Puente de Ureña

Rafael / Duarte

"Tu quoque filia mi"

27 de enero 2016 - 01:00

La Isla, unidad de destino en los centenarios, patria de patricas e ITIs, cuando fue España, la ínsula, digo, cada vez es más triste. Me entristece el paisanaje, que no el paisaje, que contiene la adarga oscura del ostión, que es piedra, y otros simbolismos atopicados.

Veo, cada vez más, vanidades, inmisericordias, soberbias. Aprovechando un foro o una tertulia. Un atril o una tribuna. No sé si es desánimo o mala leche, guasa isleña o bocas de la Isla, siempre con el "si yo" condicional por delante, condicionando todos sus comentarios. Nadie, todavía, dice o formula, el sólo se lo que no espero, como escribiera Cervantes en el Curioso Impertinente: busco en la muerte, la vida/salud en la enfermedad/pero mi suerte de quien/jamás espero algún bien.

Esa es la Ínsula "sostenible". Esa. La que antepone resucitar facciones, partidos, sindicatos o lo que sea, al bien de todos. Cola de ratón pensando en ser historia.

El otro día un elemento elemental solicitó mis opiniones y/o ideas sobre la Isla. Le contesté que, obviamente, no tenía ya que él que las poseía todas... Y que yo era muy obediente. Y de pronto, volví a Cervantes, éste también es un año Cervantes, escribiendo aquello, sabe Dios en qué celda sevillana o Argamasillera, cuando definió a los adalides en la batalla contra las ovejas, con el autobombo de los intervinientes. Ahí viene Micocolembo, gran duque de Quirocia, Laurcalco, señor del Puente de Plata, ¿un Zuazo con dos zetas?, Don Alfeñique del Algarve, Espartafilardo del Bosque con sus escuadrones que beben las corrientes cristalinas del olivífero Betis o los que pisan los tartesios campos…Coño, en Cádiz, como los Reyes Magos, según el Papa.

Ese paisanaje isleño me recuerda a los estafermos y estantiguas de siempre, perejiles de todas las salsas, cebollas de todas las ensaladas, romeros de todas las romerías, tambor de todos los pasos y espejos de todas las cuentas.

Inquisidores a la violeta, a los que, a río revuelto o polvareda similar a las ovinas reses, pudiéramos describir como perpetradores de sonetos, terroristas del verso libre, exaltadores de tópicos, pregones de pseudosacristía, igual todo, para una batalla perdida… El que triunfe algún valor. Alguna obra hecha. Que ahora sólo triunfa el acoso y derribo de todo premiado reconocido, con los contrasentidos de esta Isla que da Premio a la Libertad de Charlie Hebdo en Francia y recibe el premio Candado de la APC. Me recuerdan a Avellaneda de quien también es el año, derrotando e insultando a Cervantes, llamándole manco, lenguaraz y viejo.

Recomiendo no perder la ilusión. Esperar el tiempo en el que nazca la insuperable Isla del Bienestar que nunca tuvimos. Que nunca logró porque los logreros y los milagreros de sus propios bolsillos fueron otros.

Que no siga triunfando la envidia famélica y la ceguera, que el propio Avellaneda aclara: non videndo, quia invidus non potest videre bona aliorum; es decir, sin ver porque el que no ve, no puede ver los bienes de los demás. Ni los suyos.

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