El lanzador de cuchillos

La utilidad de lo inútil

Ordine defiende el valor intrínseco de la cultura y la educación frente al peso del dinero como único referente

Cuando nació su primer nieto, Umberto Eco le escribió una carta. En ella, el semiólogo piamontés daba un consejo al último vástago de la familia: "Cada mañana apréndete un verso, una breve poesía. Por ejemplo, La cavallina storna o Il sabato del villaggio, que mis profesores, a los que siempre estaré agradecido por ello, me hicieron memorizar". Eco era un hombre extraordinariamente moderno, pero convendrán conmigo en que dicha recomendación haría enarcar las cejas a los pedagogos que malversan el futuro de las nuevas generaciones. En la escuela actual, memorizar poemas -memorizar, en general- es un ejercicio proscrito. Y, sin embargo, es una gimnasia que los maestros inteligentes no deberían desdeñar. En lugar de la tableta, la Canción del Pirata. Porque registrar un poema en la memoria es para el niño un juego, un placer y siempre una compañía fiable.

"Si ya es difícil acercar a los alumnos a la poesía, imagínate hacer que se aprendan el Romance del Conde Arnaldos", me dijo un conocido cuando le planteé la cuestión tomando una cerveza en una terraza. Hay profesores que se han rendido por pereza o por escasa convicción pero, afortunadamente, no son todos. En esa misma reunión había otro maestro que creía en la utilidad de una práctica que parece relegada a los archivos de la escuela de otro tiempo. "De pequeño me aprendí de memoria un montón de poemas; muchas veces, ni siquiera sabía lo que significaban. Ni falta que hacía, porque, aunque pueda parecer insensato, ese entrenamiento me ha proporcionado el sentido del ritmo, la fascinación por el sonido elegante, la posesión de un poderoso talismán lingüístico". Ole.

Nuccio Ordine, flamante Premio Princesa de Asturias de Comunicación Y Humanidades, autor del bestsellerLa utilidad de lo inútil, que lleva en España veintiocho ediciones, mantiene encendida la antorcha que portó Umberto Eco en defensa del valor intrínseco de la cultura y la educación frente al peso del dinero como único referente social: "Los profesores se transforman cada vez más en modestos burócratas al servicio de la gestión comercial de las empresas educativas. Pasan sus jornadas llenando expedientes, realizando cálculos, respondiendo cuestionarios, interpretando circulares ministeriales confusas y contradictorias". Mucho Excel y poca literatura. ¡Con el bien que le hace a un niño despierto un maestro de verdad! Un tipo que -se me ocurre- le invite a recitar en clase un poema de Rafael Guillén, que acaba de morir casi olvidado.

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