Hay que ser muy generoso para calificar los antiguos vestuarios del Sancho Dávila como “sede” de algo, pero la verdad es que es el único espacio que el Puerto Real Club de Fútbol tiene para guardar la historia del Club a través de sus trofeos, mantener alguna que otra reunión y, especialmente, acoger una especie de lavandería en la que lavar y secar las equipaciones del conjunto veridblanco tras los encuentros.

Sin embargo, esto último ya no se puede hacer en las ruinosas instalaciones, porque en el último robo que han sufrido esta semana han arrancado las tuberías y grifos tras destrozar los aseos y duchas. “Se han llevado hasta las ventanas”, muestra indignado su presidente, Antonio Bohórquez. “Ahora tendremos que llevarnos a nuestras casas las equipaciones o gastarnos el dinero en la lavandería”.

Entre paredes que se caen, llenas de pintadas, el Club dice haber perdido la cuenta de los robos que han sufrido en unos locales, cuyas puertas no aceptan ya más remiendos.  Tampoco dicen tener la cuenta de las veces que han solicitado al Ayuntamiento que les ceda unas instalaciones dignas para un club centenario.

“Desde hace ya doce años venimos reclamándolo al Ayuntamiento porque así no podemos seguir, pero parece que no nos escuchan y seguimos de okupas en nuestra propia casa”, dice Bohórquez.

El presidente confía en que en el encuentro que mantendrá el próximo lunes con la alcaldesa, Aurora Salvador, se pueda avanzar en una solución para la entidad, que sigue a la espera que la EPSUVI salde la deuda pendiente que mantiene desde hace más de quince años.