La amenaza de lluvia ha obligado también a suspender la celebración de la eucaristía al aire libre que estaba previsto que se llevara a cabo a las puertas de la capilla de cementerio de la ciudad. En su lugar, como se ha hecho en anteriores ocasiones, la ceremonia religiosa del Día de los Difuntos se ha trasladado hasta la cercana parroquia de San José Artesano, que se ha quedado pequeña para dar cabida a los numerosos fieles que han querido participar en la liturgia de este día tan especial en el que se rinde homenaje a la memoria de familiares y seres queridos que fallecieron. 

El párroco del templo, el sacerdote Lázaro Albar, ha sido el encargado de oficiar esta ceremonia a la que también ha asistido una nutrida representación de la Corporación Municipal con la alcaldesa, Patricia Cavada, al frente, así como numerosas autoridades y representantes de distintas instituciones y entidades locales. 

Durante la ceremonia ha sido inevitable el recuerdo a las víctimas que se ha cobrado la pandemia del Covid-19 aunque también, con la memoria de los fallecidos como telón de fondo, se ha lanzado un mensaje de esperanza por esa sociedad "que todos queremos" y "que tenemos que construir entre todos". 

En el interior del cementerio, como es habitual, se ha registrado una inusitada actividad ante la continua presencia de ciudadanos que acudían a llevar flores y a presentar sus respetos ante el lugar en el que reposan los restos de sus seres más queridos cumpliendo así con la tradición del Día de los Fieles Difuntos. 

Interior de la iglesia de San José Artesano durante la celebración de la misa del Día de los Difuntos.