Con la venia
Fernando Santiago
Zambombá
Tras los ataques, sobre todo por el trío Puente, Alegría y López, a los jueces que instruyen causas relacionadas con el presidente del Gobierno, los últimos y más duros contra el juez del caso del fiscal general, la presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló, ha manifestado su “apoyo” a los miembros del alto tribunal y los jueces “que sufren presiones” y “descalificaciones constantes” por parte de “quienes discrepan de sus decisiones”. Haciendo un llamamiento “a autoridades y particulares para recuperar el respeto” y reclamando “el cese de cualquier presión o interferencia en la labor judicial porque, independientemente de que todas la resoluciones judiciales pueden y deben ser objeto de debate y crítica, no caben los insultos a los jueces ni tampoco presiones intolerables que socavan el ejercicio de la función que la Constitución nos encomienda al Poder Judicial y minan la confianza de los ciudadanos en la justicia”. Concluyendo: “Nunca se debería de haber perdido el respeto, básico para nuestra convivencia”.
López, que cada vez se expresa en un tono más chulesco y agresivo, ha dicho que el juez está “despreciando de una manera inaudita las pruebas y los testimonios y, por tanto, también a los testigos” en lo que calificó como una “cacería” y una “absoluta vergüenza anunciada permanentemente por el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez”. Puente ha afirmado en la red social X que “la oposición real de este país tiene que salir todos los lunes a arreglar los desaguisados de Feijóo”. Pilar Alegría ha dicho que “hay algunos jueces que están haciendo cosas difíciles de entender”. ¿Insinúan que prevarican? Cuando a Alegría le preguntaron si cree que el magistrado del Supremo prevarica, contestó: “Creo que con la expresión ‘difícil de entender’ se explica bastante bien, se entiende perfectamente”, resaltando que sus palabras son “prudentes”, pero a la vez “lo suficientemente explícitas”.
Todo, desde la situación del fiscal general a las reacciones del Gobierno y el PSOE, es de una gravedad sin precedentes. Como sin precedentes es la agresividad de los opinadores progubernamentales, propia de quienes defienden causas indefendibles. Pero a la vez todo se ha normalizado. Gana el relato, pierde la realidad.
También te puede interesar
Con la venia
Fernando Santiago
Zambombá
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Mejor por escrito
Cuarto de muestras
Carmen Oteo
Medallas de oro
Monticello
Víctor J. Vázquez
Más allá de la corrupción
Lo último