La firma invitada

Daniel Prades Cutillas

El reverso de Casandra

11 de mayo 2010 - 01:00

ACasandra, hija de Príamo, rey de Troya, le concedieron los dioses la facultad de prever los hechos del futuro. Como entre ellos andaban en peleas, con el don de la precognición le vino acompañada, por penitencia, la condena de que nadie creería nunca sus avisos. Casandra advirtió a los troyanos que, si llevaban el caballo aqueo al interior de la ciudad, ésta sería arrasada. Y no le hicieron caso, con el resultado que conocemos. Tampoco se lo hicieron a Laocoonte, que advirtió lo mismo -en la versión virgiliana timeo danaos et dona ferentes: de los griegos temed hasta los regalos- y contra quien Poseidón, partidario de los aqueos y cuyo símbolo era precisamente el caballo, envió una serpiente de mar que le devoró junto a sus hijos. Y el caballo entró en Ilión, y la ciudad cayó.

Del actual inquilino del Palacio de la Moncloa podemos decir que es el reverso de Casandra, no es que prevea el futuro y nadie le crea, sino que todos le dicen lo que está pasando, y peor aún, lo que va a pasar, pero él se niega a verlo y aproxima a esta vieja nación al abismo en el que estamos ya cayendo.

No será por falta de avisos, más de dos años llevamos diciendo algunos "visionarios antipatriotas", vean hemeroteca, lo que se nos venía encima. Aquí está ya, hemos sido, y aún peor seguimos siendo, una Casandra multitudinaria ninguneada por la Troya unipersonal que reside en Moncloa. No hay un solo economista o periodista, salvo los pertenecientes al pesebre, que no haya advertido por activa y pasiva los riesgos primero, las realidades después, los desastres ya.

Tampoco una sola institución solvente en el mundo económico y financiero, que no haya sido también Casandra. Recuerden las advertencias de la UE, del Comisario Almunia, del Gobernador del Banco de España, del FMI, de la CECA, de las organizaciones empresariales, de la Universidades, de los diarios y revistas económicos nacionales e internacionales, el manifiesto de los doscientos... Hasta algunos de sus propios ministros y subsecretarios, hoy ya ex o próximos a serlo.

Sin reacción, sin resultado, sin esperanza.

Cada dato que conocemos, y son Niágara, es peor que el anterior; pero el comentario siempre es el mismo: ya hemos tocado fondo y enseguida empezamos a subir… y seguimos "subiendo" una cuesta abajo interminable que nos lleva inexorable a destrozarnos contra el fondo, momento cada vez más próximo.

Dicen que dijo el Salomón monclovita a su esposa: no sabes, Sonsoles, la de cientos de miles de españoles que podrían ser presidente. También es conocida su baladronada de cubrir sus carencias en economía en dos tardes.

Nada ha hecho en seis años, solo deshacer. Sus primeras medidas fueron la derogación del Plan Hidrológico Nacional y de la Reforma educativa. Luego el Estatut, la memoria histórica, los cuatrocientos euros, el cheque bebé, la negación de la crisis, la revisión de la Transición, la politización del Constitucional…

España baila hoy en las puntas de los pies sobre una plancha al rojo. El mundo espera una señal inmediata de este (des)gobierno, que indique si comenzamos a hacer algo en serio, si no la recibe nos darán el empujoncito final y nuestro destino será el de Grecia. Si la UE (Alemania y Francia en realidad) finalmente saca a Grecia del atolladero, no habrá disponible para impedir la caída del siguiente.

De todo lo necesario por hacer, tres cosas son imprescindibles e inmediatas: recuperación de la competitividad, que va unida a reforma laboral; saneamiento del sector financiero, cajas de ahorros, que por ahora se deja en manos de criterios regionalistas y no económicos; y reajuste presupuestario que pasa necesariamente por el recorte del gasto público, pues el aumento fiscal es inviable y pernicioso.

Dicen que el profesor Campa entregó a su superior jerárquico, Salgado, dos modelos alternativos de reforma laboral para su elevación a Moncloa: la respuesta del inquilino fue no quiero ni oír hablar de eso. Su arrogancia no tiene límites, su inanidad intelectual tampoco, su incapacidad será proverbio, así estamos.

Esta Casandra invertida que habita Moncloa confunde ser y estar, y con ello nos demuestra su talla intelectual: ciertamente hay millones de españoles que podrían como él mismo ESTAR en la Presidencia de Gobierno, pero SER Presidente de Gobierno está al alcance de muy pocos, y obviamente él no es uno de ellos.

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