El Palillero
José Joaquín León
Navidad de la Esperanza
Los cazarrecompensas de las redes sociales están que trinan por la reciente visita de Milagros Tolón al besamanos de la Macarena días antes de ser nombrada nueva ministra de Educación y Deporte. ¡Vade retro! ¿A quién se le ocurre ser progresista y participar en el culto más íntimo a una Dolorosa? La estulticia, la incultura, el odio, el prejuicio y la ignorancia se combinan todas a la vez en perfectas proporciones para emitir el veredicto. Tolón es culpable de lesa sanchidad. El catecismo sanchista solo reconoce un solo profeta (Pedro), un solo santuario (la Moncloa) y una única ideología (el mantenimiento del poder por el poder). No se puede participar en un besamanos (siendo aún, por cierto, delegada del Gobierno de Castilla la Mancha) como no se puede asistir a una corrida de toros. Pedro Sánchez no se dignó a asistir al funeral por las víctimas de la pandemia en la Catedral de la Almudena. Envió a Carmen Calvo, ¿recuerdan? No consideró importante el número de víctimas fallecidas en aquellos terribles meses, ni quiso así reconocer la confesión religiosa mayoritaria. Pero el presidente del Gobierno sí asistió a un funeral en la parroquia de Matalascañas (Almonte, Huelva) en agosto de 2020. Era el funeral por el alma de un trabajador conservador del parque de Doñana que siempre hacía de cicerone de los altos mandatarios. Ese día no tuvo problema alguno en acompañar a los familiares y allegados del difunto. Y muy bien que hizo el presidente. Estaba en su derecho de asistir a un funeral católico, como nosotros de reprocharle que, por su papel institucional, bien ha podido participar en otros. Deducimos que, como siempre, todo es por pura pose, todo es por gestos ante la galería, todo es por el guión del teatro de una concepción de la política de palmaria baja estofa. Vaya la nueva ministra a los besamanos que quiera, pues el presidente acude a los funerales según legítimos intereses, afinidades personales o mera conveniencia. A la salida del templo, por cierto, Sánchez fue abucheado. Salió veloz, con la mascarilla puesta. Eran tiempos de pandemia, de miles de muertos. Pero al gran funeral de los muertos por Covid no fue. Falta de sentido institucional se llama. Ahora persiguen a los ministros sanchistas por entrar en una iglesia. Cuando el profeta Pedro lo hace en privado, pero aun así lo trincan desde los balcones.
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