y que en la actualidad se mantiene en algunas dolorosas.

El calvario lo completan, a la izquierda del Cristo de la Misericordia, las imágenes de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena; tallas también de la parroquia que, curiosamente, procesionaron en su día con la cofradía del Descendimiento, formando parte de su misterio.

La parroquia del Rosario ha encomendado al bordador, florista y vestidor gaditano Lorenzo Guttemberg el atavío del calvario que lucirá durante estos días de Cuaresma en el altar mayor, a los pies de la Virgen del Rosario.