Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Lo público y lo privado

Carlos Díaz tuvo dos asesores, ahora hay 20; antes nadie de la oposición tenía salario, ahora hay dos por cada grupo

Todos aquellos a los que se les llena la boca con lo de “el dinero de mis impuestos” son los que engañan a la Agencia Tributaria siempre que pueden, Shakira, Xabi Alonso o el último especialista en ‘chapuces’ gaditanos. Todos los empleados públicos, los pensionistas, los que reciben ayudas del Estado, los que usan la sanidad o la educación pública o subvencionada, los que disfrutan de las infraestructuras, deben saber que el dinero público viene del pago de los impuestos. Lo de “¿lo quiere con IVA o sin IVA?”, o “¿cuánto me vas a pagar en negro?” es una estafa a la sociedad. Viene a cuento de que acabo de pagar el segundo plazo del IRPF y el del IBI. El IBI me abre las puertas para comentar cómo gasta el dinero el Ayuntamiento de Cádiz, a quien le pago directamente este impuesto. Por ejemplo, ahora que el PP se ha traído a una desconocida para gestionar Onda Cádiz a razón de 60.000 euros al año sin pensar que en la misma empresa hay personas que podrían hacer esa labor, de la misma forma pagar cuatro millones al año por una televisión municipal es un despilfarro, con la mitad del dinero se podría hacer. Otro caso llamativo es la generosidad que muestran los concejales para sí mismos. Carlos Díaz, por hablar del primer alcalde de la democracia, tuvo en el momento de mayor dispendio a dos asesores, ahora hay 20. No tenía a todos los concejales liberados hasta el punto de que 9 ediles de su grupo se le opusieron porque se negó a concederle la dedicación exclusiva a una compañera. Antes ni un solo concejal de la oposición tenía salario, ahora hay dos por grupo. Antes no había asesores de los grupos municipales, ahora hay dos por cada uno. Ahora se piensa que todo el mundo debe estar liberado, salvo cuando se trata de hacerle un traje a la medida a un colega. Por citar casos sorprendentes: la concejala de Cultura, el de Servicios Sociales, el de Limpieza y Medio Ambiente tienen una “dedicación parcial”, eufemismo que esconde el hecho de que compatibilizan su actividad profesional con su trabajo en el Ayuntamiento, una mezcla de lo privado y lo público. Siempre pensé que había concejales que no necesitaban estar liberados. Pepe Mena seguía trabajando en el taller mientras ejercía de concejal de Fiestas, mientras Teófila tenía un nutrido gabinete de propaganda para gastar 10 millones anuales. Martín Vila era concejal de Urbanismo a la vez que daba clases. En los tiempos del kichismo todos los concejales se decían activistas de determinadas mareas o movimientos, pero ninguno fue capaz de ser activista de sus vecinos, se convirtieron en profesionales y ahora se ven en el paro, aunque al menos no mezclaron su actividad privada con su trabajo público.

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